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Tomás Calvillo Unna

06/09/2017 - 12:05 am

La geometría de la memoria

Acaba de llover en el ayer es el olor de la tierra mojada

dicasalarin Pintura De Tomás Calvillo

I

La biología de la imagen

 

Acaba de llover en el ayer

es el olor de la tierra mojada

 

de qué dimensiones era ese desierto

¿cientos de kilómetros?

y no se ha ido

perdura en mí esta madrugada fría

 

años después

lo llevo todavía

junto al mar y el calor

 

los sentidos conocen mejor que nadie

el truco del tiempo

son magos que aparecen

el mar Muerto en la isla de Luzón

los bosques de Languedoc

en las tumbas de la abadía de Westminster

la manada de burros de la noche de Real de Catorce

en la cafetería de San Cristóbal de las Casas

la mujer sola de la carretera de Eliat

en aquella ola suelta del poema

en la parada del autobús

de la colonia Roma en ciudad de México

 

¿qué diablos es el espacio

y sus medidas en nuestras vidas?

 

¿cómo logramos esa hazaña

de llevar al mundo dentro?

 

¿acaso el espacio

es lo eterno

y nuestros sentidos

su remembranza?

 

II

La brújula

 

La distancia duele

pero ayuda

nos permite encontrarnos

estar más cerca

 

reconoces de ida y regreso la memoria

reconoces los engaños más sutiles

que solemos encarnar

 

la distancia es conocimiento

plagado de detalles

que modifican su sentido una y otra vez

 

la memoria redacta sus discursos

y explicaciones y da pistas

 

asistes en primera fila

a la justificación de tus hábitos

a la incapacidad de cambiar

y al poder de hacerlo

 

el escenario eres tú

al igual que los personajes

tú eres el actor director y productor

descubres el guión de tu vida

te asombra saberte escrito

con otras palabras

cuyo significado ignoras

 

buscas volver a casa

pero no puedes

no hay manera en esta lejanía

en su espejismo

descifras los tenues movimientos

de un ángel victorioso y cansado

 

está a tu lado

no son los recuerdos

ni su ausencia

 

viene del relato del mundo

siempre te ha acompañado

hoy lo ves junto a ti

su extraña luz te inquieta

y tu sombra desaparece

 

no habla

tú olvidas

 

el silencio es mineral

un pedazo de cristal en el jardín

conserva tus deseos

alcancía de milenarios sueños

de otros y tuyos –no importa-

en sus geometrías no hay pertenencias

reflejan los incendios de las guerras

cada vez más cercanos

 

no entiendes por qué está aquí

ni por qué tú sigues aquí

 

le aplicas al destino tus decisiones

como si valiera la pena

esa improvisación de ceder tu lugar

 

su luz te arropa

y sientes la generosidad

como un soplo sobrenatural

 

está fatigado y aun así

aprecias su gesto

su gratuidad

 

la soledad es irse

hasta el fondo del mar

donde los cielos desaparecen

 

el peso oscuro te hunde

la densidad aplasta la luz

por eso te da su viento

sin mayores preámbulos

sus vientos son bálsamo

y el consuelo despreciado

que millones murmuran

en las madrugadas

 

ya no rezas

-esas escaleras fonéticas

se erosionaron hace años-

 

admiras la devoción de la arquitectura

los patios del afecto que no invocas

rompes los apegos a tiempo

y tratas de comprender mejor

los confines de los mapas

ese compás que gira y apunta

fija las rutas de la incertidumbre

y en una paz

cuya savia sostiene

la sombra preferida de tu corazón

te sumerges

el aroma de la vida

guía los pasos por venir.

en Sinembargo al Aire

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