Martín Moreno-Durán
02/08/2017 - 12:00 am
Venezuela, AMLO…y los falsos demócratas
Los mismos que hoy se inmolan y se retuercen porque AMLO no condena la situación en Venezuela, son exactamente los mismos que callaron, en su momento, con el escándalo de Peña Nieto y su esposa, La Gaviota, y su Casa Blanca financiada por las empresas beneficiadas con contratos del gobierno peñista. Callaron con las manipulaciones sobre Ayotzinapa. Callaron sobre las ejecuciones record en este sexenio. Callaron sobre los fusilamientos de militares contra civiles.
+ Les indigna Maduro, pero callan sobre México
+ Fox y las locuras del alto vacío
La angustia de algunos ilustres de nuestra clase política por el posible y probable triunfo de Andrés Manuel López Obrador en la presidencial del 2018, se refleja en exabruptos como los siguientes:
“¡López Obrador debe pronunciarse sobre la situación en Venezuela. ¿Por qué calla?, reclaman voces tan furibundas como despistadas.
A ver:
Nada ni nadie obliga a ningún político a opinar, forzosamente, sobre algún tema en particular, mucho menos tratándose de asuntos de otros países. Eso está en la libertad de cada personaje de referirse o no a asuntos como el de Venezuela. O sobre Trump. O China. O cualquier otro. ¿O hay alguna ley mexicana que los someta para hacerlo? No.
Los mismos que hoy se inmolan y se retuercen porque AMLO no condena la situación en Venezuela, son exactamente los mismos que callaron, en su momento, con el escándalo de Peña Nieto y su esposa, La Gaviota, y su Casa Blanca financiada por las empresas beneficiadas con contratos del gobierno peñista. Callaron con las manipulaciones sobre Ayotzinapa. Callaron sobre las ejecuciones record en este sexenio. Callaron sobre los fusilamientos de militares contra civiles. Callaron sobre la casota en Malinalco de Videgaray. Callaron sobre tantos escándalos de corrupción en México sobre los que – en esos sí- ex presidentes, políticos y periodistas, estamos obligados a exigir investigaciones de fondo. Pero callaron. Y nadie les pidió pronunciarse sobre estos temas propios, prioritarios y condenables.
Ahora, los mismos mudos de la corrupción peñista recuperan la voz para demandar, indignados y patriotas, que AMLO diga algo sobre Venezuela. ¡No jodan! Callaron sobre temas que sí nos afectan directa y profundamente, como la corrupción del Presidente, familia y colaboradores. ¿Con qué autoridad moral se erigen ahora para pedirle a cualquiera que se pronuncie sobre asuntos extranjeros?
Eso se llama farsa.
“AMLO, el que habla como mesías, se viste como mesías, actúa como mesías. Es como Maduro un falso profeta, engañabobos. Olvídalo. MX no es VZA. Párale”, leemos en un tuit de ese prócer de la democracia llamado Vicente Fox. Sí, el mismo que en lugar de combatir y desmontar al priismo corrupto, lo preservó y endiosó. Sí, el mismo que hizo comadre a Elba Esther Gordillo y evitó tocar a Carlos Romero Deschamps, emblemas de la corrupción nacional. Sí, el mismo que hoy vive como millonario en Guanajuato cuando antes de ser Presidente estaba quebrado. (¿Cómo le hizo, por cierto?). Sí, el mismo que escribe “vivora”, como también se lee en su cuenta de TW.
A ver:
Según los disparates de Fox, ¿cómo se viste un mesías? ¿Con túnica blanca, descalzo y una corona de espinas en la cabeza? No recuerdo haber visto a AMLO vestido así. ¿Cómo actúa o habla un mesías: convirtiendo la piedra en pan y el agua en vino, acaso? ¿Hablando en arameo, tal vez? La palabra “mesías” la adjudican algunos a AMLO sin siquiera conocer su significado o repitiéndola como merolicos. A mi nada me dice esa palabrita fanática de “mesías”. Mejor analicemos escenarios más útiles.
Cierto: México no es Venezuela, y en eso tiene razón Fox. Nuestra incipiente democracia alcanza, a pesar de la partidocracia absoluta, a blindarnos de dictadores políticos. Si AMLO es electo Presidente en 2018, su partido, Morena, de acuerdo a las encuestas más confiables como la del diario Reforma, estaría en el primer lugar de la votación nacional. En un ejercicio de bote pronto, podría tener entre 120 y 140 diputados federales que, por supuesto, no harían mayoría para modificar leyes o Constitución. Juntos, PRI, PAN y PRD tendrían más escaños que Morena, erigiéndose así en un equilibrio legislativo tan necesario como imprescindible en toda democracia, lo que le impediría al presidente López Obrador hacer o deshacer a su antojo. ¿De cuál Maduro mexicano habla Fox en sus tuits desquiciados e ignorantes? Nada que ver.
“Hay riesgo de retroceso, al igual que hace seis años están resurgiendo las amenazas de la parálisis de la derecha o el salto al vacío de la izquierda demagógica”, fraseó ese ilustre priista llamado Enrique Peña Nieto durante el aniversario del PRI en marzo pasado. (Una frase gemela, por cierto, a la pronunciada por Carlos Salinas de Gortari cuando en Aguascalientes, siendo candidato presidencial, fustigó a la derecha y a la izquierda para ubicar al PRI en un “centro progresista” que jamás tuvo ni forma ni fondo, tan solo la consolidación del presidencialismo salinista en su expresión más autoritaria, nociva, antidemocrática y corrupta, vía Raúl Salinas de Gortari).
A ver:
En ningún discurso de Margarita Zavala – la candidata más viable del PAN-, he percibido signos de “parálisis” como lo cacarea Peña Nieto. En ninguno. Y respecto al “salto al vacío” de la “izquierda demagógica”, el único “salto al vacío” ocurrió precisamente en 2012 con el regreso del PRI más antidemocrático a la presidencia: el mexiquense. Ese “salto al vacío” fue empujado por el gobierno peñista y que hoy tiene a México en los primeros lugares de las naciones más corruptas del mundo (gracias a los escándalos de los priistas Duarte, de Borge, Montiel, Yarrington, Medina y compañía), y en los últimos lugares de los países con mayor productividad, transparencia o educación. ¡Eso sí es un “salto al vacío”! ¿Demagogia, dice Peña? Bien: le mandaremos un catálogo de los discursos que al estilo de los setentas pronuncian Ochoa Reza, Camacho Quiroz o Gambia Patrón, para que elija el que quiera. Todos son una oda a la demagogia.
*****
Si mañana fuera la elección presidencial, AMLO ganaría. Su ventaja es más que considerable. Empero, aún faltan once meses en los que, seguramente, habrá ataques, mentiras, embustes y sandeces como las que lanza el loquillo de Fox. Desafortunadamente, las críticas de fondo y bien argumentadas serán escasas. Vende más el escupitajo que la crítica bien sustentada. Muchas cosas pueden ocurrir de aquí al uno de julio de 2018.
Que se critique a López Obrador. ¡Por supuesto!
Que se critique a Margarita Zavala. ¡Por supuesto!
Que se critique a Osorio Chong. ¡Por supuesto!
Que se critique a Meade. ¡Por supuesto!
Que se critique a quienes aspiran a gobernarnos con ideas y textos válidos y certeros, y no con vulgares frases foxianas que solamente tienen la intención de confundir a los votantes con embustes y triquiñuelas.
¡No jodan!
TW @_martinmoreno
FB / Martín Moreno
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