Los estragos del temblor, de acuerdo con floricultores, se sienten también en la economía de San Gregorio, Xochimilco: la gente, que en años anteriores llegaba a comprar las macetas de cempasúchil esta temporada no se acerca debido al bloqueo de diversas vías a causa de derrumbes. Las lluvias de agosto, además, provocaron pérdidas en la producción de la llamada «flor de los muertos».
China desplazó a México –desde el 2000– como productor número uno de esta flor originaria, los campesinos reclaman que el Gobierno federal y el de la CdMx les han dado la espalda.
En ello coincide el doctor Francisco Alberto Basurto Peña, investigador del Instituto de Biología de la UNAM: «las condiciones económicas y la falta de estímulos» en México ha abonado a que el país asiático aventajara en la producción de esta emblemática flor mexicana.
Ciudad de México, 30 de octubre (SinEmbargo).- Don Armando Savedra Galicia tiene 70 años y ha dedicado medio siglo de su vida a producir cempasúchil, la emblemática «flor de los muertos» en su natal pueblo San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, en la Ciudad de México, no obstante, la fuerza del sismo del 19 de septiembre y las recias lluvias que azotaron hace un par de meses a la capital han provocado la pérdida de al menos la mitad de su trabajo.
Durante la temporada de 2017, el señor Armando perdió 10 mil de las 20 mil macetas que cultivó desde el primero de agosto y hoy teme no vender esa porción que logró salvar.
San Gregorio pasará a la historia como un símbolo del fuerte temblor de aquel martes a la 1:14 de la tarde: devastación y muerte, pero también fuerza y solidaridad.
Los estragos del temblor, de acuerdo con el señor Armando y otros floricultores, se sienten también en su economía: la gente que en años anteriores llegaba a comprar las macetas de cempasúchil, hoy por hoy no se atreven a acercar ante el cierre por derrumbes de diversas vías para arribar a San Gregorio.
Semanas antes del terremoto, la capital padeció fuertes lluvias que causaron inundaciones en distintos puntos, entre ellos, San Gregorio, donde devastó partes de ejidos utilizados para la floricultura.
Las aguas provocaron que el dormitorio que el señor Armando comparte con su compañera de vida desde hace 53 años, doña Gloria Abad García, se inundara y justo cuando las lluvias dieron tregua y la pareja comenzaban a recuperarse, el terremoto provocó un hundimiento en el suelo que empeoró la situación y los obligó a mudarse al cuarto contiguo que funciona ahora como cocina y recámara.
«No podemos meternos porque ¿cómo? […] La verdad estamos mal», dijo don Armando, quien todos los días trabaja desde las 5 de la mañana hasta las 9 de la noche, en el cuidado de las flores. La señora Gloria agregó: «[El suelo] se sumió y brotó agua de abajo».
El sismo que sacudió la Ciudad de México el pasado 19 de septiembre terminó con la vida de más de 200 personas, dejó sin hogar a decenas, y, a más de un mes también promete arrebatar el empleo a los floricultores de San Gregorio.
El señor Efraín Martínez Jiménez, quien durante la última década ha trabajado en el cultivo de la flor que guía con su aroma a las almas en el Día de Muertos, lamentó que «no hay venta. La economía se cayó a raíz del sismo y el país está congelado. Los productores que estamos aquí sembrando lo estamos padeciendo».
Ambos floricultores coinciden en que el Gobierno de la Ciudad de México les ha dado la espalda durante años, pues se ha negado a otorgarles apoyos económicos.
«Yo creo que el Gobierno está olvidado de los campesinos […] No recibimos ni un peso del Gobierno, a mí nunca me han dado ni un centavo. A mí nunca me han dado ni para un pan», reclamó don Armando, enojado y entre lágrimas.
El doctor Francisco Alberto Basurto Peña, investigador del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coincide en que los gobiernos del país, desde hace varios años, ha desatendido el campo en los temas de asistencia técnica, créditos oportunos y defensa del mercado.
«No hay visión en el Gobierno de impulsar el campo en México”, opinó.
Los campesinos llamaron a las autoridades y a los habitantes de la capital mexicana a que no los dejen caer, que se acerquen a comprar las macetas en las que han invertido esfuerzo, dedicación y horas de trabajo.
«Les pedimos que nos apoyen, que no nos dejen caer porque si seguimos comprando, la economía sigue avanzando, o sea, el país sigue generando ingresos […] Les pido de la manera más atenta que nos apoyen comprando nuestro producto. No nos dejen caer», pidió el señor Efraín.
«Que los recursos que hay en las dependencias de Gobierno como Sederec [Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades], Sagarpa [Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación] y Sedema [Secretaría de Medio Ambiente de la CdMx] apoyen y sean otorgados a la gente que realmente trabaja y lo necesita», agregó.
CHINA GANA EN PRODUCCIÓN
A pesar de que la flor de cempasúhil es originaria de México, de acuerdo con el doctor Basurto Peña, los principales productores actualmente y desde inicios del milenio son China, India y Perú, aunque aclaró que para efectos de las festividades del Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos, el país es «autosuficiente».
China, que lidera la producción a nivel mundial desde el año 2000, lo destina a los pigmentos naturales para alimentos. Anteriormente -entre 1980 y antes de 2000- México fue líder en la producción de la planta y sus pigmentos, comentó.
Los agricultores consultados por este medio concordaron en que entre China y México existe una gran diferencia: el apoyo gubernamental en cada uno.
Al respecto, el especialista de la máxima casa de estudios auguró que los factores que pudieron provocar esa situación son «las condiciones económicas y la falta de estímulos» en México, además de que «China tiene mano de obra muy barata y es más grande que nuestro país».
El especialista agregó que «en el campo mexicano tenemos mucho potencial para producir que generan muchos beneficios, entre ellos, la mejora en el nivel de vida de los agricultores», por lo que llamó a «apoyar el campo en general para la producción de cempasúchil y alimentos básicos, principalmente».
Actualmente, a nivel nacional, Puebla es el principal productor de la también llamada flor de muertos. De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), el estado dedica más de mil 300 hectáreas a la siembra que este año resultará en 11 mil toneladas de cempasúchil que dejarán una derrama económica de 31.7 millones de pesos.
Otras entidades donde se siembra la flor que crece en aproximadamente medio año, son la Ciudad y el Estado de México, Oaxaca, Morelos, Guerrero, Hidalgo, Coahuila, San Luis Potosí, Tlaxcala y Michoacán. En total, según la dependencia federal, el país produce alrededor de 13 mil toneladas.
Además del pigmento para alimentos, otros usos de la flor son como abono orgánico para la tierra de cultivo, en la agricultura orgánica, para el control de plagas y enfermedades como bioinsecticidas, biofertilizantes o fitorremediadores, decorado en platillos y bebidas, materia prima en la industria médica y del perfume, de acuerdo con información de Sagarpa.