No es la primera vez que la carrera de trineo tirado por perros más famosa del mundo se ve envuelta en escándalos por maltrato animal.
Anchorage, Alaska, 24 de octubre (AP).- Ciclismo. Béisbol. Atletismo. Hipismo. Ahora la carrera de trineo tirado por perros se ha convertido en el último deporte profesional manchado por un escándalo de dopaje, que involucra a huskies que corren en el Iditarod, la carrera que cubre mil millas (mil 609 kilómetros) en los gélidos parajes de Alaska.
La organización de la carrera de trineo tirado de perros más famosa del mundo reveló el lunes que cuatro perros de Dallas Seavey dieron positivo a una sustancia prohibida, el opioide analgésico Tramadol, luego de quedar en el segundo lugar en marzo.
Fue la primera vez desde 1994, cuando la carrera comenzó a realizar los controles, que un examen dio positivo.
Seavey negó tajante haber dado sustancias prohibidas a sus perros, insinuando que alguien podría haber saboteado su comida. La organización dijo que Seavey no sería castigado porque no pudieron probar que él actuó intencionalmente. Eso quiere decir que Seavey mantendrá sus títulos y el premio de 59 mil dólares que ganó este año.
Pero el hallazgo fue otro golpe a la imagen para el Iditarod, que ha perdido grandes patrocinadores, varias muertes de perros y presiones de activistas de derechos de animales, quienes dicen que los huskies corren hasta morir o que acaban con infecciones graves y patas ensangrentadas.
PETA, la organización defensora de los derechos de los animales, dijo el martes que el “escándalo de dopaje es una prueba más de que esta carrera tiene que acabar”.
“Si un miembro de la ‘realeza’ de Iditarod dopa a perros, ¿Cuántos otros mushers (conductores de trineos) están usando opioides para obligar a los perros a sobrellevar el dolor?“, dijo PETA en un comunicado.
Fern Levitt, director del documental Sled Dogs, que muestra el tratamiento de los huskies, dijo: “El propósito de la carrera es ganar y llegar a la línea de llegada pese al trato inhumano de los perros”.
Este año, la carrera anual que va de Anchorage a Nome perdió un gran patrocinador corporativo, Wells Fargo, y funcionarios de la carrera acusaron a organizaciones de derechos de animales de presionar al banco y otros patrocinadores con “información manipulada” sobre el tratamiento de los animales.
Cinco perros vinculados con la carrera de este año han muerto, para sumar más de 150 fatalidades en los 44 años de historia de Iditarod, de acuerdo con el conteo de PETA. Y el año pasado, dos mushers fueron atacados por un hombre borracho que manejaba una motonieve en diferentes ataques en una villa remota. Esto dejó un perro muerto y otros dos heridos.