#DatosCerrados | En cuatro años de Gobierno, la foto oficial del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, le ha costado a los mexicanos por lo menos 1 millón 677 mil pesos. La transparencia no iluminó esta foto hecha el 29 de diciembre de 2012. La Presidencia publicó el gasto en la sesión, las reproducciones, impresiones y montaje; pero falta el que concierne a la edición que incluiría los evidentes retoques sobre el rostro del Mandatario. La imagen pulcra de Peña Nieto fue un distintivo desde su campaña. A su toma de posesión se presentó con un traje Ermenegildo Zegna hecho a la medida. Pero la Presidencia declaró «inexistente» cualquier inversión en su figura.
Ciudad de México, 16 de julio (SinEmbargo).- En 2013, en las vísperas del cumplimiento de 100 días de Gobierno, la Presidencia de la República difundió el retrato oficial del Presidente de México, Enrique Peña Nieto. Usó las redes sociales Instagram y Twitter, así como la página oficial que en días recientes había sido montada. Cuatro años después, a los mexicanos, esa fotografía les ha costado 1 millón 677 mil 545 pesos entre la sesión, la impresión, las reproducciones y el montaje.
La foto presidencial no fue afectada por el decreto de austeridad que la presente Administración hizo en 2012 y luego refrendó en 2015 con recortes presupuestales de más de 100 millones de pesos. En esa imagen, en la que el Mandatario aparece con puño cerrado mientras muestra su sortija de matrimonio, no se escatimó: después de que en 2012 fue tomada y enseguida reproducida, en 2013 y 2016, se hicieron más impresiones; además de un nuevo montaje, de acuerdo con los datos de los contratos publicados por la Presidencia de la República en el Portal de Obligaciones y Transparencia (POT).
La transparencia no iluminó esta foto que fue hecha en una sesión el 29 de diciembre de 2012, según informó la Presidencia ante una solicitud de información. Si bien fueron publicados los convenios que conciernen al retrato oficial por determinados conceptos, hay un gasto que no hizo público: los evidentes retoques en el rostro de Enrique Peña Nieto. En el POT no aparece ningún convenio por concepto de «edición digital» del retrato oficial del Presidente.
Alfredo Paredes Zamora, director de Capitol Consulting and Communication, indica que «la edición» en una imagen es, como cualquier otro, un concepto por el que se paga y cobra. «¿Cuánto se ha gastado en la imagen personal de este Presidente? ¿Cuánto se gastó por la foto que pasará a la posteridad por completo, incluso con los retoques? Ese debiera ser una erogación transparente porque no puede separarse la figura de Enrique Peña Nieto sin su imagen física».
En ese portal, donde según las entidades públicas deben publicar sus compras de acuerdo con la Ley Federal de Transparencia, se encuentran los datos de cuatro contratos con el fotógrafo Héctor Armando Herrera Peralta. Uno, celebrado en 2012, da cuenta del costo de la sesión fotográfica y un gasto de 376 mil 420 pesos. Para reproducirlas, según la respuesta a una solicitud de información, la Presidencia le pagó a Talleres Gráficos 136 mil 474 pesos por 15 mil reproducciones.
En 2013, la Presidencia signó otro contrato por reproducciones. Este fue de nuevo con Héctor Armando Herrera Peralta por 387 mil 300 pesos con 80 centavos. En 2016, al mismo fotógrafo se le pagó la cantidad de 397 mil 880 por impresión y montaje del retrato oficial del Presidente Enrique Peña Nieto.
Héctor Armando Herrera Peralta pertenece a una dinastía de fotógrafos que se iniciaron en los espectáculos. Su abuelo Armando Herrera captó a María Félix, Agustín Lara, Mario Moreno Cantinflas y Germán Valdés Tin Tan. Con su padre, fundó la empresa HAH, especializada en fotografía industrial y corporativa. Herrera Peralta se ha hecho cargo de las fotos de los Presidentes mexicanos desde José López Portillo.
No sólo la edición de la fotografía oficial es un dato cerrado. La Presidencia de la República declaró «inexistente» la inversión en la imagen personal de Enrique Peña Nieto; es decir, no cuenta con documentos sobre una característica que desde la campaña distinguió al Ejecutivo y que se mantiene cuatro años después de Gobierno.
Si la foto oficial fue editada no es un dato público a pesar de que cualquier gasto que represente esa imagen es pagado con el presupuesto que le aprueba el Congreso de la Unión a la Presidencia de la República.
Los retoques y edición de la imagen fueron notados en diferentes ámbitos informativos. El reportero de la revista Proceso, Arturo Rodríguez García escribió en su nota al respecto: “La fotografía, editada y manipulada, cubrió algunos rasgos del Presidente, como arrugas y ojeras, y al destacar el contorno de su cuerpo y rostro da la impresión de estar superpuesta”. Otro tipo de publicación que refiere asuntos del espectáculo, la revista TV Notas, publicó: “La imagen fue editada y retocada para cubrir las imperfecciones del presidente, como ojeras, líneas de expresión, así como destacar el contorno de su cuerpo”.
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En política internacional, las fotos oficiales de los mandatarios han causado controversia por el uso de la técnica del photoshop y su costo. En 2009, la diputada francesa Valérie Boyer, del partido UMP de Sarkozy, propuso que las fotos retocadas tanto de modelos de anuncios como de los gobernantes debían advertir de su transformación con esta leyenda: «Fotografía retocada para modificar la apariencia de una persona». La apoyaron 50 parlamentarios; pero al final, su iniciativa de ley no fue avalada.
Además de la foto oficial, los Gobernantes del mundo suelen hacerse retratos al óleo. Con estos su imagen pasa a las galerías o museos. En España, las redes sociales se enardecieron cuando en 2012, el presidente del Congreso José Bono contrató por 96 mil euros el cuadro de sí mismo. El debate incluyó la polémica del costo para los contribuyentes y el ego de los políticos. Poco se habló del valor artístico que adquieren esos cuadros.
Ese año, se conoció que España había desembolsado más de 1.3 millones de euros en los retratos que cuelgan de las paredes de los ministerios desde los años 70 del siglo pasado. Y se supo porque el diputado de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares se lo preguntó al parlamento.
El retrato oficial de un Gobernante es la imagen que trascenderá en la Historia política de un país. La factura la pagarán los contribuyentes.
En México, en el ala sur de El Palacio Nacional se encuentra la Galería de los Presidentes, fundada en 1945 a iniciativa de Manuel Ávila Camacho. El acervo lo integran los retratos de hombres que han gobernado este país desde el siglo XIX. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público tiene la propia con los retratos de sus secretarios. Agustín Carstens y Ernesto Cordero son de los funcionarios cuya persona ha sido retratada por artistas.
Felipe Calderón Hinojosa quien gobernó de 2006 a 2012 y lanzó una guerra en contra del crimen organizado, reveló su imagen de cuerpo entero la misma noche que le entregó la banda presidencial a su sucesor, Enrique Peña Nieto. Interrumpió la cena y luego, se presentó a sí mismo. Apareció así, Calderón, recargado en la estatua de Morelos y con la banda presidencial cruzándole el pecho. Datos del POT indican que la Presidencia le pagó al pintor español Santiago Carbonell Moreno, 754 mil pesos por el cuadro del ex Mandatario.
Cuando estaba por expirar el sexenio, fueron revelados los retratos de Josefina Vázquez Mota, Alonso Lujambio y del ex Secretario de Hacienda, Ernesto Cordero. Pero ninguno de los contratos que respaldaron estas obras fueron publicados y su costo pasó a los expedientes de datos cerrados del Gobierno. El sexenio calderonista concluyó y las dependencias a cargo omitieron publicar esos gastos. El rostro de Ernesto Cordero Arroyo se encuentra en la galería de los ex secretarios de Hacienda. En la silla principal de la dependencia a cargo de los impuestos, el ahora senador estuvo diez meses, del 9 de diciembre de 2009 a octubre de 2011.
Vicente Fox se hizo retratar por la artista española Nati Cañadas en tres ocasiones. Tampoco hay publicaciones de lo que costó su imagen al óleo. Su imagen se encuentra en la Galería de los Presidentes, como puede apreciarse en el recorrido virtual del sitio. Enrique Peña Nieto no ha sido pintado aún, según arrojan las búsquedas en el POT.
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El Presidente mexicano posó sobre una silla verde con el escudo nacional bordado, miró de manera directa a la cámara. La mano derecha la dejó abierta sobre la pierna. La izquierda la cerró en un puño. En ese instante, no gozaba de aprobación alta. Las encuestadoras que miden ese indicador refieren para el momento en que iba a ser captado por la lente, 54 por ciento de aprobación.
Apenas habían transcurrido 28 días de Gobierno y Los Ángeles Times escribió que era un número modesto, pero respetable; sobre todo si se consideraba que había sido electo con casi el 38 por ciento de los votos. Peña Nieto representaba esperanza, la promesa de un afán reformista que podría activar la economía con más empleo y, como él mismo lo ofreció, el descenso en el costo de los servicios.
Ese día, la cámara guardaría el rostro de Peña Nieto, el hombre que en los años siguientes iba a pasar a la Historia como el Jefe del Ejecutivo con los índices de aprobación más bajos desde 1994, año en que se iniciaron las encuestas sobre la gestión presidencial. El último ejercicio, el de GEA-ISA le dio en mayo de este año 77 por ciento de reprobación, un porcentaje que disminuyó. Desde 2014, frente a la tragedia de Ayotzinapa y Tlatlaya; además de la revelación de «la casa blanca», esa cifra era de casi el 90 por ciento.
Pulcritud, elegancia, buen gusto, «perfect fit» eran las características que expertos en moda le atribuyeron a la imagen de Enrique Peña Nieto durante la campaña y en los primeros días de Gobierno. «Con el poder de la imagen», tituló su colaboración en el diario El Economista, Roberto Yáñez, editor de Estilo de Vida Mundo52, para relatar la indumentaria de Peña Nieto en la toma de posesión. Para la ocasión, la marca Ermenegildo Zegna le hizo un traje a la medida de 80 mil pesos.
Cuando era candidato, en 2012, la revista Quién escribió de él: «Enrique Peña Nieto, candidato del PRI a la Presidencia de la República es conocido por su estilo tradicional, por sus famosas corbatas en tonos rojos y claro, por su peinado. Según los expertos, debe enfocarse en usar colores oscuros, usar sacos hechos a medida y no exagerar en el volumen de su copete».
La foto oficial de Peña Nieto fue tomada el 29 de diciembre de 2012 y a la vista, fue editada en aras de la imagen pulcra que tenía el Presidente.