El Día de los Muertos es una fiesta mágica en la que las almas de los difuntos se reúnen con sus familiares vivos. Miguel, un chico de doce años con una gran pasión por la música, acude a la tumba de su ídolo en busca de ayuda y entra por accidente en el Mundo de los Muertos. Si quiere salir de allí, deberá encontrar a sus antepasados y revelar un gran secreto que ha permanecido oculto durante generaciones.
Ciudad de México, 28 de octubre (SinEmbargo).- Coco, la más reciente película de Disney·Pixar, es una historia de amor a México a través de una de sus tradiciones más conocidas, el Día de Muertos, y también una reivindicación de la comunidad latina y su creatividad, afirmaron sus creadores.
«Hemos pasado los últimos seis años haciendo esta película, viajando por México y aprendiendo a amar este país. Y hemos tratado de inyectar todo el amor y pasión en la película», dijo en una conferencia de prensa en la Ciudad de México el director de la cinta, Lee Unkrich.
Coco es la historia de un niño de 12 años llamado Miguel cuyo sueño es llegar a ser un gran músico, como su ídolo Ernesto de la Cruz, a pesar de que su familia le tiene prohibido el contacto con la música.
Con la voluntad de demostrar su talento, Miguel inicia un viaje que lo lleva a la Tierra de los Muertos hasta develar la verdad que se esconde detrás de su familia.
La película se gestó mucho antes del arribo de Donald Trump a la Casa Blanca, pero Unkrich recordó que, en el «clima político» actual, es un «honor» para el estudio «traer algo de optimismo».
Para el codirector del filme, el estadounidense de origen latino Adrián Molina, Coco fue una «verdadera oportunidad para presentar el talento de la comunidad latina», tanto en el doblaje de actores como en el trabajo detrás de cámara para construir el mundo en el que se mueven los personajes.
Todo un reto y una «responsabilidad», recordó Molina, para evitar caer en «clichés y estereotipos», pese a representar el Día de Muertos y revivir figuras tan insignes –y a menudo caricaturizadas– como la pintora Frida Kahlo o el cantante Jorge Negrete.
La productora Darla K. Anderson, quien junto a Unkrich ganó el Oscar a la mejor película de animación con Toy Story 3, explicó que buena parte del equipo trabajó en la documentación para la película, visitando distintos lugares de México y conviviendo con familias. «Todas las cosas que contaron al equipo y a los artistas, esos detalles, quedaron plasmados en la película. Y el hecho de viajar a lo largo del país nos permitió inspirarnos mucho en la arquitectura», apuntó Anderson.
Con estas premisas, Coco sigue la senda de otras películas de Pixar como Toy Story o Up, despertando el amor por los «viejos valores», la infancia o la familia, explicó la productora. También pretende ser un vehículo para que los niños no se olviden de tradiciones tan ancestrales como la veneración de los muertos en México.
«Mi esperanza es que cuando las familias vayan a ver este filme juntos tengan una manera de comunicarse y entiendan el valor de la palabra de generación en generación», afirmó Molina.
Unkrich añadió que gracias al festejo de muertos en México descubrió que se puede fallecer varias veces. «Cuando se nos para el corazón, cuando nos entierran y nadie nos puede ver y cuando no queda nadie en el mundo de los vivos que nos recuerde», resaltó el director.
Gael García Bernal le da la voz a Coco y dedicó la película a todos los mexicanos que no ven el muro para salir adelante.
Esta es la película «Coco», de Disney, un asunto que te hará temblar un poco pero divertir otro tanto. El libro, editado por Planeta y el disco, editado por Universal Music, ese donde canta Carlos Rivera (el soundtrack en español), «Recuérdame», ahora son tuyos.
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