La reciente acusación se suma a las múltiples denuncias de abuso sexual contra el reconocido cineasta quien durante años ha evitado su extradición a Estados Unidos.
Los Ángeles, 12 de diciembre (EFE).- La Policía de Los Ángeles investiga las acusaciones de una mujer que asegura que fue acosada sexualmente por el cineasta Roman Polanski en 1975, cuando la denunciante tenía 10 años.
Según informan hoy medios locales y confirma la publicación especializada The Hollywood Reporter, las acusaciones contra el realizador son demasiado antiguas como para que se presenten cargos, pero los detectives pueden usar las evidencias que encuentren para ayudar a esclarecer otros casos en los que Polanski está envuelto.
Las últimas acusaciones en su contra proceden de Marianne Barnard, quien asegura que fue acosada sexualmente por Polanski durante una sesión fotográfica en la que el cineasta la retrató desnuda.
Los abogados del director sostienen que la investigación «demostrará que toda la historia no posee fundamento alguno».
En agosto, otra mujer, identificada como Robin M., denunció públicamente en Los Ángeles que Polanski abusó de ella en 1973, cuando era una adolescente de 16 años.
Se trataba de la tercera mujer en denunciar abusos por parte del director después de que lo hicieran Charlotte Lewis en 2010 y Samantha Geimer en 1977, caso del que Polanski se declaró culpable aunque se fugó a Europa antes de recibir su condena.
Polanski, que ahora tiene 84 años, presentó en febrero una serie de documentos para regresar a Estados Unidos y cerrar el caso sin tener que pasar por prisión, pero un juez de Los Ángeles rechazó su propuesta en abril.
En 1977, Polanski, que tenía 43 años entonces, drogó y obligó a Geimer, de 13, a mantener relaciones sexuales después de una sesión fotográfica, delito por el que fue arrestado.
Polanski se declaró culpable y pasó 42 días en la cárcel, pero estando en libertad bajo fianza y ante el temor de tener que volver a prisión para cumplir una condena mucho más severa, huyó de EU a finales de 1978.
El cineasta argumentó para su huida que en su día llegó a un acuerdo con las autoridades para cumplir únicamente 48 días entre rejas, pero que escapó del país porque el magistrado Laurence Rittenband pretendía imponerle una condena más dura de la pactada.
Este embrollo judicial ha restringido su libertad de movimiento por todo el mundo durante años por miedo a que Estados Unidos reclamara su extradición.