El departamento de genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva está llevando a cabo la creación de «organoides cerebrales» para entender mejor las diferencias cognitivas entre H. Sapiens y H. Neanderthalis.
Por Marcos Merino
Ciudad de México, 13 mayo (TICbeat/SinEmbargo).- Los genetistas están decididos a responder a la pregunta de qué hace única a nuestra especie, y creen que la mejor vía para ello es comparar nuestra biología con la de nuestros parientes (extintos) más próximos: “Los neandertales son los parientes más cercanos de los actuales humanos, así que si vamos a definirmos como especie, realmente deberíamos compararnos con ellos“. Quien habla es el profesor Svante Pääbo, director del departamento de genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Alemania.
Svante Pääbo ya dirigió en su momento el exitoso proyecto internacional para descifrar el genoma de Hombre de Neandertal, y su laboratorio destina sus esfuerzos en devolver a la vida aspectos concretos de la biología neandertal a través de sofisticadas técnicas de edición de genes. Unas técnicas que están usando ahora mismo para un experimento que parece sacado de una novela de Michael Crichton, consistente en crear «cerebros en miniatura» desarrollados a partir de material genético neandertal.
Estos «cerebros» reciben el nombre de «organoides cerebrales» y son poco más que burbujas de tejido del tamaño de una lenteja, que crecen a partir de células madre sapiens modificadas para contener ADN neandertal, y que son por tanto incapaces de sostener pensamientos o sentimientos. “Estamos viendo si podemos encontrar diferencias básicas en el funcionamiento de las células nerviosas que puedan ser la base de por qué los humanos parecemos ser cognitivamente tan especiales”, afirma Pääbo.
Recordemos que los neandertales, pese a que durante mucho tiempo estuvieron vinculados a una imagen de humanoides brutos y primitivos, realmente fueron una especie capaz de producir arte rupestre y de realizar enterramientos de sus congéneres fallecidos… amén de ostentar una capacidad cerebral media mayor que la nuestra (eso no significa que nuestro cerebro se haya reducido durante el proceso evolutivo: realmente los neanertales no son nuestros antepasados, sino nuestros primos, resultado de un linaje humano que salió de África mucho antes que el nuestro).
Precisamente por eso, éste experimento y otros precedentes dirigidos por Pääbo con el mismo fin (como la inserción de genes neandertales en ratones para estudiar el desarrollo craneofacial en ratones, o en huevos de rana para analizar las diferencias de percepción del dolor) pueden resultar, como mínimo, chocante para el público.