Los negocios dedicados a la moda, el fitness y la belleza no se quedaron atrás, y luego del sismo del 19 de septiembre, como millones de capitalinos, dejaron ver lo mejor de sí.
En la urbe cimbrada por el terremoto y la necesidad de miles, donde al menos 38 inmuebles se derrumbaron y otros cientos de edificios y viviendas fueron desalojados, esos comercios salieron a tender la mano sin importar a quién.
Tras el movimiento telúrico que se registró justo en el aniversario 32 de uno de los más devastadores de los que se tenga memoria en todo el país, ellos cambiaron de giro y se convirtieron en cuestión de horas, y por puro corazón, en centros de acopio de alimentos, ropa y zapatos; comedores comunitarios, y hogares con baños, regaderas e Internet.
Ciudad de México, 13 de octubre (SinEmbargo).– La tierra se sacudió con furor. El 19 de septiembre de 2017 pasará a la historia por lo que dejó a su paso: caos, llanto, destrucción e, innegablemente, unión, solidaridad y fuerza.
El movimiento telúrico que terminó con la vida de más de 350 personas, despertó la empatía entre los capitalinos: la ayuda se dispersó casi inmediatamente. Muchos negocios decidieron pausar el trabajo para poner al servicio de su comunidad agua, comida, Internet y hasta refugio. Esa es otra huella imborrable que prevalecerá.
El mundo de la moda, el fitness y la belleza dejaron ver –como muchos capitalinos– lo mejor de sí en la urbe donde al menos 38 inmuebles se derrumbaron tras el terremoto que a manera de pesadilla ocurrió en el aniversario 32 de uno de los más devastadores de los que se tenga memoria en todo el país.
MAM: DE BOUTIQUE A CENTRO DE ACOPIO
MAM se encuentra apenas a cuadra y media de una de las insignias de la catástrofe: el edifico ubicado en Álvaro Obregón 286. Por ello, Michelle Aubert, blogger de moda y empresaria, decidió desde el día uno abrir un centro de acopio en el sitio donde diseñadores mexicanos ofrecen su talento.
También donaron ropa y zapatos nuevos. Y el 10 por ciento de las ventas durante este mes será destinado a continuar con el apoyo.
Asegura que ayudar a la gente la impulsó a poner manos a la obra en un momento en que la ciudad necesitaba del trabajo hombro con hombro.
«[Me movió] el ser humano, el compartir con tu comunidad y con tu gente», sostiene. Y agrega que el terremoto dejó como una de las enseñanzas «arropar a los que más lo necesitan», recuerda sonriente la unión que demostró la ciudadanía: «[en centros de acopio y zonas de desastre] había muchísimas manos, de hecho ya no cabías, estorbabas».
Pero, el mayor aprendizaje que le dejó la sacudida de la tierra fue que a pesar de lo malo que ocurre en el país, el vínculo entre la mayoría de la gente es fuerte y que quienes trabajan por un mejor país son más que quienes buscan perjudicarlo.
«Cada quien está tan ocupado en sus cosas que piensas que a nadie le importas. A parte de todo lo malo que pasa en la ciudad, que hay muchas cosas de delincuencia, puede más la gente que queremos ayudar y que nos queremos apoyar. Ese ha sido mi aprendizaje», comenta.
«Me conmueve mucho ver que todos nos podemos apoyar y que no importa de qué estatus social seas, ni de qué raza porque había gente extranjera ayudando, periodistas que no sabían si apoyar o seguir con su trabajo», concluye.
HIT HARD: EL GIMNASIO DA COBIJO
El gimnasio suspendió las actividades y a cambio ofreció una mesa de comida, agua y café; además brindó teléfono, Internet, energía eléctrica y baños para los brigadistas, familias y quienes lo perdieron todo. Abrió sus puertas, pues, para todo aquel que lo necesitara.
La sede ubicada en la colonia Roma fungió también como centro de acopio de víveres, ropa y equipo de trabajo necesario en las labores de rescate en las zonas de derrumbe, por ejemplo, cascos, palas y picos.
La respuesta de los chilangos para hacer donaciones y prestar su tiempo como voluntarios en distintas acciones fue «bastante buena», asegura David Guevara, entrenador de Hit Hard, quien con pesar compartió que una de las socias a quien instruyó falleció en el edificio de Álvaro Obregón 286.
Pero el hombre fornido aprendió que «el apoyo sin ver a quién es un beneficio propio» y la mayor enseñanza que la tragedia le dejó fue que en «un periodo de crisis» tal como el sismo, «apoyar es algo bueno y es con lo que te quedas […] La mayoría de la gente ayudó de corazón».
Por ejemplo, Karla, la dueña del centro deportivo trabajó arduamente en favor de los damnificados, no sólo en la capital, también en Oaxaca, lugar al que llevó víveres y ropa. «Ella es quien merece mi aplauso», platica.
Ahora, los integrantes del equipo Hit Hard «continúan al pie del cañón» y trabajan para volver a la normalidad, aunque algunos socios han decidido darse de baja por miedo a que la zona sea impactada por otro desastre.
CROSSFIT 365: RESGUARDO CONTRA LA ZOZOBRA
Crossfit 365 se volvió un centro de acopio y albergue temporal para las personas que perdieron sus casas. En días posteriores al temblor, entre 15 y 20 personas se resguardaron del frío, el hambre y la zozobra.
Andrei Alexis, encargado de la recepción del recinto deportivo, señala que la solidaridad a la causa activó a la comunidad 365 para «poner su granito de arena» en apoyo a la ciudadanía y aplaudió la unión que caracteriza a México y su respuesta inmediata a pesar del shock.
«[En el país] siempre estamos listos para lo que sea. Podemos dar nuestro granito de arena en todo tipo de situaciones y siempre se ha visto en México, siempre que tenemos algún tipo de complicación nos unimos más fuerte que nunca y nos echamos la mano para salir adelante», destaca.
PUSSYCUT: LA ESTÉTICA FRENTE AL DESASTRE
Romina Castro, socia de Pussycut, abrió las puertas de sitio a familiares de las víctimas atrapadas en Álvaro Obregón 286, principalmente. Les proporcionaron un espacio para descansar a la espera de noticias, energía eléctrica, agua y sanitario.
«La gente quería estar lo más cerca posible [del edificio colapsado]. Nuestro apoyo fue mantener el local abierto para que pudieran cargar su celular, pudieran pasar al baño a cualquier hora y pudieran descansar un poco. Sí había más albergues alrededor, pero los familiares querían estar lo más cerca posible de alguna noticia que les dieran», platica conmovida.
La joven empresaria agradece la fortuna de vivir y ver a su familia a salvo, por ello decidió apoyar.
«Somos muy afortunados de tener a nuestras familias, de tener nuestra casa, de seguir vivos. Desgraciadamente hay quienes ya no pueden estar aquí con nosotros. A parte, todas las familias que están sin casa», lamenta.
La empatía y la solidaridad han sido característica de los capitalinos en las últimas semanas y eso es digno de reconocer, en eso han coincidido Romina y quienes han brindado su testimonio a SinEmbargo.
«Todos muy bien. Vi cómo entre todos nos ayudábamos. Nunca había visto algo así: fue demasiada ayuda, algo muy padre», pero desde el 19 de septiembre y hasta el momento, el ambiente se respira «horrible y gris».
«Es inevitable que sea un ambiente infeliz… aquello fue demasiada tristeza alrededor».