Mireya Ímaz Gispert, especialista en temas de ecología, citó al Inegi, el cual estima que el costo por el agotamiento y la degradación ambiental del año 2013 fue equivalente al 5 por ciento del PIB del país, lo que equivale, aseguró, a 57 veces lo que el país destina al rubro de ciencia y tecnología.
Ciudad de México, 24 de agosto (SinEmbargo).- El disfrute de los derechos humanos depende de la protección del medio ambiente, pero en México, el tema ha quedado únicamente en el discurso, criticó Mireya Ímaz Gispert, titular de la dirección general de Atención a la Comunidad en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante la inauguración del foro «Los derechos humanos en materia ambiental y la agenda 2030 para el desarrollo sostenible», celebrado en la Facultad de Derecho de la máxima casa de estudios, la maestra en Ciencias Ambientales indicó que «el disfrute de los derechos humanos depende de la protección ambiental, entonces la protección ambiental depende de los derechos humanos como son a la información, a la participación en la toma de decisiones y el acceso a la justicia».
Sin embargo, agregó, «el país no se identifica como el alumno más destacado en ninguna de esas materias» y añadió que la degradación ambiental es «severa».
Señaló la urgencia de impulsar una participación más activa e informada de los sectores sociales, privados y públicos a nivel local y global, ya que en México existen instituciones dedicadas a la conservación del patrimonio natural como son Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
«Es necesaria una mayor cooperación entre los diferentes órdenes de Gobierno y entre las distintas entidades responsables del tema. No hemos podido pasar del discurso a la acción […] No hemos podido transversalizar más allá del discurso el tema ambiental y posicionar los derechos humanos como un binomio indisoluble con el medio ambiente», insistió.
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La especialista en temas de ecología citó al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el cual estima que el costo por el agotamiento y la degradación ambiental del año 2013 fue equivalente al 5 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país, lo que equivale, aseguró, a 57 veces lo que el país destina al rubro de ciencia y tecnología.
Asimismo, destacó que la visión de los temas ambientales deben incluir rubros como la alimentación, la salud, la calidad del aire y el cambio climático y subrayó que la forma de vida moderna ha alejado al ser humano de la naturaleza y su entendimiento.
«Nos cuesta aceptar que el afectar a los ecosistemas incide en la calidad de los derechos elementales para la vida», dijo.
También comentó que de acuerdo con una encuesta realizada por la UNAM en 2015, en la pregunta «¿a usted le parece que la situación del medio ambiente en México es..?», el 13 por ciento de los participantes opinó que «muy mala», el 35 por ciento, «mala»; 30 por ciento, «regular»; el 17 por ciento, «buena» y el 1 por ciento «muy buena».
En su oportunidad, el ombudsman de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, señaló que preservar el medio ambiente y trabajar en el desarrollo sostenible son «imperativos irrenunciables» para proteger los derechos humanos.
Además, aseguró que la agenda 2030 incluye temas como cambio climático, océanos, ecosistemas terrestres, pobreza, hambre, salud, educación, agua, género, energía y asentamientos humanos.
Los temas de medio ambiente y desarrollo sostenible, remarcó, «marcan la pauta» para el goce y ejercicio de los derechos humanos.
