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Diego Petersen Farah

11/08/2017 - 12:03 am

Guadalajara, Lavalajara

El caso de Rafael Márquez, michoacano de nacimiento pero tapatío por adopción, es el mejor ejemplo de cómo el crimen organizado se coló como la humedad en la sociedad.

El Caso De Rafael Márquez Michoacano De Nacimiento Pero Tapatío Por Adopción Es El Mejor Ejemplo De Cómo El Crimen Organizado Se Coló Como La Humedad En La Sociedad Foto Cuartoscuro

En todo el mundo se lava dinero. No hay ciudad grande que esté exenta de este este tipo de prácticas. Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Londres, Singapur, Tokio, Ciudad de México, Cancún, Monterrey, Tijuana, en todas se lava dinero. Nueva York debe lavar diez veces más que cualquier ciudad mexicana, pero a los gringos lo que les interesa la lana ajena. Sin embargo, de entre las ciudades mexicanas, Guadalajara ha sido objeto de más denuncias de la Oficina de Control Bienes Extranjeros (OFAC, por las siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos que ninguna otra: una de cada dos empresas mexicanas señaladas en los últimos diez por esta oficina están en Jalisco. ¿Es Guadalajara particularmente atractiva para blanquear capitales?

No hay ninguna evidencia de que así sea. El tipo de empresas en las que se lava dinero en Guadalajara no es distinta a las que hay en toda ciudad grande, desde inmobiliarias, casinos, restaurantes y bares, que suelen ser las consentidas de las lavadores, hasta laboratorios farmacéuticos y equipos de futbol, que abundan en la economía tapatía. La especulación urbana, las apuestas y el alto consumo en restaurantes y bares se da en todas las ciudades y entre más desarrollo económico y mayor nivel de consumo, mejor.

Los sucesivos grupos de crimen organizado han mantenido intereses y relaciones en Guadalajara, pero está lejos de tener la exclusividad. Lo que sí tiene esta ciudad, lo planteo como hipótesis, es una mayor tolerancia al narco y sus utilidades. Desde la época del cartel único (que eran también los tiempos del partido único), Guadalajara fue el centro de operación financiera de la primera generación de narcotraficantes. El famoso cartel Sinaloa, luego llamado de Guadalajara, liderado por Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca “Don Neto” y Rafael Caro Quintero, encontró en esta ciudad muchas facilidades y aceptación social para hacer negocios con dinero sucio. En1982 los tapatíos presumían que en Guadalajara había pasado la crisis casi sin sentirse gracias al dinero del narco. Con el tiempo las formas de lavar dinero se fueron perfeccionando y sofisticando, tanto como la aceptación social de los delincuentes, al grado de que en las clases medias altas tapatías se empezó a hablar de los “Narcos Bien”, una categoría de criminales con licencia para convivir en clubes, restaurantes y escuelas privadas.

El caso de Rafael Márquez, michoacano de nacimiento pero tapatío por adopción, es el mejor ejemplo de cómo el crimen organizado se coló como la humedad en la sociedad. Sea porque lo engañaron (que es lo que quisieran creer la mayoría de los mexicanos) sea porque estaba involucrado, que el capitán de la Selección nacional aparezca en estas listas, prueba que el crimen organizado ha extendido sus tentáculos hasta lo más profundo de la estructura económica y social de esta ciudad.

Guadalajara, Lavalajara, ¿ese olor es de lana mojada?

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