“El arroz ya se coció”, dice Porfirio Muñoz Ledo, ícono de la izquierda mexicana y candidato a la Cámara de Diputados por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), sobre el que considera es el inminente triunfo de Andrés Manuel López Obrador, candidato a la Presidencia de la República de la coalición “Juntos haremos historia”, el 1 de julio. Ponerlo en duda con 20 puntos arriba sobre el resto de los contendientes, sería un escándalo mundial, afirma.
Muñoz Ledo argumenta en entrevista con SinEmbargo que el tema en la elección de este año no es el fraude electoral, sino las jugadas que los competidores del tabasqueño realizan en los estados para evitar que tenga la mayoría en el Congreso de la Unión cuando sea Presidente y así hacerle la vida difícil.
El único problema serio, argumenta, es que el Instituto Nacional Electoral (INE) “no está haciendo su chamba”.
Ciudad de México, 18 de mayo (SinEmbargo).– Andrés Manuel López Obrador, candidato a la Presidencia de la República de la coalición “Juntos haremos historia”, será el ganador indiscutible el 1 de julio por la ventaja de más de 20 puntos que mantiene desde hace un año; de no ser así, sería un escándalo mundial, dice Porfirio Muñoz Ledo, ícono de la izquierda mexicana y candidato a la Cámara de Diputados por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
En su despacho particular, ubicado en Lomas de Chapultepec en la Ciudad de México, Muñoz Ledo afirma en entrevista con SinEmbargo que no existe la posibilidad de un fraude electoral en 2018, porque las condiciones del proceso electoral son muy distintas a las que se dieron en 2006 y 2012.
“Es lo que yo llamo el fatalismo del fraude. Eso no existe. En 2006 no había las condiciones de ahora. En primer lugar las cifras estaban muy cercanas, no esta cuestión absolutamente arrolladora. Repito: en cualquier país del mundo occidental u oriental donde un candidato tenga más de 20 puntos arriba durante un año el arroz ya se coció. Sería un escándalo mundial que no ocurriera así, imagínate; ya te dije: en Francia o en Gran Bretaña o en Italia que un candidato fuera 20 puntos arriba, ¿quién voltea eso?”, dice contundente el hombre que en 1988 alzó la voz para reclamar la caída del sistema que terminó por dar como ganador de la contienda presidencial al priista Carlos Salinas de Gortari, contra lo que parecía el evidente triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Hoy, 30 años después, la posibilidad de un fraude durante la contienda electoral es mínima, pues el Instituto Nacional Electoral (INSE) “sí sabe contar votos”, afirma.
“El fraude es antes de las elecciones. Quiere decir que hay dinero ilegal, intervención del gobierno, triangulación de fondos. La elección del Estado de México es el mejor ejemplo que tenemos. Entonces los votos llegan a las urnas, pero comprados. El tema de si se cuentan bien los votos ha sido superado desde hace mucho tiempo en México; el INE sí sabe contar votos. El problema es antes de la elección”, argumenta.
Aunque Muñoz Ledo ve difícil que la réplica del modelo que aplicó el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Estado de México para llevar a la gubernatura a Alfredo del Mazo Maza, pueda aplicarse con éxito en la elección federal, el INE, como árbitro electoral, no está haciendo su trabajo.
“El INE no está sacando tarjeta amarilla, ni tarjeta roja. El INE tiene facultades constitucionales para parar todo lo que está ocurriendo. Nosotros le pusimos especial acento en el tema de la fiscalización, no la del dinero federal que sería importante, sino la fiscalización del dinero que está corriendo hacia los estados y para las campañas negras […]. Es el único problema que veo serio”, dice.
Muñoz Ledo contesta algunas preguntas sobre si existe o no un problema entre López Obrador y los empresarios en México. También habla sobre la polémica amnistía que el candidato presidencial ha planteado para pacificar al país.
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–Faltan 50 días para la elección y cada vez se está hablando más desde la academia y el sector político que hay una amenaza de un posible fraude electoral: ¿cómo ve usted este tema de un posible fraude y que diferencia hay en este 2018 con 2006 y 2012?
–Hoy en la mañana leí una declaración de un personaje nacional que decía que todo está confuso. Yo creo que todo está clarísimo, no hay prácticamente nada que esté en duda. Primer hecho: hay un candidato a la Presidencia de la República que durante un año ha mantenido 20 puntos de distancia con los demás, si esto ocurriera en Francia o en Estados Unidos, ya no se discutiría. Hay un candidato evidentemente ganador, eso es claro como la luz del día. Segundo: lo que está en juego es la mayoría del Congreso, de lo contrario le van hacer al nuevo Presidente, que será Andrés Manuel López Obrador, muy difícil la vida. Lo que están peleando es la mayoría del Congreso, estamos más o menos según las estimaciones a las encuestas de ayer que dan 48 por ciento a favor de Andrés, estamos como a 270 diputados arriba, es cosa que daría mayoría, pero es lo que hay que reafirmar. Tercero: hay una inmensa campaña negra, totalmente inconstitucional e ilegal que el INE [Instituto Nacional Electoral] ha tolerado. Cuarto: hay una especie de retaguardia del viejo sistema que está atrincherándose en los estados, mandando todo tipo de recursos, federales, programas, asignaciones nuevas, programas sociales.
Lo último, y me da mucha pena decirlo por mi amistad con el presidente Consejero del INE [Lorenzo Córdova], es que no está haciendo su chamba. Está hablando que si es cerrada la elección, que si no es cerrada, no le corresponde a él decirlo: si quiere dedicarse a los pronósticos que mejor vaya a las carreras de caballos, no a las de candidatos. Hay una falla muy grande del INE que puede enturbiar un poco las cosas, precisamente estamos trabajando para pararlo. Nosotros formamos un colectivo de 48, 49 personas que le llamamos el grupo de los 50; somos expertos, líderes de la sociedad civil, intelectuales, que hemos tenido ya dos reuniones. Una con la presidencial del Tribunal Electoral Federal y otra muy larga con Lorenzo Córdova y quedamos en 18 puntos, que son los indispensables, a nuestra manera de ver, para que no haya distorsión en las elecciones. Nos ofreció cumplir, pero no lo están haciendo. Están muy débiles los de la autoridad.
–¿Qué puntos no está cumpliendo el INE?
–El INE no está sacando tarjeta amarilla, ni tarjeta roja. El INE tiene facultades constitucionales para parar todo lo que está ocurriendo. Nosotros le pusimos especial acento en el tema de la fiscalización, no la del dinero federal que sería importante, sino la fiscalización del dinero que está corriendo hacia los estados y para las campañas negras. La tarjeta amarilla, y se lo hemos dicho en esas palabras a Lorenzo Córdova, es una advertencia muy fuerte. Si no tiene sanción, puede incluso quitársele el registro del partido. No está ejerciendo su autoridad el INE. Es el único problema que veo serio.
–¿Cómo ocurrió con el video con niños de Mexicanos Primero?
–El de Mexicanos Primero es claro: era violatorio de la Constitución, porque se prohíbe cualquier tipo de propaganda contratada por particulares que induzca al voto. Al punto que el Tribunal lo echó para abajo, que es la primera vez que ocurre. Luego se contradije el INE: había dicho con toda claridad que tendría resultados a las 11 de la noche y luchó en controversia con el Tribunal, y ahora dicen que no pueden a las 11.
–¿A qué hora lo están planteando?
–No lo han dicho.
–Aún con esta actuación del INE, ¿usted no ve peligro de un posible fraude?
–Es que, ¿qué entiendes por fraude? Ahí hay una distorsión terrible en la mente. Tú dime primero, ¿qué entiendes por fraude?
–Que no se respeten los votos.
–Ese fraude ya no existe. Eso fue hace 30 años. El fraude es antes de las elecciones. Quiere decir que hay dinero ilegal, intervención del gobierno, triangulación de fondos. La elección del Estado de México es el mejor ejemplo que tenemos. Entonces los votos llegan a las urnas, pero comprados. El tema de si se cuentan bien los votos ha sido superado desde hace mucho tiempo en México; el INE sí sabe contar votos. El problema es antes de la elección. Hubo un fraude post jornada electoral en 1988, nosotros les ganamos con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas [Solórzano] y pararon el sistema para que no se computara y se dieron tiempo para cambiar las urnas. El fraude de jornada electoral es mínimo.
–Alguna vez usted dijo que querían reproducir este esquema que aplicaron en el Estado de México en la elección federal.
–Claro, si lo ha dicho [José Antonio] Meade en todos sus tonos.
–¿Están en tiempo de que les pueda funcionar?
–No, ya no tanto como entonces. Pero ahí es donde el INE tiene que detener, tiene el antecedente. El INE dice que envió, no los dijo públicamente el presidente del INE, recomendaciones y llamados en el Estado de México, porque fueron bajo la jurisdicción de este consejo del INE, pero que nos les hicieron caso. Tiene que actuar con toda autoridad. Es la máxima autoridad del país en tiempo electoral, tiene mando hasta sobre el Ejército y hay que poner una serie de cosas por delante. Por ejemplo, hay una acción de inconstitucionalidad en la Corte sobre la Ley de Seguridad Interior; es bueno que la fallen antes de las elecciones para que ya sepa el Ejército a qué atenerse sea quien sea el Presidente, hay que hacer una serie de cosas pequeñas. El tema no es el fraude. El tema es que quieren quitarle votos a Andrés Manuel, todos los que puedan.
–Sobre esta presión que supuestamente hicieron los empresarios a Meade para apoyar a [Ricardo] Anaya…
–Los empresarios, ¿qué empresarios? Tú eres empresaria, esta es una empresa. Yo soy empresario, emprendo tareas literarias. Son cinco gentes. Hacer un escándalo nacional por cinco gentes, que ni siquiera son los más ricos de México, el más rico de todos ni está ahí y eso asusta a todo el mundo: ¿qué importancia tienen? Dicen que son los grandes empleadores y dan menos del 3 por ciento del empleo en México. Estaban confabulando, conspirando. Las conspiraciones tienen, como el juego de los escondites, que en el momento que se descubren desaparecen, ya no existen.
–¿Entonces no hay un peligro real en esto del empresariado en contra?
–Este es un grupo de cinco gentes. Uno de los cinco ya se entrevistó con el ingeniero [Alfonso] Romo, pero son cinco. ¿Qué pueden cambiar esos cinco?, ¿por qué dicen «los empresarios»? Todos somos empresarios.
–Bueno, hay una distancia muy grande entre…
–No es problema de dinero. Un empresario es el que emprende, desde el que tiene un changarrito, el vendedor de tacos de la esquina, el que vende tamales, aunque sea pequeña, pero es empresa. Y las Pymes, Pequeñas y Medianas Empresas, dan el 90 por ciento del empleo formal del país.
–¿Y todos ellos están con AMLO?
–No, son parte de la ciudadanía. Sí, bueno porcentualmente yo creo que sí.
–Pasando otro tema, leí un artículo que usted escribió sobre la amnistía, me gustaría que nos platicara sobre eso. ¿Cuál es su visión sobre este planteamiento?
–La amnistía es la salida constitucional de los conflictos. La única forma que conoce en derecho internacional y en derecho interno. Una guerra civil se acaba con amnistía. Hay una amnistía que es un olvido. La amnistía es como amnesia. Cuando acaba la guerra con los alemanes, pues no matamos a todos los alemanes, digo. Cuando se acaban las guerras de Centroamérica, pues no se mata a todos los adversarios. Hay olvido. Es una ley constitucional, dicen que es ilegal, son unos tontos; sobre todo este calvito vociferante, este muchacho [Ricardo] Anaya, el pensamiento le nace en la lengua a este muchacho, no piensa lo que dice. La amnistía es el procedimiento constitucional previsto en la Carta de las Naciones Unidas. Es el paso de la guerra a la paz. En todas las guerras internas se ha dado la amnistía, salvo en el caso del levantamiento armado en Chiapas, porque el subcomandante no quiso que se le diera la Ley de Amnistía, yo estuve en esa negociación, porque decía que él no era culpable. Se hizo una Ley de Reconciliación Nacional, que era el equivalente. Otra cosa es el indulto, el indulto es una gracia del Ejecutivo que se otorga persona por persona a alguien que ha delinquido y que ya está juzgado; es una gracia del Ejecutivo, la amnistía es la solución civilizada para terminar los conflictos.
–¿Quiénes serían candidatos a una amnistía en México?
–Es un número indeterminado de personas que intervinieron en un número indeterminando de hechos. Son candidatos todos los que participaron, fundamentalmente en las cadenas más bajas. Los que fueron forzados a ello de los dos lados: por la disciplina militar, también ellos mataron por la leva de la revoluciones, por la necesidad, por muchas razones. No se refiere a los que han cometido delitos graves ni menos a los que han violando derechos humanos; esos no están incluidos en la amnistía.
–Usted escribió que podrían ser candidatos los bajos mandos que cometieron los crímenes de Tlatlaya.
–Yo no escribí eso.
–Bueno yo lo leí en el artículo.
–Ah bueno, en cualquier asunto en el que participan gentes de los bajos mandos. Mira hay una Ley que yo cito famosa: cuando se hace la paz en la Argentina, cuando caen los generales, el Presidente [Raúl] Alfonsín expide una Ley de Obediencia Debida, para gente que actuó por obediencia, después se modificó con [Carlos] Menem, pero no deja de ser cierto que la amnistía es la única manera civilizada constitucional de cerrar un episodio de guerra y abrir un episodio de paz.
–Y en un país tan dolido como México por los actos criminales, ¿eso no será mal visto?
–Sí se explica bien no. Mira sobre ningún artículo tengo tantos comentarios en redes sobre eso. Incluso tengo una carta de un gran amigo jurista que me pide que haga un ensayo sobre la amnistía. De todas maneras habrá amnistía, tiene que haberlo en el momento que se establece la paz. Yo creo que no se entiende. Es bueno que me preguntes, pero me gustaría que entendieras: la amnistía es un olvido colectivo sobre hechos del pasado. Se termina una guerra en Siria: tienes que dar una amnistía general, ni modo que mates a todos los de un bando, o que mates a todos los del otro. Habrá quien lo vea mal y quien lo vea bien, a los que se vieron envueltos en el conflicto, ya juzgarás a los líderes del movimiento y eso es otro problema. Lo que pasa es que no se ha explicado. ¿Es muy difícil de entender?
–Pues más o menos. Por eso le preguntan periodistas y en redes.
–Pues todo el mundo está contento con lo que escribí y lo entendió.
–Finalmente, me gustaría cerrar esta entrevista con, ¿qué diferencias ve usted en esta elección con 2006 y 2012?
–Son muy grandes. Es lo que yo llamo el fatalismo del fraude. Eso no existe. En 2006 no había las condiciones de ahora. En primer lugar las cifras estaban muy cercanas, no esta cuestión absolutamente arrolladora, repito: en cualquier país del mundo occidental u oriental donde un candidato tenga más de 20 puntos arriba durante un año, el arroz ya se coció. Sería un escándalo mundial que no ocurriera así, imagínate; ya te dije: en Francia o en Gran Bretaña o en Italia que un candidato fuera 20 puntos arriba, ¿quién voltea eso? En 2012 no había las condiciones, además el IFE [Instituto Federal Electoral] tuvo una actuación nefasta. El famoso [Luis Carlos] Ugalde –que ahora se anda exhibiendo como teórico en democracia–, ese fue una lacra. Pero fue reñidito, aquí no, hay una distancia inmensa. ¿Qué no se lo explica la gente?, ¿la diferencia entre tres puntos y 20 puntos?, ¿es obvio, no? Cómo en las carreras, de coches, en la Fórmula 1: vas cuatro vueltas adelante, pues salvo que te estrelles vas a llegar mucho antes. Son cosas obvias. Están sembrando duda en la gente, es lo único que saben hacer.
–¿Quién está sembrando la duda?
–El establishment, lo que Andrés llama la mafia del poder.