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Dolia Estévez

15/06/2018 - 12:00 am

Cautela, sí; pánico, no

No hay indicios de que si Andrés Manuel López Obrador gana la elección habrá caos bursátil. Contrario a pronósticos de mala fe, los mercados financieros están reaccionando con cautela, sin pánico. Para Moody’s Analycts, por ejemplo, la «alta» probabilidad de que AMLO gane, presagia riesgos y posibilidades; el riesgo de que AMLO se envuelva en la bandera del populismo y amenace la inversión privada nacional y extranjera; y la posibilidad de que haga lo contrario substituyendo la retórica electoral populista por un modelo económico de libre mercado (Mexico’s Election: The Race for the Presidency, 05/06/18).

El Ingreso Del Equipo De Amlo a La Renegociación Comercial Embrollará Más Un Proceso Ya De Por Sí Complicado Foto Cuartoscuro

Washington, D.C.— No hay indicios de que si Andrés Manuel López Obrador gana la elección habrá caos bursátil. Contrario a pronósticos de mala fe, los mercados financieros están reaccionando con cautela, sin pánico. Para Moody’s Analycts, por ejemplo, la «alta» probabilidad de que AMLO gane, presagia riesgos y posibilidades; el riesgo de que AMLO se envuelva en la bandera del populismo y amenace la inversión privada nacional y extranjera; y la posibilidad de que haga lo contrario substituyendo la retórica electoral populista por un modelo económico de libre mercado (Mexico’s Election: The Race for the Presidency, 05/06/18).

Alfredo Coutiño, analista de Moody’s y autor del análisis, me dijo que hasta ahora no hay pruebas de fuga de capitales o de salida de inversionistas del mercado mexicano en anticipación al probable triunfo de AMLO. La caída en la bolsa de valores y la depreciación del peso en las últimas semanas, indicó, se deben en gran medida a las acciones anticomercio del gobierno estadounidense (imposición de tarifas a la importaciones de acero y aluminio mexicanos) y a la pérdida de competitividad de los bonos mexicanos ante el ciclo alcista de tasas de interés de la Reserva Federal, el banco central estadounidense.

Una encuesta reciente conducida por Nomura Securities International, el banco de inversión japonés, corroboró la ausencia de rastros de una posible estampida de inversionistas. De 109 inversionistas y administradores de fondos de inversión encuestados en México, Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, 51 por ciento dijo que compraría activos subvaluados en los primeros tres meses de la elección si AMLO gana. Sorprendentemente, sólo 18 por ciento vendería sus activos mexicanos, mientras que 43 por ciento esperaría a ver que pasa (Financial Times, 30/05/2018).

Por su parte, Citibank dijo en Nueva York que pese a la inclinación de López Obrador por la protección del comercio nacional y la ausencia de certeza respecto al tipo de políticas económicas que implementará, México sigue siendo atractivo para la inversión extranjera.

Eduardo García, director del sitio especializado Sentido Común, vaticinó que los inversionistas quizás están menos nerviosos de una posible victoria electoral de AMLO, «por el buen trabajo que ha realizado su equipo económico para explicar a manejadores de fondos–en México y el exterior–el programa económico que planea implementar en caso de ganar la elección». La buena campaña que ha realizado el equipo económico de López Obrador, observó García, ha tenido mayor impacto afuera de México (Sentido Común, 31/05/18). Señal de los tiempos.

Lo anterior sugiere que los augurios fatalistas ante la expectativa de triunfo de AMLO son exagerados o malintencionados. Denotan ingenuidad o dolo. Los candidatos dicen muchas cosas que una vez en el poder no cumplen. La meta es ganar el mayor número de adeptos posibles. Se vale. Queda por verse si AMLO concretará todo lo que ha dicho y prometido durante su larga campaña. El verdadero temor de los profetas del apocalipsis no está en el ámbito económico sino político. El verdadero temor es que AMLO cumpla su promesa de combatir la corrupción y la impunidad. Les causa terror que acabe con el sistema clientelar que ha privilegiado a los súper ricos y desgraciado a los súper pobres. Eso sí les quita el sueño.

Ciertos medios y analistas insisten en atribuir la caída del peso y de la bolsa mexicana al 90 por ciento de probabilidad de que AMLO gane (estimado de BMI Research, filial de la calificadora Fitch). Sin embargo, la inestabilidad de la divisa tiene más que ver con el fracaso de facto de la renegociación del TLCAN, la imposición de aranceles en las importaciones estadounidenses de acero y aluminio de México, Canadá y la Unión Europea, y el aumento de tasas de interés de la Reserva Federal. Los inversionistas esperan que continúe el ascenso de las tasas de fondos federales (esta semana la Fed las elevó por segunda vez en seis meses), política que históricamente ha tenido resultados negativos para los mercados emergentes. Según algunos pronósticos de Wall Street, el peso llegaría a 23 unidades por dólar, independientemente de si AMLO gana. La depreciación del peso es un fenómeno que el próximo presidente, quien sea, no podrá controlar.

Algo similar ocurre con la fallida renegociación del TLCAN. El equipo mexicano liderado por Ildefonso Guajardo quiso aterrizar la renegociación antes del 1 de julio, pero no hubo manera. México rehusó tragarse las píldoras de cianuro de la propuesta trumpista. El único muro que existe entre los dos países es el de la intransigencia de Donald Trump. La negociación está congelada a la espera de los resultados electorales en México y de la elección de medio termino en Estados Unidos de noviembre que podría cambiar la correlación de fuerzas en el Congreso de manera desfavorable para Trump.

El ingreso del equipo de AMLO a la renegociación comercial embrollará más un proceso ya de por sí complicado. AMLO culpa al TLCAN por el deterioro del campo mexicano, pero Jesús Seade, palomeado para suceder a Guajardo en la secretaría de Economía, considera necesario preservar el convenio. Mientras son peras o son manzanas, el nombre del juego será la incertidumbre. Los emisarios del pesimismo intentarán colgarle el muertito a AMLO, pero el peso y la bolsa seguirán cayendo por factores principalmente externos.

Twitter: @DoliaEstevez

Dolia Estévez
Dolia Estévez es periodista independiente en Washington, D.C. Inició su trayectoria profesional como corresponsal del diario El Financiero, donde fue corresponsal en la capital estadounidense durante 16 años. Fue comentarista del noticiero Radio Monitor, colaboradora de la revista Poder y Negocios, columnista del El Semanario y corresponsal de Noticias MVS. Actualmente publica un blog en Forbes.com (inglés), y colabora con Forbes México y Proyecto Puente. Es autora de El Embajador (Planeta, 2013). Está acreditada como corresponsal ante el Capitolio y el Centro de Prensa Extranjera en Washington.
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