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Adela Navarro Bello

14/03/2018 - 12:00 am

El legado de Peña, más asesinatos, menos ingresos

De los 35 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa la primera posición en muertes por arma de fuego, y la última en producto interno bruto por habitante. Esto de acuerdo al análisis de la información obtenida del Banco Mundial y de la Small Arms Survey.

de Los Siete Cárteles Que Había En La Década 2000 2010 Hoy Se Cuentan Más De Diez Foto Macho Ruiz Cuartoscuro

De los 35 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa la primera posición en muertes por arma de fuego, y la última en producto interno bruto por habitante. Esto de acuerdo al análisis de la información obtenida del Banco Mundial y de la Small Arms Survey.

Efectivamente, el listado titulado “muertes por arma de fuego en países OCDE”, indica que en México mueren por arma de fuego 86.5 personas por millón de habitantes, convirtiéndolo en el país más letal en ese rubro y de los 35 que integran la OCDE. Otros tres países resultan con un alto número de muertes por arma de fuego, pero ninguno llega si quiera a la mitad de la estadística de México. Turquía ocupa la segunda posición con 32.8 muertes por arma de fuego por cada millón de habitantes, Estados Unidos 31.5 y Chile 20.9.

Respecto el producto interno bruto por habitante (cuánto aporta cada habitante respecto la valoración total), México ocupa el último sitio con 17 mil dólares, mientras los países que le siguen en la estadística de mayor número de muertes por arma de fuego, lo superan considerablemente: Chile 23 mil dólares, Turquía 25 mil, y Estados Unidos 58 mil. El país con mayor producto interno bruto por habitante, en este caso Luxemburgo con 102 mil dólares, es también uno de los que menores muertes por arma de fuego registran, 1.7 personas muertas por arma de fuego por cada millón de habitantes.

La relación entre bajos ingresos y poca productividad contra altos índices de asesinatos por arma de fuego es innegable ante la estadística oficial, argumentos que el gobierno de la República Mexicana frecuentemente desoye.

En el sexenio de Enrique Peña Nieto, hasta diciembre de 2017 en cinco años de administración, fueron asesinadas 119 mil 561 personas. Aunque la cifra corresponde a datos oficiales generados por el instituto nacional de estadística y geografía, o al sistema nacional de seguridad, en la administración priísta se han encargado de minimizar el tema una y otra vez desde el primer año en que los muertos se fueron acumulando.

La misma información de OCDE señala que los mexicanos –por lo menos en 2016- son los que más trabajan, un promedio de 2 mil 255 horas al año, pero los que peores ingresos tienen, con apenas 14.63 dólares, muy pero muy por debajo de la media de los 35 países, que se ubica en los 50.21 dólares. Con todo ello, de manera sistemática, el gobierno de Enrique Peña Nieto, y por cierto en su momento también la secretaría de hacienda y crédito público dirigida por Antonio Meade, se ha negado al incremento al salario mínimo, ya no digamos a la media delos países de la OCDE, cuando menos a una cantidad que satisfaga las necesidades básicas de los mexicanos.

Al tiempo en México existen cada vez más células del narcotráfico y el crimen organizado, con más narcomenudistas, distribuidores, sicarios. De los siete cárteles que había en la década 2000-2010, hoy se cuentan más de diez (CJNG, de Sinaloa, Arellano, Zetas, Caballeros, Familia, Beltrán, Golfo. Juárez, la Línea), y entre estos unos 80 subgrupos delictivos que en estados como Baja California Sur, Colima, Sinaloa, Guerrero, Tamaulipas, Baja California, sostienen guerras unos contra otros, (los chapitos, los menchos, los rojos, los mayos, los teguripeños, y muchos más).

El actual gobierno de México encabezado por el priísta Enrique Peña Nieto, no logró, ni combatir óptimamente al narcotráfico y al crimen organizado, como tampoco tuvo éxito en el combate a la pobreza. De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), más de 53 millones de mexicanos continúan en la pobreza. Y los estados que registran los mayores índices de pobreza son precisamente aquellos administrados por gobernadores que han estado bajo la sospecha de corrupción, el Estado de México con 8.2 millones de pobres, y el de Veracruz con 5 millones de pobres, donde en el primero, el ex Gobernador Eruviel Ávila de acuerdo a la Auditoría Superior de la Federación, desvió más de mil 500 millones de pesos de recursos federales a distinto fin al etiquetado, y en el segundo estado, pues el ex Gobernador Javier Duarte está en prisión.

El México actual, el de Peña Nieto, al mismo que contribuyó –de hecho en las últimas tres administraciones- Antonio Meade, no tiene pues los mejores números. Respecto la paridad peso dólar, a partir de 2012 cuando toma posesión el presidente y a la fecha, la moneda mexicana ha sufrido una devaluación silenciosa y sostenida al pasar de 12.93 pesos por dólar, a 19.50 pesos por dólar este 2018, sin dejar de lado los casi 22 pesos que llegó a costar cada billete estadounidense en 2017.

De acuerdo a las estadísticas oficiales, los mexicanos ganan menos, los matan más, son más pobres, están gobernados por corruptos, no les alcanza para comer, pagan más por servicios (gasolina, energía eléctrica, gas), pero aun así hay quienes le apuestan al continuismo. A las mismas políticas públicas que desde el gobierno federal nos han llevado a ser, dentro de la OCDE, el país número uno con más muertes por cada millón de habitantes, y el último, el de menor cifra en el producto interno bruto por habitante.

Definitivamente el sexenio de Enrique Peña Nieto pasará a la historia no solo como el más corrupto, también como el que menos hizo por el desarrollo, el crecimiento, la productividad y la prosperidad de los mexicanos. Ese será su legado, ahí para quien lo quiera continuar a propósito de las elecciones.

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