Entrevista

Mireles: “Le pido a Peña y a sus secuaces que saquen las manos de la elección; váyanse en paz”

15/06/2018 - 12:05 am

Lo emboscaron, lo encarcelaron, lo raparon, le quitaron su sombrero y todo lo que lo identificaba como el líder de los autodefensas de Michoacán. Sin embargo, José Manuel Mireles Valverde sobrevivió y, afirma, nunca perdió su dignidad a pesar de que estuvo a punto de quebrarse por la tortura psicológica a la que fue sometido.

En entrevista con SinEmbargo, en Morelia, Michoacán, donde reside actualmente, el hombre que se levantó en armas en febrero de 2014 para limpiar de criminales a Tepalcatepec, su pueblo, le envía en un mensaje al Presidente Enrique Peña Nieto: “saquen las manos de esta elección. Le garantizamos que se puede retirar en santa paz y que la historia de la Nación mexicana lo juzgue. No se va limpio, porque lleva mierda hasta el pescuezo, él y toda su gente, pero si saca las manos de la elección se va a ir tranquilo y en paz, aunque lleve la corrupción a todas sus generaciones siguientes”.

Morelia, Michoacán 15 de junio (SinEmbargo).- José Manuel Mireles Valverde se define como un autodefensa, y a pesar de que ha sido postulado por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) a una diputación local plurinominal, no se considera un político. El ex líder de los autodefensas de Michoacán asegura que, después de enfrentar la muerte en más de una ocasión, no le tiene miedo a nada y observa que el Estado se prepara para “matar mexicanos” ante la irritación social que podría generar un fraude electoral el 1 de julio.

“Le pido a Enrique Peña Nieto, y a todo su equipo de secuaces: saquen las manos de esta elección que sigue. Le garantizamos que se puede retirar en santa paz y que la historia de la Nación mexicana lo juzgue. No se va limpio, porque lleva mierda hasta el pescuezo, él y toda su gente, pero si saca las manos de la elección se va a ir tranquilo y en paz, aunque lleve la corrupción a todas sus tres o cuatro generaciones siguientes”, dice en entrevista con SinEmbargo.

Sentado a la mesa de un conocido restaurante de Morelia, Michoacán, José Manuel Mireles se muestra como aquel médico cirujano que se levantó en armas el 24 de febrero de 2013: cabellera blanca, bigote espeso y sombrero negro.

Aunque en prisión lo raparon, rasuraron y quitaron todo aquello que físicamente evocara a aquel Mireles que tomó las armas en Tepalcatepec para defender a su pueblo de las violaciones, vejaciones y crímenes del cártel de Los Caballeros Templarios; la tortura y el aislamiento no lograron cambiar su esencia ni quebrar su dignidad, afirma.

“El Mireles que se levantó en armas traía mucho coraje, mucho dolor, mucho resentimiento. La diferencia es que ahora lo traigo 10 veces mayor. Porque resulta de que cuando nos detienen después de habernos levantado en armas y haber dominado dos terceras partes del estado de Michoacán, pensamos que a lo mejor con nuestra detención se iba a lograr la paz social del estado, pero cuando salgo me doy cuenta que fue todo lo contrario. Gran parte de lo ya conquistado se volvió a perder”, dice.

Mireles Valverde fue detenido el 27 de junio de 2014 por órdenes de Alfredo Castillo Cervantes, entonces Comisionado de Seguridad de Michoacán, y recluido en un penal federal en Nayarit, y después en uno de Hermosillo, Sonora.

Lejos de los suyos, completamente aislado, el médico empezó a escribir un libro en trozos de sábanas, pedazos de camiseta y de papel de baño. Sufrió tres preinfartos y un infarto. Antes de que el carcelero iniciara su día de tortura psicológica, se veía en el espejo de la cárcel a diario y se decía así mismo: “soy el doctor José Manuel Mireles Valverde”, narra el líder social.

Así sobrevivió al encierro, así escribió su primer libro “Todos somos autodefensas: el despertar de un pueblo dormido” y así, ahora, desde Morelia, el hombre de 1.92 metros de estatura y con un poco más de años, se dice fuerte para seguir luchando por la reconstrucción del tejido social y la paz en Michoacán y en el país.

Cuando me detuvieron, dice el doctor José Manuel Mireles Valverde, pensamos que a lo mejor se iba a lograr la paz social de Michoacán, pero cuando salí de la cárcel me di cuenta que fue todo lo contrario: el Estado mexicano permitió que el auge criminal regresara al estado. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

I

“SOY AUTODEFENSA” 

–¿Qué diferencia hay entre el Mireles que está hoy aquí, al de de 2013, el que se levantó en armas?

–Hay una diferencia muy grande. El Mireles que se levantó en armas traía mucho coraje, mucho dolor, mucho resentimiento. La diferencia es que ahora lo trago diez veces mayor. Porque resulta de que cuando nos detienen después de habernos levantado en armas y haber dominado dos terceras partes del estado de Michoacán; pensamos que a lo mejor con nuestra detención se iba a lograr la paz social del estado, pero cuando salgo me doy cuenta que fue todo lo contrario. Gran parte de lo ya conquistado se volvió a perder, entonces es muy triste. No porque mis compañeros no hayan hecho bien su trabajo defendiendo sus posiciones de los territorios ya limpios de criminales, sino porque hubo mucha participación del Estado mexicano y del Gobierno del estado para que los criminales tuvieran otra ves el auge y el poderío que tenían cuando nosotros se los quitamos. Ahora la diferencia es una grandísima decepción.

–Cuando a usted lo aprehenden, se lo llevan lejos de los suyos, lo raparon, le quitaron su bigote, le quitaron su sombrero, ¿se sintió usted en algún momento anulado en su identidad?

–Lo hicieron físicamente, pero moralmente nunca pudieron hacer eso. El pelo vuelve  a salir, el bigote vuelve a crecer y la dignidad no me la pudieron tocar porque es algo, uno de los más grandes valores que tenemos todos los seres humanos y si nosotros la entregamos, no somos hombres. Me atrevo a decir que ni siquiera somos seres humanos. Me cuidé de que eso no me pasara. No fue fácil, fue muy difícil levantarme una media hora antes de que llegaran los carceleros a gritarme, pararme frente al espejo del baño; que no es otra cosa más que un metal muy pulido, y decirme a mí mismo: ‘soy el doctor José Manuel Mireles’. Eso me ayudó los tres años, a recordarme a mí mismo quién era yo: un autodefensa, no un criminal. Y sobreviví.

–¿Qué fue lo más difícil doctor de estar en esta cárcel?

–No dejarme quebrar mi voluntad. Sí me doblé muchas veces, soy un ser humano. Llegué a llorar, llegué a gritar en las noches; hubo una sola ocasión en que sentí que me iban a quebrar, pero al final de la noche de ese día, una gran persona del equipo de trabajo social del penal de Nayarit me dio grandes consejos y logré superar esa situación. Eso fue independientemente de los tres preinfartos y del infarto general que sufrí el 19 de marzo de 2016.

–Ese día que casi lo quiebran, ¿qué fue lo que ocurrió?

–Era parte de la tortura psicológica que me aplicaban todos los días, todos los días. El que llegara alguien del departamento de trabajo social y dijera: ‘viene su hija y su nieto a verlo’, y al rato llegara otra burlándose y diciendo: ‘no es cierto, no los dejamos entrar’. Era parte. Ese fue un día porque en tres años solamente les permitieron pasar a mis hijos a unos dos veces, a otros tres veces. Estaba en total incomunicación, siempre con argumentos tontos. Le echaban la culpa que el juez de Uruapan no había autorizado que entrara alguno de  mis hijos o mis familiares. Le mandé muchas cartas al juez de Uruapan hasta que me contestó un día que el único responsable de las visitas de un penal era el director del penal, no el juez, que mis cartas se las dirigiera al director del penal y obviamente el director del penal tenía la consigna de que no podían visitarme. Nos esperamos y lo pude comprobar. Después de 15 días de que me dan mi libertad, una de mis hijas llega con un paquete grande de cartas y dice ‘mira todas las que te mandé me las acaban de regresar’. Luego otro de mis hijos llega y dice ‘mira todas las que te mandé aquí están’. Porque ni siquiera tenía derecho a recibir correspondencia. Muy especiales. Cuando llegaban cartas me decían ‘le llegaron estas cartas’; yo las veía, me emocionaba mucho y me decían ‘fírmela de recibido’. Inocentemente firmaba de recibido y decían ‘pero no se las podemos dejar más que una o dos por mes’, pero nunca las volví a ver. Lo mismo hicieron con timbres, con hojas blancas, nunca me permitieron. Por ahí agarrando pedazos de papel de baño, agarrando las cartas que sí podían entrar, entre renglones y pedazos de camisetas que ahí mismo daban, en pedazos de sábanas que ahí mismo agarraba, con un pedazo de lápiz de carbón y una refacción de lapicero que alguien olvidó un día, empecé a escribir un libro. Es lo que ahorita me sostiene.

–¿Ese libro fue un escape de esto que estaba usted viviendo?

–Sí, pero el libro no narra nada de la prisión, el libro narra el movimiento social de los autodefensas y por eso se llama ‘Todos somos autodefensas’, pero no narra nada de lo que pasó en prisión. Eso ya es parte del segundo libro que se está haciendo […]. La famosa reunión de enero y febrero donde está presente Alfredo Castillo Cervantes con los líderes de autodefensas y representantes del Gobierno, del Ejército y del Gobierno del Estado. Ahí mismo estaba el Gobernador del Estado de Michoacán de ese entonces, firmando los pactos y acuerdos que hubo con los autodefensas para que siguiéramos la lucha de limpiar el estado de Michoacán.

–¿Qué sintió usted en ese momento? Usted no estaba, estaba en recuperación, ¿qué sintió cuando se reunieron ahí en su pueblo?

–Yo ya había comentado el día 14 de enero de ese año, de 2014, después de que salí del coma, salí el día 13. Hice una declaración de que en el momento que el Gobierno federal y del Estado se hicieran cargo de la persecución del crimen organizado y la delincuencia en Michoacán, todos nosotros nos regresaríamos a nuestras labores normales, dejábamos de ser autodefensas para regresarnos a nuestra actividad laboral como civiles de la región de Tepalcatepec. Yo mismo lo había dicho. Yo estaba de acuerdo en que estos señores representando a la Presidencia de la República y al Gobierno de Michoacán y a la Defensa Nacional estuvieran en esa reunión. Aunque yo estaba todavía en mi terapia intensiva, vi con agrado la intención de esa reunión. Desgraciadamente al tercer día me doy cuenta que era puro teatro, que nunca se iba a respetar y llevar a cabo. La prueba de eso es que me meten a la prisión cuando salgo del hospital y a muchos de mis compañeros los asesinan y persiguen a los luchadores sociales en lugar de perseguir a los criminales.

De ahí el hecho de que bajo una petición que le hice personalmente al Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que a todos los autodefensas que quisieran seguir armados y defendiendo su pueblo los incorporaran en la infraestructura de seguridad del Gobierno del Estado, se creó la Policía Rural Estatal y también los inscribieran en las famosas defensas rurales de la Sedena [Secretaría de la Defensa Nacional], que también lo hicieron con algunos ganaderos. Obviamente toda la estructura la desaparecen en 2016, porque consideran que ya habían desaparecido totalmente los autodefensas y consideraron que los policías rurales de Michoacán no tenía la necesidad de existir y de un plumazo la desaparecen, pero la inseguridad no la desaparecen y los autodefensas legítimos, los originales tampoco desaparecen, siguen defendiendo sus pueblos.

–¿La Fuerza Rural en qué se convirtió doctor? Esta Fuerza Rural que armó Alfredo Castillo.

–Algunos se incorporaron a las policías municipales, otros sin uniforme siguen defendiendo sus pueblos. Son los únicos pueblos de toda la Nación mexicana que tienen seguridad pública eficiente. Son los municipios de toda la Nación de mexicana con cero criminalidad y se va a encontrar Aquila, Tepalcatepec, donde los autodefensas siguen cuidando sus pueblos y sus familias. Gran diferencia, cruzando el  Río Coahuayana, al otro lado del puente, está el municipio con el mayor índice de asesinatos y secuestros por día, en toda la Nación mexicana y allá tienen Ejército, Marina, tienen ministeriales estatales, tienen de todo y la criminalidad no baja. Antes yo ponía de ejemplo Morelia, pues tiene 50 mil hombres armados, entre la 21 Zona Militar, los estatales, municipales, judiciales, hasta los bomberos traen pistola, pero todos los días en la región de Morelia hay 10 asesinatos, todos los días hay por lo menos 20 autos robados, y todos los días hay 100 asaltos a la luz pública. ¿Dónde está la seguridad?, ¿por qué en mis pueblos donde no hay Gendarmería, donde no hay nada eso, no se pierde un alfiler? Los únicos asesinatos y balaceados que hay en toda mi región son los que ocasiona la Marina, y sin ninguna orden, porque desde el aire llegan balaceando a los grupos donde están comiendo, cenando, o a individuos particulares con su nieto abrazado de dos años lo quieren desbaratar con todo y carro. ¿Quién dio esas órdenes? Ningún Marín se manda solo, ni un soldado, aunque sea del mínimo rango dispara sin una orden, sin autorización. Los que sí tiran a lo pendejo muchas veces son los de la procuraduría, los judiciales estatales, es más hasta los municipales por nerviosismo andan disparando sin una orden cuando se sienten apretados.

Nosotros les pedimos todo el respeto en la Tierra Caliente, pero cuando veíamos después de un secuestro, un asesinato, que los mismos jefes de los cárteles estaban en los mejores restaurantes de Apatzingán, Buenavista, Tepalcatepec, comiendo con los encargados de darnos seguridad, dijimos: ‘cabrón si a ellos les están pagando para que nos defiendan y comen con los que nos están asesinando’; fue cuando tomamos la decisión que no era la adecuada, que quede muy claro: yo soy médico cirujano, soy humanista, soy enemigo de levantarle las armas a cualquier otro ser humano. Soy cazador por naturaleza, porque así nos criaron en mi región, pero eso de levantarle las armas a un ser humano, jamás en la vida. Sí coordiné muchas acciones, fui el que di la cara por todo el frente de autodefensas de toda la nación, porque el Gobernador interino nos acusaba de ser criminales desplazando a otros criminales para quedarnos con la plaza: ¿cómo no voy a guerrear con alguien para que me deje vivir tranquilo y en paz en mi pueblo? Eso no es ser criminal, eso es ser patriota.

–A la luz de todo lo que sucedió después, la persecución que usted sufrió, de la cárcel, ¿si estuviera en la misma circunstancia que estuvo en aquel momento cuando toma la decisión lo volvería hacer? ¿Se volvería a levantar en armas?

–Claro que sí y no nada más yo. Fíjese ahorita hay muchos estados de la república donde ciudadanos igual que yo, cuando ya no tienen un estado que los proteja, cuando tienen 12 años presentando denuncias, y no hay una sola respuesta, no detienen a un solo criminal; estoy hablando de lo que vivió Tepalcatepec durante 12 años y que no nos quedó otro camino más que tomar las armas, las van a volver a tomar. Ahorita ya las están tomando en muchos estados. Yo me he fijado en todos los raterillos, en todos los delincuentes del Estado de México cuando un par de babosos llegan, asaltan y violan a una chiquilla y alguien de la colonia los descubre, los están asesinando, porque si los entregan al día siguiente están libres. Si a nosotros los michoacanos nos vuelve a dejar el Gobierno en la misma situación de abandono total y absoluto, sin seguridad pública, sin una justa impartición de justicia y sin estado de derecho, tenemos toda la razón del mundo de levantarnos en armas contra quien sea, uniformados o no. Es parte de nuestra Constitución. El Artículo 10 Constitucional dice muy claro que todo ciudadano mexicano tiene derecho a poseer un arma para su legítima defensa. No dice que la tenga enterrada en el patio de mi casa, ni sepultada en los colchones, mucho menos asegurada en cajas de seguridad. ¿De qué sirve si un bandido entra a tu casa y te mata a ti y a toda tu familia? Para eso es la Constitución y la legítima defensa, no tenemos otro camino. No soy gente de armas, pero es el único camino que nos dejaron, tuvimos que hacerlo, además que quede bien claro que está escrito en la jurisprudencia nacional.

Lo que es un hecho, es que a mucha gente no le gusta lo que yo digo, dice el doctor Mireles; «por eso me metieron en la cárcel. No por la guerra que hicimos, eso les vale madre a todos, a todo el mundo, al Gobierno federal, al estatal, lo que les duele a estos señores es lo que decimos. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

–Leí en una entrevista que dio a SinEmbargo el año pasado, que su mamá falleció a raíz de un segundo secuestro en la familia. ¿Ese fue el momento que lo cimbró?

–Sí me dolió, pero eso pasó el 4 de diciembre de 2010 y yo me levanto en armas 24 de febrero de 2013. No nada más lo que le pasó a mi madre, le pasó a mucha familia mía. A lo último me dejan las cabezas de tres vecinos enfrente de mi casa, las dejan en la glorieta de Los Reyes; los asesinaron nomás porque traían credencial de elector de Tepalcatepec. Todavía no se encuentran los cuerpos, dejaron las puras cabezas, ni el Estado mexicano, ni el estado de Michoacán, ni los municipios, han hecho absolutamente nada por ayudarnos a localizar los cadáveres. Aunque los localicen qué se ganan. Toda la nación mexicana no tiene el equipo mínimo indispensable para la identificación de un cadáver, no existe. Nosotros sabemos que sí hay en alguna parte del mundo por las películas extranjeras que vemos donde son expertos; que con un pinche pelo que se hallan en un cepillo ya saben quién es el dueño, cuándo nació, de qué cigarros fuma y aquí el Gobierno no sirve para nada. No sirve para brindar protección, para dar justicia, por eso no tenemos justicia en Michoacán, no tenemos seguridad pública en Michoacán, aunque en el papel son miles de millones de pesos de presupuesto que se van en esos rubros aunque nunca la brinden. Dijo una anciana de Guerrero que los policías son expertos en contar cadáveres y poner cintas amarillas, pero para investigar, detener, nunca. Ahorita el Hospital General de Michoacán, el más grande, no tiene mejorales, no tiene jeringas, ¡ah pero el presupuesto de Seguridad Pública mis respetos! Eso es lo que yo llamo una injusta impartición de justicia. La justicia es darle a cada quien lo que es de él. No existe el estado de derecho: que usted respete lo que yo soy y yo respete lo que usted es, y que nadie se meta entre usted y yo, ese e el estado de derecho.

–¿Alguna vez usted en prisión tuvo temor o vio que pudiera ser asesinado?

–Mire, antes de levantarnos en armas, tenía todos esos temores. Desde el primer día que decidí ingresar al movimiento social, desaparecieron; ya no los tengo. Vea cuánta gente armada traigo a mi alrededor cuidándome: ¿usted cree que tengo temor?, ¿sabe por qué no tengo temor a nada? Porque a mí me enseñaron que el que tiene miedo muere todos los días de su vida, todos los días se está muriendo de miedo. Los que no tenemos miedo sabemos que vamos a morir una sola vez, el día que nos toque. Llevo siete emboscadas, llevo un avionazo, llevo dos balazos, 48 placas y tornillos en la cabeza y estoy platicando con usted. Yo sé que me voy a morir, pero el único que sabe cuándo, cómo y dónde está allá arriba, no en otro lado.

–Usted dijo alguna vez que Silvano Aureoles Conejo [Gobernador de Michoacán] le ofrecía irse del país a cambio de su libertad, ¿porqué lo quería fuera Silvano Aureoles?

–Por órdenes de su papá. ¿Yo en qué le perjudico a Silvano Aureoles al estar dentro de la Nación? En nada. Así como no lo he perjudicado al estar aquí en Michoacán desde el primer día que salí, ya tengo más de un año. Lo que sí es un hecho, es que a mucha gente no le gusta lo que yo digo, porque digo lo que veo; esa es la gran diferencia, por eso me metieron en la cárcel. No por la guerra que hicimos, eso les vale madre a todos, a todo el mundo, al Gobierno federal, al estatal, lo que les duele a estos señores es lo que decimos.

–Las palabras…

–Las palabras. Yo soy un simple médico de rancho; no nos dejaron otro camino, no estoy de acuerdo, una lucha armada entre nosotros ¡por el amor de Dios! ¡No hay nadie en este mundo que gane una guerra! No existe. Las guerras se acaban cuando los políticos titulares dicen ‘sabes que ya me cansé de jugar  a los balazos, fírmale tú y yo le firmó’. Y se acaba, no porque la hayan ganado, nunca se ha ganado una guerra. ¿Qué hizo Porfirio Díaz cuando empezaron los levantamientos sociales? Nomás se fue a Europa, pero aquí siguió la guerra. ¿Qué hicieron en la guerra de Reforma? Todos los jerarcas se fueron a España y dejaron a los pendejos matándose unos con otros y todos; eran criollos, nacidos aquí. En la guerra cristera se pone de acuerdo la iglesia con Plutarco Elías Calles y la guerra se acaba, pero no les avisan a muchos que todavía andaban en las montañas matándose, y siguieron matándose mucho tiempo después.

¿Qué hicimos los autodefensas? Nuestra guerra nunca fue contra el sistema, nunca fue contra el Estado mexicano, contra los municipios, fue única y exclusivamente contra un cártel lleno de nombres y apellidos de personas, de seres humanos y que por desgracia eran compadres, amigos, o queridos de gente del Gobierno federal, estatal o municipales. ¿Y qué pasó?, ¿meten en la cárcel a Manuel Mireles y otro grupo y se acaba la guerra? Dejaron de avanzar, es cierto, pero los autodefensas seguimos vivos, no nos han cumplido lo que prometió el 14 de abril Alfredo Castillo Cervantes. Se puso peor la cosa porque ahora resulta que aquella gente que armó Alfredo Castillo son ahora los dueños de los cárteles de Michoacán, y sólo ellos saben quiénes son, pues ellos les dieron las armas. A nosotros nadie nos dio armas, nadie, peleamos con lo que teníamos a la mano, esa es la gran realidad.

El doctor Mireles cobró relevancia nacional e internacional para el movimiento de las autodefensas, al denunciar en un video de 21 minutos –difundido en febrero de 2013– el terror y la impunidad en que vivían los pobladores de Tepalcatepec, en la región de Tierra Caliente en Michoacán. Foto: Cuartoscuro.

                                     II 

 “PEÑA NIETO ES EL ENEMIGO DE LOS MEXICANOS”

–¿Qué país deja Enrique Peña Nieto?

–Deja un país sumido en la desesperación, un país en llamas totalmente. Deja a unas instituciones que por el simple hecho de ser instituciones al servicio del pueblo, las deja bien corrompidas, bien destruidas. La nación mexicana ya no tiene absoluta confianza en ninguna de esas instituciones, aunque lleven el sagrado nombre de Desarrollo Social, ayuda humanitaria, resulta que están utilizando las mismas instituciones de apoyo a la pobreza de la nación para obligarlos a votar por ellos o comprándoles su credencial de elector, o con una copia. Y lo están haciendo a través de las instituciones consagradas a abatir la pobreza de la Nación. ¿Qué es más criminal, Don Gerardo que se roba cuatro latas de atún en Nayarit y le dan seis años de prisión, o los 17 gobernadores priistas que han robado miles y miles de pesos de sus estados, pero que también son recursos de la federación? Y otros cinco gobernadores de otros estados no se salvan, todos son corruptos. ¿Quién es más criminal, estos que ahora están comprando la voluntad del pueblo a través de su credencial de elector para seguir ellos desgraciando la Nación? Eso es lo más criminal que hay. Están abusando de la pobreza y el hambre de la gente, la gente no es ignorante, tiene muchísima hambre; esa es la gran diferencia. ‘No hay trabajo’, dijo el señor ese que metieron a la cárcel por sus cuatro latas de atún: ‘tengo 48 años, tres hijos chiquitos que tienen hambre y en este estado no conseguimos trabajo ni de veladores después de los 40 años’. ¿Quién es el culpable de eso? Si el Gobierno es el responsable de proveernos de trabajo, salud, educación y vivienda y no lo hace. Pero sí vemos la residencia, la casa blanca, las fincas, no nada más en México, por todos lados en el mundo donde las tienen. Y ahorita siguen humillando y faltándole el respeto al pobre agarrándose del hambre que el pobre tiene. Eso es injusto. Eso sí es criminal, así es como está dejando al país Enrique Peña Nieto. Este 1 de julio vamos a tener una magnífica oportunidad de cambiarlo todo, si respetan el voto del pueblo, pero como ya estamos viendo todos los fraudes y cómo los están maquinando en todos los estados de la república y en sus cientos de formas que lo están haciendo, que se prevenga el Gobierno mexicano.

–Si hay fraude, ¿puede salir el tigre?

–El tigre ya anda suelto. El tigre anda afilando sus uñas ahorita ya, ya las tiene bien afiladas, pero eso no lo ve el Gobierno federal tan ciego que está creyendo que su supremacía bélica que tiene, con eso van a lograr doblegar a la nación. Una nación nunca se doblega por las armas, siempre hay malos resultados. Antier estuvimos en Zacatecas presentando nuestro libro, cuando veníamos saliendo de Zacatecas encontramos 18 tráileres militares que iban llegando a Zacatecas con tanques de guerra. Cada tráiler traía un tanque de guerra y una tanqueta, ¿dónde será la guerra?, ¿el Ejército mexicano se está preparando para asesinar mexicanos en los estados de la República si rezongamos o protestamos para defender el voto?, ¿qué es lo que se ve en el futuro de México? Yo lo veo, porque ya viví esa guerra en la que yo participé, y la gente sigue viendo telenovelas y el fútbol. No ve los camiones militares llenos de tanques de guerra que circulan por la nación para ponerse en los lugares donde creen que habrá respuesta. Los mexicanos merecemos respeto, el Ejército mexicano también es pueblo. Lo dijo bien claro el Secretario de Defensa Nacional: ‘también somos pueblo pero con un uniforme’. Yo convoco a los líderes de las fuerzas armadas de la Nación a que no participen en el fraude con el Gobierno federal, que nos permitan votar libremente, y convoco a todo el pueblo que reciban todo el dinero y las despensas que les regalen, pero que no entreguen su credencial de elector, que mejor voten libremente. Los convoco a todos desde este lugar.

–Pero si se consuma un fraude doctor, ¿habrá derramamiento de sangre?

–Sí, sí va haber. Delo por hecho. No lo voy a iniciar yo, ni tampoco lo estoy organizando yo, que quede bien claro. Soy enemigo de las armas, las usé en mi pueblo, porque no me dejaron otro camino, en mi tierra. Pero toda la Nación está igual que en Michoacán.

–¿En este 2018 todo México está igual de harto como en algún momento estuvo Tepalcatepec por la impunidad que había, por el crimen?

–He recorrido varios estados de la república presentando mi libro. La Ciudad de México, presenté mi libro en la UNAM [Universidad Nacional Autónoma de México] y unos días antes hubo ejecuciones adentro de la UNAM por unos traficantes de droga; en la UNAM que es el corazón bélico de la juventud nacional. Estuve en Querétaro y escuché las amenazas de secuestro y asesinato de un grupo de empresarios de Querétaro, que se supone es uno de los estados más pacíficos. Antier estuve en Zacatecas, gente que se acercó a que le firmara el libro me dijo: ‘acaban de secuestrar a mi hermano, a  mi padre, asesinaron a mi familiar la semana pasada’. Estuve en Nayarit ante mil 200 estudiantes y lo mismo. Toda la Nación está igual de desesperada. No creo yo que el Gobierno federal esté preparado para impedir un levantamiento social, están preparados para asesinar mexicanos desarmados. La Marina, los militares, los policías federales, los estatales, hasta los municipales practican tiro al blanco en siluetas de cartón fijas, no queremos un levantamiento social. Los mexicanos no estamos preparados para un revolución, una guerra. Los mexicanos no nos hemos recuperado de las guerras de independencia. Ahí murieron todos los hombres y mujeres valientes que tenía la naciente nación en 1818. Los hijos de ellos fueron los que hicieron la guerra para expulsar a los franceses de la nación mexicana y también murieron todos los hombres y mujeres valientes que tenía México en 1857, y los hijos de ellos hacen la Revolución Mexicana y se vuelven a morir todos los hombres y mujeres valientes de la Revolución Mexicana; y los que no se murieron los pendejos se mataban unos con otros por una silla presidencial valiéndoles madre el pueblo. Los hijos de los revolucionarios hicieron la guerra cristera, hicimos las guerras de los autodefensas. Este es mi hijo, el tercero, pregúntele lo que está pensando…que ya les toca. ¿Ustedes lo creen justo? No necesitamos una guerra civil.

Voy a decirlo nuevamente: le pido a Enrique Peña Nieto, y a todo su equipo de secuaces: saquen las manos de esta elección que sigue. Le garantizamos que se puede retirar en santa paz y que la historia de la Nación mexicana lo juzgue. No se va limpio, porque lleva mierda hasta el pescuezo, él y toda su gente, pero si saca las manos de la elección se va a ir tranquilo y en paz, aunque lleve la corrupción a todas sus tres generaciones o cuatro siguientes. Pero que nos deje decidir a los mexicanos libremente la elección.

–¿Peña Nieto es el enemigo de los mexicanos?

–Siempre, desde el primer día que tomó posesión. ¿O usted sabe que haya hecho algo bien a los mexicanos? Ha hecho bien a su núcleo de amigos, su familia, pero al pueblo de México, ¿qué bien le ha hecho? Señáleme un beneficio que los mexicanos tengamos gracias a él, con uno sólo se va al cielo: nos desgració el petróleo, nos desgració las minas, nos desgració los bosques, ahora está desgraciando el agua de los mexicanos, ya ni los mexicanos pueden pisar sus playas; se las vamos a quitar, todo. Todo lo que él haya vendido se lo vamos a quitar, lo siento mucho por los grandes empresarios que igual de corruptos que él hayan hechos negocios con él, porque saben que adquirieron bienes robados a la nación mexicana. Y Peña Nieto no es la nación mexicana, la nación mexicana somos los mexicanos bien nacidos en nuestra Patria.

–Le iba a preguntar precisamente si tenía que ser juzgado Peña Nieto después de la elección. ¿Usted qué entiende por la amnistía que propone López Obrador?

–Yo fui preso político y en dos cárceles federales nacionales vi personalmente que el 97 por ciento de los presos no son criminales, son inocentes. Los que deberían estar presos son los patrones de ellos, pero esos patrones de ellos son los que almuerzan y se desayunan con  la gente del Gabinete. Esa es la amnistía que ofrece el señor Andrés Manuel López Obrador, y está en su justa razón. El pueblo no sabe distinguir entre un criminal y un delincuente, porque toda la vida nos han enseñado que esos son los malos, pero los que nos enseñan quiénes son los malos son los peores del mundo: un niño de Quintana Roo dice que detienen a Don Miguel, se robó una gallina y le dieron 10 años de prisión, y su Gobernador se robó 1,700 millones de pesos y no pisó un solo día la cárcel. El mismo día que sentencian a Don Gerardo en Nayarit a seis años por robarse cuatro latas de atún, ese mismo día mencionan a un señor que robó a Banamex no sé cuantos millones de pesos, el juez fijó una finanza de siete millones y el señor no pisó la cárcel. ¿Dónde está la justicia? Ya sabemos que el criminal más grande del mundo es el Gobierno. ¿Qué te ha dado a ti el gobierno? Yo sé y respeto la comodidad que muchos mexicanos sienten al estar en una nómina estatal, federal o municipal, sienten que ya su vida está hecha, que bueno y que lo sigan sintiendo así, los felicito, pero somos 120 millones de mexicanos y los únicos que están cobijados por el presupuesto federal no pasa de cinco millones, ¿y los demás?

–Para esta élite de la que usted me está hablando, para el Gobierno que ha sumido a la Nación en corrupción, ¿para ellos no debe haber amnistía?

–Yo estoy de acuerdo en que se debe hacer un análisis profundo con la Suprema Corte de Justicia de la Nación [SCJN], pero desgraciadamente también ellos están involucrados en la corrupción nacional, todos ellos. ¿Por qué no hay justicia para Don Miguel y Don Gerardo, pero sí hay justicia para [Miguel Ángel] Yunes Linares o los que saquearon la Nación? Pero, ¿no es criminal a los niños con cáncer darles agua de la llave, no darles la quimioterapia y aparte cobrarla como quimioterapia?, ¿no es criminal asesinar niños de esa manera? Eso es peor que un chacalismo. Y ahora lo tenemos hasta de candidato a Presidente de la República. Yo sé que muchos pendejos van a votar por él, muchos a huevo porque les quitan la comodidad de sus quincenas, pero son cinco millones de mexicanos los que votan por el sistema, ¿y el otro 115 millones de mexicanos, no podemos defendernos, luchar contra eso? Nuestra mejor arma es el voto. Nuestra mejor trinchera son las urnas, ahí es donde todos debemos ir. Convoco a la nación mexicana a que se convierta en autodefensas electorales, yo sigo siendo autodefensa, y mi libro dice ‘todos somos autodefensas’, todos, defendamos el voto. Llevemos una camisa blanca el día de las elección, el sistema se tiene que dar cuenta que por cada 20 camisas blancas, habrá una de diferente color y aún así van a querer pregonar que ganaron la elección: pues pendejos; a quién van a engañar si somos nosotros. Habrá observadores electorales, vamos a tener muchas pruebas y si con todas esas pruebas se atreven a declarar el fraude, con todo respeto, yo ya hice lo que yo tenía que hacer, que otros hagan lo suyo.

«Todos somos autodefensas», se convirtió en una consigna de ciudadanos simpatizantes del movimiento iniciado por el doctor José Manuel Mireles en Michoacán, y luego cuando apresado por el Gobierno federal por crímenes que no cometió. Foto: Cuartoscuro

III

“NO SOY MATRAQUERO DE NINGÚN POLÍTICO”

A pesar de que José Manuel Mireles declaró en varias ocasiones a la prensa nacional y extranjera que no estaba interesado en la política, de cara al proceso electoral de este año –el más grande, costoso e importante de la historia del país–el ex líder de las autodefensas de Michoacán le dijo que sí a Andrés Manuel López Obrador, candidato a la Presidencia de la República de la coalición “Juntos haremos historia”.

Morena, el partido que fundó el tabasqueño, postuló a Mireles Valverde a una diputación plurinominal para el Congreso Local; sin embargo, el Instituto Electoral de Michoacán (IEM) resolvió acatar la resolución del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán  (TEEM) y revocar la candidatura del médico por considerarla violatoria de los derechos políticos de Francisco Cedillo de Jesús.

Hoy José Manuel Mireles dice desconocer qué sucederá con su candidatura, pues eso está en la cancha de partido. Pero aún y con su decisión de incursionar en el Congreso de Michoacán como Diputado, se asume como un luchador social y no como un político.

–¿Cómo se da el acercamiento con Andrés Manuel López Obrador?, ¿cómo se conocen?

–En primer lugar yo tengo una deuda de gratitud muy grande con él, porque desde el primer día de mi detención organizó marchas, mítines, plantones, en los principales estados de la nación mexicana exigiendo, demandando mi libertad inmediata. Por otro lado, quiero ser honesto: yo nunca he leído su plan de trabajo para la nación, pero yo sí hice el mío, no soy político. Nosotros organizamos la Fundación Mireles en Michoacán y hay enlaces en Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Canadá y varios países, son enlaces directos, y todos coincidimos en lo mismo, en participar en la reconstrucción del tejido social de la nación propuesto por Andrés Manuel López Obrador. Yo le entregué el mío y le dije ‘yo tengo el propio y no me ha sido posible hacerme de uno suyo’, y me dice ‘yo ya sé el tuyo y sí coincide, veo que las coincidencias pueden ser mutuas y el apoyo puede ser mutuo’. Yo se que él no necesita a Manuel Mireles para ganar la elección; él ya la ganó a ojo cerrado ya la ganó, ahora lo que tenemos que hacer todos los mexicanos, no nada más Manuel Mireles, es defender el voto, por eso he instalado el Consejo Nacional de Autodefensas Electorales, lo acabamos de instalar internacionalmente el 26 y 27 de mayo en Aquila, Michoacán. Vinieron gente de 20 estados de la república mexicana y de 15 estados de la Unión Americana. Ya está armado y echado a andar, ahora vamos a adoptar la camiseta de autodefensa electoral.

–¿Cómo es esa camiseta?

–Es una camiseta blanca, con un tigre en el lado del corazón con un sombrero negro, por si alguien tiene duda de quién lo organizó. Tuve la oportunidad de acompañar a Andrés Manuel este fin de semana y afortunadamente coincidimos yo en mi lucha social, y él en el proyecto de nación que él tiene. Yo en chiquito obviamente, yo solamente sueño con la paz social de Michoacán, con la reconstrucción del tejido social de Michoacán, pero él de él es la nación.

–¿Cómo puede conseguir la gente esta camisa blanca con el tigre?

–Pues uno la manda hacer. Hubo una persona que prometió darme mil camisetas. El día que las ocupaba me dijo nomás te conseguí 32 y no las han hecho. Hay mucha gente noble, de muy buena voluntad, de muchísimas nobles intenciones. Yo le digo: ‘no me regale ni una, haga una para usted’ y lo mismo le digo a usted: ‘haga una para usted, si hay chanza’.

–Doctor, no puedo dejar pasar y preguntarle: ¿qué lo hace cambiar de opinión en torno a la política?

–Yo nunca he sido político, ni voy a ser político: soy un luchador social. Pero soy de los que piensan que todo luchador social debe estar siempre en el lugar en donde se toman las decisiones para no tener que andar tomando armas. Ese es el error más grande que comete el Gobierno, de plurinominales meten a sus compadres, amigos, ahijados, sobrinos o los líderes de los partidos que de líder, no tienen ni madre, ninguno de ellos, porque se acuestan con la camisa azul y se levantan con la amarrilla, la verde. Tiene más liderazgo natural cualquier luchador social de la república mexicana, hasta un representante de taqueros tienen más capacidad, liderazgo que esos que se dicen líderes nacionales. Eso es una farsa, una estupidez, una mentira. Yo no soy político y no pertenezco a ningún partido político y nunca voy a pertenecer a ningún partido. No soy matraquero de ningún partido político. Si yo participo en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, va a ser porque me interesa trabajar junto con él para la reconstrucción del tejido social de la patria; no para él, mucho menos para su partido. Son cosas muy diferentes. Yo lo admiro y aprecio mucho, porque es el único que públicamente ha luchado en contra la de la corrupción del sistema desde hace 18 años . Mi pleito fue local, fue de Tepalcatepec contra cabrones que todos los días nos asesinaban y secuestraban, y que a pesar de que yo metí cientos de demandas nunca hubo una respuesta. Cuando pasó eso que pasó en mi familia yo le hablé al Gobernador de Michoacán y me dijo: ‘comprende que solo soy un ciudadano ocupando un puesto de Gobierno. No te puedo ayudar’. Tuve que hacerlo, no tuve otro camino.

–¿Qué va a pasar con la candidatura? Ya la bajaron, ¿sigue algún otro camino?, ¿impugnarán esta decisión?

–Mire esto lo está haciendo el partido, no yo. A mí no me interesa. Yo siento que le soy más útil a mi pueblo desde mis trincheras, si me dejan. Claro que si me dan la posibilidad de tener una curul en el estado, algunos me dicen que si soy pendejo, que porqué no acepté las cinco senadurías que me ofrecieron; pero, ¿qué hace un tierracalieteño en una senaduría que nunca lo van a dejar hacer nada? Aquí puedo hacer todo lo que yo quiera para cambiar las cosas, en el Senado no puedo hacer nada; en la diputación federal no puedo hacer nada, como Diputado local puedo cambiar todo en Michoacán. No necesito ser Gobernador, ni presidente de la Cámara, nomás con ser Diputado plurinominal tengo la facultad de andar por todo el estado, porque los diputados que van a ganar su curul tiene la posibilidad de andar por cinco, seis municipios nada más, y yo voy andar por todo el estado de Michoacán para cambiar las cosas; eso sí si me dejan.

–¿Quién está operando para bajarlo?

–Siempre que hablo mal el candidato del PRI [Partido Revolucionario Institucional] a la Presidencia de la República [José Antonio Meade Kuribreña], la primera vez de este señor en Tamaulipas dijo pendejada y media de los autodefensas, yo protesto y le digo: ‘usted no tiene derecho hablar y no se lo permito hablar de los autodefensas, no tiene calidad moral, porque él es uno de los culpables de que haya tanto asesinato en Michoacán y en todo el estado de la república por el hambre’. Él es culpable, él aumentó el hambre de la Nación, si su patrón le pagó para que lo hiciera está bien, pero ahora quiere ser Presidente de la República, nunca va a llegar, lo bueno es que ya se va. A una hora 20 minutos de que yo le contesto a él, me llega la respuesta del Tribunal de Michoacán, ¿que casualidad no? La respuesta la tenían que dar el miércoles siguiente y la dan el viernes a media noche. Lo mismo pasó este fin de semana. El sábado yo ando con AMLO por todo Michoacán y el domingo a media noche otra vez para abajo. Son los juegos de ello, la porquería de la política que está heredando el sistema que tenemos; que sigan a mí no me afecta, ni me interesa tampoco. A lo mejor voy a tener otra posición mejor en otro lado más arriba, y les va a ir peor. No es venganza, voy a cambiar las cosas en el estado de Michoacán para lograr la paz social en mi estado, pero a través de la reconstrucción del tejido social […]. Los michoacanos somos gente de trabajo, nuestra tierra es bíblica, es la que produce leche y miel, en cualquier parte del estado lo que siembres vas a cosechar en millares; me siento orgulloso de ser michoacano y por eso lo voy a seguir defendiendo mientras me dejen.

–Con este deseo que tiene usted de cambiar la realidad social del país, ¿le gustaría llegar a una gubernatura o a la Presidencia de la República?

–¡Ah como no! Si es el mejor lugar para cambiar las cosas, olvídese, se facilita todo. Yo por eso le tengo mucha fe a Andrés Manuel López Obrador, porque ya lo ha pregonado durante muchos años, ahora hay que apoyarlo para que esté ahí. También lo vamos a cuidar de que lo cumpla, él lo sabe, pero no soy su enemigo. Él me dijo que me considera su amigo, yo también, porque tenemos la misma ilusión: cambiar el sistema nacional pero para beneficio del pueblo. Yo quiero ver cristalizado eso, y él me va ayudar a ver cristalizado en Michoacán eso. Es mi único sueño, no voy a regresar a las armas. Ando levantando trincheras en las universidades, con los académicos, estudiantes, pero para despertar la razón y la conciencia, para no tener que vender nuestra voluntad si queremos tener una Nación en paz.

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