Especialistas y empresarios coincidieron en que China ha aprovechado el potencial de México en detrimento de la economía de Estados Unidos y pese a las desavenencias que trajo consigo la cancelación del proyecto para el Tren México-Querétaro en 2014.
Raúl Hinojosa, académico de la UCLA en California, aseguró que los flujos migratorios de China y México hacia Estados Unidos tienen una contribución económica mayor que el comercio, incluyendo el TLCAN que actualmente se encuentra en renegociación.
Ciudad de México, 14 de febrero (SinEmbargo).– Representantes de China y México descartaron que la cancelación del proyecto para el Tren México-Querétaro en 2014, en medio del escándalo de la «casa blanca» de la familia del Presidente Enrique Peña Nieto, haya dañado la relación económica y política entre ambos países.
Chuanming Zhou, consejero Económico-Comercial de la Embajada de China en México, dijo a SinEmbargo que ese caso «ya pasó» y «ya no es muy grave».
«Cada día vienen más empresas que manifiestan su interés», afirmó.
Zhou enfatizó que México necesita ese tren, por lo que no descartó que su país vuelva a interesarse en el proyecto.
China le ha solicitado al Gobierno mexicano el pago de 600 mil dólares por cancelar el contrato. En 2013 firmas chinas ganaron la licitación junto con compañías mexicanas, entre ellas Grupo Teya, de Juan Armando Hinojosa, propietario de la Casa Blanca donde vivía la familia presidencial, de acuerdo con un reportaje.
Ante ello, Alfonso de María y Campos, director general de Asia Pacífico de la Secretaría de Relaciones Exteriores, aseguró a este medio que «no hay un problema de fondo» y se está atendiendo.
Durante su ponencia en el seminario internacional «La renegociación del TLCAN, ¿y China?» organizado por la UNAM, el funcionario público expuso que hay más de mil empresas chinas en México de los sectores de telecomunicaciones, electrónica, infraestructura, petróleo y automotriz, entre ellas Hawai.
Las inversiones chinas en México son «pequeñas» (800 millones de dólares en los últimos 18 años) en comparación con Japón, país asiático que empezó a invertir aquí hace 50 años, reconoció. Pero la reforma energética ha facilitado e impulsado la llegada de capital chino, afirmó, por lo que «seguramente va a crecer» a largo plazo generando empleo.
China es el segundo socio comercial de México, pero hay una «balanza desfavorable» que se inclina más hacia las importaciones chinas, afirmó el director de Asia-Pacífico de la SRE. Esto se debe a que la economía mexicana es principalmente manufacturera y entre el 70 y 80 por ciento de envíos chinos son insumos, documentó.
De María sostuvo que la relación económica y política entre México y China iniciada en 1972 creció a través de un acercamiento político de los presidentes, secretarios de gabinete y gobernadores.
Durante las primeras cuatro décadas, la relación fue creciendo «irregularmente». Ahora son «inéditos» los siete encuentros bilaterales entre los Presidentes Enrique Peña Nieto y Xi Jinping desde 2013.
Este diálogo político, dijo, ha permitido un acceso comercial con el país asiático sin tener un Tratado de Libre Comercio.
MIGRANTES APORTAN MÁS QUE TLCAN
Raúl Hinojosa, académico de la UCLA en California, aseguró que los flujos migratorios de China y México hacia Estados Unidos tienen una contribución económica mayor que el comercio, incluyendo el TLCAN.
«La migración es lo que sostiene el crecimiento económico de Estados Unidos», declaró en el seminario internacional.
Los impactos del TLCAN, dijo el académico que participó en la película Un día sin mexicanos, «han sido mínimos» respecto a la aportación del trabajo y producción de los migrantes chinos y mexicanos en Estados Unidos, por lo que la deportación «es absurda» en términos económicos.
El Presidente de Estados Unidos Donald Trump ha adoptado políticas de proteccionismo comercial así como un intento de cierre hacia la migración. Sin embargo, Hinojosa señaló como paradoja que la economía de los condados donde ganó el republicano dependen más de las exportaciones hacia China y México.
Clemente Ruiz Durán, académico de la UNAM, afirmó durante su ponencia que con el TLCAN se incluyó por primera vez el comercio de servicios, agricultura y propiedad intelectual, pero «no ha traído el crecimiento esperado a la economía mexicana», ya que no es un elemento «suficiente y adecuado».
Ruiz dijo que nuestro país debió pedir la renegociación del acuerdo desde antes, por lo que ahora los principales obstáculos son, además de las elecciones en México y Estados Unidos, nos enfrentamos a que este proceso es una exigencia unilateral de la administración de Donald Trump y, expuso, «no somos nadie» para Estados Unidos: México y Canadá equivalen al PIB generado de Indiana e Illinois, solo dos de sus entidades.
En medio de este proceso, concluyó el académico, China se vuelve un fundamento dentro de la visión estratégica mexicana.
CHINA APAGÓ LA FIESTA DE EU
El empresario de Cámara de la Industrial del Calzado del Estado de Guanajuato de la industria del calzado (CICEG) , Alejandro Gómez Támez, dijo que China «estropeó la fiesta» del TLCAN cuando entró en 2001 a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
De 1994 a 2000 hubo una «luna de miel» entre México y Estados Unidos en términos de intercambio comercial.
Sin embargo, desde 2001 los productos chinos «robaron parte sustancial» del mercado en México y Estados Unidos al grado de que en 2009 el 84 por ciento de exportaciones manufactureras mexicanas al vecino del norte «estaban bajo amenaza china».
Específicamente en el sector calzado, China ha desplazado la poca participación mexicana en el mercado estadounidense (1 por ciento del total). Las exportaciones de México a Estados Unidos cayeron de 2.36 por ciento en 2000 a 1.61 por ciento en 2016, expresó el empresario.
Asimismo, «China se quedó» con el calzado que antes México compraba a Estados Unidos. De 2000 a 2016 las exportaciones de calzado estadounidenses hacia aquí cayeron 3.2 por ciento, agregó Gómez Támez.
Simón Levy, especialista en negocios internacionales, afirmó que México se convirtió «en una servidumbre de paso» de los productos chinos enviados a Estados Unidos.
El 50 por ciento de bienes importados provenientes de China a México se usan para exportar a Estados Unidos porque son intermediarios (partes o insumos), documentó.
El investigador del Centro México-China, Enrique Dussel Peters, coincidió en que la relación México-Estados Unidos se vio «profundamente trastocada» por el ascenso de China en la región.
Con China, México aumentó su comercio de 1 a 10 por ciento en los últimos quince años y en 2003 se convirtió en nuestro segundo socio comercial. Pero, matizó, el intercambio es básicamente por importaciones chinas y más de 350 mil empleos se perdieron con esta relación.
Ante la diversificación, «China no es alternativa; se triplicaría el problema comercial», dijo.
El académico de la UNAM, Ignacio Martínez Cortés, añadió que esta relación bilateral de México con Estados Unidos modificada por China se basa principalmente en el sector automotriz mediante el intercambio de autopartes.
Sin embargo, prevé, en 2050 las autopartes no serán lo más importante de los automóviles sino los insumos tecnológicos.