La comunidad chinanteca de San Juan Bautista Tlacoatzintepec, en Oaxaca, ha exigido un «alto al despojo cultural» de los pueblos y al «plagio textil» de empresas como la española Intropia, que copió sus diseños para «huipil».
Por Edna Alcántara
México, 21 de julio (Xinhua).- La belleza de los diseños y textiles de las comunidades indígenas en México son apreciadas en el mundo y, si bien se plasman en prendas de la alta costura, también han sufrido constantes plagios, algo que analizarán próximamente varios especialistas en el estado sureño de Oaxaca.
Según adelantó a Xinhua la reconocida artista de música tradicional mexicana Susana Harp, una de las impulsoras del encuentro, durante mes y medio «diputados, antropólogos, abogados, historiadores, lingüistas y gente interesada en el tema buscarán la manera de proteger a las comunidades indígenas».
«No hay una ley específica que proteja (esas artesanías), pero ahora es el momento en que tenemos que buscar cómo protegerlas y ampararnos en las leyes internacionales», detalló la cantante y psicóloga.
En Oaxaca existen 65 grupos étnicos que se han visto afectados por ese tipo de prácticas, explicó Harp, de origen oaxaqueño y quien acusó en su momento de plagio a través de las redes sociales a la prestigiosa tienda Neiman Marcus por exhibir y comercializar, con firma de diseñador, una prenda idéntica al «huipil» (blusa bordada) de Santa María Tlahuitoltepec (Oaxaca).
La falta de leyes y normas, reconoció, ha generado que «se incremente una copia fiel de colores y bordados tradicionales que se ven en puños o cuellos de prendas que además, dijo, se venden en aparadores o en internet hasta diez veces más caros».
A juicio de Harp, que interpreta canciones en lenguas autóctonas como el zapoteco, el mixe, el náhuatl y el maya, entre otras lenguas indígenas, también es necesario que haya un reconocimiento de la etnia de origen «como preservadora de los valores tradicionales».
La comunidad chinanteca de San Juan Bautista Tlacoatzintepec, en Oaxaca, ha exigido un «alto al despojo cultural» de los pueblos y al «plagio textil» de empresas como la española Intropia, que copió sus diseños para «huipil».
«Debido a que no existen leyes o normas que protejan la propiedad intelectual de las comunidades de Oaxaca, ya van tres ocasiones donde los diseñadores plagian el arte textil oaxaqueño: el Mixe, Valles Centrales y San Juan Bautista Tlacoatzintepec», explicó por su parte Jesús Rafael Santaella Dionisio, director del Colectivo Alto Papaloapan.
Muchas firmas de prestigio internacional se han acercado en la última década a las comunidades indígenas mexicanas para patentar o utilizar diseños de arte autóctono.
Nike patentó diseños de arte huichol y mixteco que actualmente utiliza para sus tenis con diseños que llevan «ojos de Dios» , soles, venados, rombos, lunas y patrones regulares en colores como naranja, verde, rojo y azul cielo.
El Instituto Nacional Indigenista y la Cancillería mexicana explicaron que la acción de Nike era completamente legal ya que, al no estar patentados los diseños por parte de ningún representante de las etnias, eran de dominio público hasta que alguien los registrara.
La casa de moda francesa Hermès, en 2008, diseñó uno de sus famosos pañuelos de seda con motivos de los bordados indígenas otomíes, para lo cual contactó al Museo de Arte Popular (MAP) a fin de seleccionara a los artesanos que pudieran elaborar los mejores diseños.
Otro caso es la marca Converse, que cuenta con una línea de tenis bordados que son especialmente hechas por artesanos mexicanos.
Después de que la diseñadora Marant, en 2015, incluyera blusas con diseños mixe en su colección, la empresa Antik Batik la llevó ante los tribunales al asegurar tener la patente de estos estampados, contó Harp.
Durante el juicio en Francia, Marant reconoció el origen mixe de los estampados.
La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas establece que estos «tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar la propiedad intelectual de dicho patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales y sus expresiones culturales».
A su vez, el Comité Intergubernamental de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) sobre Propiedad Intelectual y Recursos Genéticos, Conocimientos Tradicionales y Folclore está negociando un acuerdo sobre un instrumento jurídico internacional.