De acuerdo con el estudio de los 1 mil 303 niños que participaron, el 94 por ciento (mil 225) completó el cuestionario de tres años: 608 del grupo exclusivo de lactancia materna y 607 de la introducción temprana del grupo alimenticio.
Washington, 10 julio (EFE).- Los bebés que empiezan a comer sólidos antes de cumplir los seis meses de vida tienden a sufrir menos problemas para dormir que aquellos que son exclusivamente amamantados durante ese período, según un estudio publicado hoy en la revista especializada JAMA Pediatrics.
En concreto, los bebés que comen alimentos sólidos a temprana edad duermen más tiempo, se despiertan con menos frecuencia y sufren menos problemas serios de sueño, de acuerdo con la investigación conjunta de King’s College y la Universidad St. George, ambas de Londres.
El consejo actual del Gobierno británico apunta a que las madres «deben tratar de amamantar únicamente a sus bebés hasta alrededor de los seis meses de edad».
Sin embargo, el 75 por ciento de las madres británicas introducen sólidos en la dieta de sus hijos antes de los cinco meses, según datos del informe.
De estas madres, la cuarta parte lo hace porque sus hijos se despiertan a menudo durante las noches.
Para investigar esta cuestión, el equipo liderado por el profesor Gideon Lack, del King’s College, analizó a 1 mil 303 niños de Inglaterra y Gales de tres meses de edad alimentados exclusivamente con leche materna entre enero de 2008 y agosto de 2015.
Los autores dividieron a los niños en dos grupos: unos no tomaron sólidos hasta los 6 meses, siguiendo las recomendaciones oficiales, y los otros empezaron a comer sólidos a partir de los tres meses.
Los padres completaron cuestionarios en línea todos los meses hasta que sus bebés tenían 12 meses, y luego cada tres meses hasta los tres años de edad.
De los 1 mil 303 niños que participaron en el estudio, el 94 por ciento (mil 225) completó el cuestionario de tres años: 608 del grupo exclusivo de lactancia materna y 607 de la introducción temprana del grupo alimenticio.
El grupo de introducción temprana durmió durante un cuarto de hora (16.6 minutos) más por noche (casi 2 horas más por semana) y su frecuencia de vigilia nocturna disminuyó desde poco más de dos veces por noche a 1.74.
«Los resultados de esta investigación respaldan la opinión parental difundida de que la introducción temprana de sólidos mejora el sueño», apuntó Lack, contradiciendo la recomendación oficial del Gobierno británico.
Por su parte, el coautor principal, Michael Perkin, consideró que el aumento en horas de sueño es «pequeño pero significativo»
«Dado que el sueño infantil afecta directamente la calidad de vida de los padres, incluso una pequeña mejora puede tener beneficios importantes», sentenció Perkin, de la Universidad St. George.