Más de 90 organizaciones civiles enviarán una carta internacional a la Federación Mexicana de Fútbol y a la Federación Internacional de Futbol Asociación para pedirles que no vuelva a utilizar a niñas y niños para publicitar productos que representan una amenaza para su salud y de ser posible ofrezca una disculpa pública.
El pasado domingo, durante el encuentro de eliminatorias para la Copa Mundial Rusia 2018, entre las selecciones de futbol de México y Estados Unidos en el Estadio Azteca, en la capital mexicana, los jugadores de ambos equipos salieron acompañados de menores de edad portando playeras con el logotipo de la marca Coca-Cola.
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Ciudad de México, 15 de junio (SinEmbargo).- La Alianza por la Salud Alimentaria con la Red por los Derechos de la Infancia (Redim) presentaron esta mañana una demanda pública a fin de que la Federación Mexicana de Fútbol y a la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) no utilicen nuevamente a niñas y niños para publicitar productos, en especial, aquellos que representan una amenaza para su salud, como es Coca- Cola.
El pasado domingo, durante el encuentro de eliminatorias para la Copa Mundial Rusia 2018, entre las selecciones de futbol de México y Estados Unidos en el Estadio Azteca, en la capital mexicana, los jugadores de ambos equipos salieron acompañados de niñas y niños de entre 8 y 10 años que, como no se ha visto en otra parte del mundo, utilizaron playeras con el logotipo de la marca Coca-Cola.
En conferencia de prensa, las organizaciones de la sociedad civil mostraron fotografías del acto protocolario en el que se cantan los himnos y se presentan las banderas de cada nación, donde aparecen los pequeños frente a cada uno de los jugadores, portando el logo de la refresquera, al tiempo que otros niños con las mismas camisetas sostenían las banderas mexicanas y estadounidenses.
«Hay responsabilidad de FIFA, de la FMF y de la empresa refresquera [Coca Cola]. [Los refrescos] representan un daño a la salud, especialmente para la de los niños. Esto es un ejemplo de la ‘cocacolonización’ de México», acusó Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor (EPC).
Por ello, adelantó que más de 90 organizaciones civiles enviarán una carta internacional a la FIFA para solicitar que un evento así no vuelva a ocurrir y de ser posible ofrezcan una disculpa pública.
Sandra Mejía, integrante de Redim, criticó que en el país se continúan realizando estrategias publicitarias que violan los derechos de la infancia, como la del pasado 11 de junio, contrarias a recomendaciones internacionales, con el aval del Gobierno de México.
“Existe una correlación de las empresas que producen bebidas azucaradas en la violación de los derechos humanos, y el Estado mexicano, que es el responsable de regular a la industria de bebidas y alimentos para garantizar el derecho a la salud», dijo.
Agregó además que el Gobierno permanece «omiso» y «no vela por la salud de niños niñas y adolescentes y sí por los intereses de las grandes empresas refresqueras y de comida chatarra».
Mejía señaló que cuando las empresas y sus intereses económicos se alían con las autoridades para que el Estado y las instituciones como la Federación Mexicana de Futbol no garanticen derechos, hay una corresponsabilidad de las empresas, como entidades no estatales, también en la violación de derechos, entre los que mencionó el goce al más alto nivel de salud, a la supervivencia y al desarrollo.
«Es muy claro que la industria refresquera está aliada en corrupción con muchos funcionarios, en contra de los ciudadanos, particularmente niños y niñas, y adolescentes», acusó.
En su oportunidad, Fiorella Espinosa, coordinadora de investigación en salud alimentaria de EPC, reprochó que este tipo de actos se lleven a cabo en el contexto de una epidemia declarada por el Presidente Enrique Peña Nieto en noviembre pasado en el país, precisamente por obesidad y diabetes, además de la evidencia de que el impuesto a las bebidas azucaradas que las provocan, funciona para bajar el consumo.
Asimismo, recordó que la última Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) arrojó que en México un tercio de la población infantil vive con exceso de peso, lo que eleva la posibilidad de que sean adolescentes y adultos obesos.
