El Poder del Consumidor y la Fundación Interamericana del Corazón México señalaron que la reconstrucción asciende a 45 mil millones de pesos, es decir, una cifra 5 veces mayor a la que el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) posee (9 mdp) y 9 veces más que los recursos obtenidos del recorte del 70 por ciento de las campañas electorales del año próximo.
Por ello, propusieron una política en donde se incluya el gravamen a las bebidas azucaradas para obtener recursos que ayuden a reconstruir casas y edificios derrumbados por el sismo del pasado 19 de septiembre.
Las organizaciones estiman que se obtendrían 25 mil millones de pesos adicionales: 10 mil millones del tabaco y 15 mil millones por bebidas azucaradas.
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Ciudad de México, 10 de octubre (SinEmbargo).- En 1985, cuando un terremoto de 8.1 grados sacudió la Ciudad de México y dejó un saldo de al menos 10 mil personas fallecidas, el Gobierno entonces a cargo de Miguel de la Madrid estableció, entre otras, una medida para obtener recursos que ayudaran a la reconstrucción de casas y edificios derrumbados, mediante un impuesto al tabaco y a las bebidas alcohólicas. Hoy, 32 años después, organizaciones de la sociedad civil proponen una política similar en donde se incluya el gravamen a las bebidas azucaradas.
En conferencia de prensa, el Poder del Consumidor (EPC) y la Fundación Interamericana del Corazón México (FIC) señalaron que la reconstrucción asciende a 45 mil millones de pesos, es decir, una cifra 5 veces mayor a la que el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) posee (9 mdp) y 9 veces más que los recursos obtenidos del recorte del 70 por ciento de las campañas electorales del año próximo.
«No es una medida extravagante, una medida similar se implementó en 1985», sostuvo Erick Antonio Ochoa, director de FIC México.
La propuesta que será presentada el día de mañana en audiencia pública con los diputados de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, consiste en aumentar hasta 25 pesos el precio de la cajetilla de cigarros de 20 unidades.
«Los políticos deben amarrarse los bolsillos y someterse a un régimen de autoridad», exigió, pues, dijo, existe un «gasto excesivo en promoción personal».
Además de contribuir en la reconstrucción de hospitales, escuelas y casas, el impuesto al tabaco ayudaría a reducir el consumo de productos tóxicos. El especialista recordó lo dicho por la Organización Mundial de la Salud (OMS): que el incremento al impuesto es la medida más efectiva para disminuir el consumo.
Y agregó que la edad promedio de inicio en el consumo de tabaco en el país es a los 13 años y esto sucede, aseguró, gracias al precio accesible que se mantiene, el cual ronda los 52 pesos. El 75 por ciento de las ventas es acaparada por Marlboro.
En su oportunidad, Alejandro Calvillo, director de EPC, lamentó que a la «catástrofe» por diabetes y obesidad, se sumaron los terremotos del 7 y 19 de septiembre.
El activista recordó que al año suceden 100 mil muertes a causa de la diabetes y los costos son equivalentes a la catástrofe provocada por 3 sismos al año, con la magnitud de los ocurridos recientemente.
«[El problema de obesidad y diabetes] es una emergencia que no se ve», dijo.
Cabe destacar que en noviembre del año pasado, el Presidente Enrique Peña Nieto emitió una declaratoria de emergencia por dichas enfermedades no transmisibles, sin que hasta el momento se hayan implementado medidas efectivas para aminorarlas.
Calvillo subrayó que con el aumento del impuesto de un peso por litro a las bebidas azucaradas -como recomienda la OMS- habría una reducción de obesidad de 6.8 por ciento para 2024 y hasta 267 mil casos de diabetes para 2030. Evidencia científica ha revelado que el gravamen contribuye en la baja de consumo de dicho producto y el aumento de la compra de agua embotellada.
Las organizaciones que proponen el ajuste de los gravámenes al tabaco y refresco a los niveles que recomienda la OMS, estiman que se obtendrían 25 mil millones de pesos adicionales: 10 mil millones del tabaco y 15 mil millones por bebidas azucaradas.
