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Alejandro Calvillo

28/11/2017 - 12:04 am

Gabinetes de cuates, súbditos y cómplices

En muchos casos, estos clanes se sustentan en ideologías, en otros sólo es el deseo de ejercer el poder y servirse de él.

En Muchos Casos Estos Clanes Se Sustentan En Ideologías En Otros Sólo Es El Deseo De Ejercer El Poder Y Servirse De él Foto Twitter

A la tía Nena en sus 100 años de entereza, al lado del Dr. Nava, del pueblo potosino, de los zapatistas, al lado de la democracia.

Hemos visto a uno y otro Presidente rodeado de un Gabinete que más de expertos es de súbditos. Los pequeños hombrecitos se rodean de funcionarios serviles, de amigos incondicionales, nos los vayan a contradecir. Un juego del poder donde todos, como en las pandillas, celebran las ocurrencias del jefe. Como todos los clanes, los presidentes y sus gabinetes se sumergen en el autismo y como todo clan siempre alcanzan un nivel de secta, hasta que la realidad les estalla de frente o hacen estallar la realidad. Y estos clanes son de todos los colores, desde los colores de México hasta los de Venezuela, si es que se puede hablar de colores.

Pero la realidad termina por estallarles en la cara, los despierta por un momento, pero esa realidad es tan cruda que el clan prefiere volver a su narrativa, a contarse la historia donde ellos juegan el mejor papel protagónico posible, el mejor de los mundos posibles diría Tatcher.

En muchos casos, estos clanes se sustentan en ideologías, en otros sólo es el deseo de ejercer el poder y servirse de él. En uno y otro caso vemos como la corrupción se expresa cada vez más crudamente por todo el orbe. Donde la corrupción se contiene es donde existen las instituciones de control social, donde la transparencia es norma y donde los poderes son independientes, en especial el poder judicial.

En el caso de las sectas sustentadas en ideologías, éstas les sirven para mantenerse en la invidencia. Desde la necesidad de estar con Chávez y ahora con Maduro porque enfrentan al Imperio y todo mal viene del Imperio, hasta la negación del cambio climático porque pone en entredicho el libre mercado y obliga a la regulación y la intervención del Estado en los mercados.

Es así que se justifica una vez tras otra la guerra contra el crimen organizado, aunque se siembre el país de cadáveres. Y también, es así cuando la mafia que se hace del poder ejecutivo ve la necesidad urgente de hacerse del poder judicial, para mantenerse en la impunidad. Que se actúe contra la corrupción hasta cierto límite, sólo hasta ahí, el centro del poder debe estar protegido, unos a otros se cubren, existe el pacto. Y a quien levante la cabeza y los exhiba en su corrupción, en sus servicios a los poderes económicos sacrificando los colectivos, se les puede espiar, amenazar, auditar, usar cualquier medio para acabar con ellos.

Si esto puede suceder, incluso, en un clan y un jefe con “buenas intenciones”, imaginemos a dónde se puede llegar cuando el clan tiene visos de mafia o se establece como tal, donde unos se cubren a otros, donde el objetivo es controlar todos los poderes. No vaya a ser que desde otro poder, desde el judicial por ejemplo, se venga abajo el clan, como ya se ha hecho en parte en Brasil, en Guatemala, en España. ¡Cuidado con los fiscales! Al menor signo de independencia, hay que acabar con ellos.

Contarse otra realidad y constituirse en mafia puede ir junto y separado. 12 años de alternancia ¿Cuántas desilusiones vinieron con ella? Que desgracia no haber modificado los cimientos, los liderazgos sindicales, que hombres tan pequeños que se sentaron y por miedo, no hay otra razón, aprovecharon los liderazgos corruptos y dejaron intactas las estructuras, para ejercer su poder. Prefirieron los pactos y los gabinetes de súbditos no de expertos.

Los cimientos están podridos y se requiere de una ingeniería mayor, de una reconstrucción social, donde todos participen, vigilen, denuncien y vean que hay un estado de derecho. Sin estado de derecho seguirá el Estado al servicio de quienes detentan los poderes económicos legales e ilegales.

¿Por qué no tienden puentes los candidatos, los partidos políticos, con las organizaciones sociales? ¿no hemos jugado un papel importante en la defensa de los derechos, del medio ambiente, de las mujeres, de los niños, de la salud, contra la corrupción, por la transparencia, por la competencia económica, por las víctimas?

Surge un frente llamado «Ciudadano», y ¿dónde están los ciudadanos? MORENA incorpora a personajes ligados a sectores empresariales poderosos, pero no vemos esa relación con las organizaciones de la sociedad civil. El frente convocó a un dialogo con las organizaciones de la sociedad civil y Claudia Sheinbaum también lo hizo, pero no hay nada que indique que en sus plataformas para el gobierno federal estén incorporando este diálogo, estableciendo estos puentes, reconociendo y valorando su labor, invitándolas a ser aliados en la vigilancia del ejercicio público.

El PRI nunca ha establecido vínculos con las OSCs, más bien las enfrenta continuamente, son molestas, incomodas y son vistas como un enemigo ante las denuncias que hacemos. El propio Presidente considera que lo que hacemos es “bullying” a su Gobierno, y ellos: ¿qué le han hecho al país?

Sin profesionales e instituciones independientes, sin transparencia y vigilancia, sin la participación de la sociedad civil, éste y el gobierno que venga, junto con su gabinete de súbditos, nos seguirá viendo como amenaza ya sea porque afectamos los intereses de sus aliados o simplemente porque no tomamos partido.

Tenemos más de un año para el cambio de gobierno, un año que puede perderse o un año de oportunidad para tratar de llegar a una administración con profesionales sin conflicto de interés, con un ejercicio transparente de los recursos, con un diálogo abierto y un poder judicial que garantice el estado de derecho.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.
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