En 2012, la Interpol emitió una orden de detención contra Paul Watson, líder de Sea Shepherd. En el aviso, en sus 190 países miembros, incluido México, pedía su detención y extradición «tras la confirmación por parte de las autoridades alemanas que Paul Watson no cumplió con las condiciones de libertad condicional […] y huyó del país, Costa Rica renueva su pedido de Notificación Roja».
Ciudad de México, 14 de mayo (SinEmbargo).- Sea Shepherd Conservation Society, la organización global que lucha desde hace 40 años contra la destrucción de los hábitats y la masacre de la fauna en los océanos de todo el planeta, ha realizado más de 200 viajes en altamar para enfrentarse cara a cara a los cazadores que tiñen de rojo el mar con la sangre de focas, ballenas y delfines, por negocio, tradición o deporte.
De acuerdo con el propio fundador de la organización, Paul Watson, han hundido más de una decena de embarcaciones balleneras, pero lo mismo defienden a las focas en Canadá, que a los calderones en Dinamarca y a los tiburones en Costa Rica, Perú y Ecuador.
Para muestra, un botón: En 1986, activistas de Sea Shepherd tomaron medidas contra las operaciones ilegales de caza de ballenas de Islandia. Rod Coronado y David Howitt hundieron dos de los cuatro barcos balleneros en el puerto de Reykjavik y destruyeron también la estación de procesamiento de ballenas en Hvalfjodur. Dicha misión logró detener la caza comercial de ballenas de Islandia durante varios años.
La idea comenzó con la Earth Force Society en 1977, sin embargo, en 1978, con apoyo financiero de Cleveland Amory of the Fund for Animals, la sociedad adquirió su primer barco y adoptó el nombre con el que hoy se conoce: Sea Shepherd. Su primera acción fue navegar hacia los témpanos de hielo del este de Canadá para interferir con la matanza anual de focas bebé.
La de Sea Shepherd fue de hecho la primera embarcación en ir al hielo con el único fin de proteger a las pequeñas focas. Antes de ser detenidos, Watson y su tripulación lograron rociar las pieles blancas de las especies con un tinte orgánico indeleble para hacerlas comercialmente inútiles.
Pero no sería la única ocasión en la que integrantes de la organización se verían envueltos en problemas con la justicia. A lo largo de cuatro décadas, decenas de veces activistas de Sea Shepherd han sido detenidos, incluyendo principalmente a su fundador, presidente y director ejecutivo. Incluso hoy por hoy, la libertad de Paul Watson, no está a salvo en algunas partes del mundo, debido a un percance ocurrido en mayo de 2002, ya que por una orden emitida por Costa Rica, el capitán fue arrestado en Frankfurt, Alemania.
En aquel momento, los medios de comunicación dieron a conocer que el activista fue acusado de violar el derecho marítimo durante las grabaciones del documental «Sharkwater» («Los Señores del mar», en español), que denuncia la actividad del «aleteo», que consiste en cortar las aletas de los tiburones, altamente demandadas por el mercado asiático.
Después, autoridades de Japón solicitaron formalmente la detención del capitán por cargos de «conspiración» derivada de un incidente de 2010 que incluía la campaña de Sea Shepherd para detener la caza ilegal de ballenas el Océano Antártico.
En 2012, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) emitió una orden de detención contra el líder animalista y ecologista. En un aviso de la Interpol en sus 190 países miembros, incluido México, pedía su detención y extradición «tras la confirmación por parte de las autoridades alemanas que Paul Watson no cumplió con las condiciones de libertad condicional […] y huyó del país, Costa Rica renueva su pedido de Notificación Roja».
En entrevista para SinEmbargo, Héctor Torres de la Parra, coordinador de la organización en México, subrayó que Sea Shepherd nació con los objetivos fundamentales de defender, conservar y proteger los ecosistemas y la fauna marina del mundo y subrayó que la forma en la que la ONG se mueve en el planeta está dirigida a respaldar que la Ley se cumpla y a lograr que las especies vulnerables estén dentro de una normativa de protección.
«En la actualidad, Sea Shepherd es todo un movimiento global y se encuentra en 30 países, entre ellos, Canadá, México, Estados Unidos y Australia», dijo.
Desde hace 10 años, por ejemplo, Sea Shepherd desplega una flota de barcos para sabotear la caza ilegal e indiscriminada de ballenas en Japón. En 1982, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) prohibió la captura de ballenas para comerciar su carne, pero la práctica puede continuar si tiene como objetivo la investigación científica o la subsistencia de la población.
«Somos una organización de acción directa, somos una organización fría y por tal razón siempre dialogamos […] No somos anarquistas, somos una organización disciplinada y por ende somos inquebrantables», dejó en claro.
En 2014, gracias al esfuerzo de Sea Shepherd, la Corte Internacional de Justicia de La Haya rechazó el argumento del Gobierno de Tokio, de que la caza se ejecuta con fines científicos, por lo que le pidió a Japón detener dicha actividad en la Antártida.
«Los logros [de la ONG] han sido magníficos porque los números de las flotas de ballenas que los japoneses tienen que cubrir es de hasta 2 mil 500 ballenas y con el sabotaje llegan apenas a 250 ballenas por año», aseguró Torres de la Parra.
Pero reconoció que hay lugares en el mundo en los que nada pueden hacer por salvar animales marinos de la muerte, ya que incluso su libertad podría verse comprometida.
«En países como Dinamarca, incluso nosotros somos los arrestados, entonces lo único que podemos hacer es monitorear y publicar lo que sucede. En la historia de Sea Shepherd hay casos en los que algunos países nos han llevado a la Corte»
Y agregó: «Ese es el carácter de Sea Shepherd en el mundo y en cada país: Implementar acciones directas para hacer que la Ley se cumpla; acciones preventivas en tierra, como pláticas, conferencias de concientización y limpieza de playas con la sociedad en general. Y en la parte legal, creemos que la denuncia debe existir para que se resarzan los daños, debemos llevar los casos a los juzgados y eso lo hemos hecho a nivel internacional».
GREENPEACE, UN TEMA CONTROVERTIDO
Sea Shepherd presenta a Paul Watson como «uno de los miembros fundadores y directores de Greenpeace», pero la propia organización fundada en 1971 ha señalado que no es así: «Él era un miembro inicial influyente pero no, como a veces se afirma, un fundador. Fue expulsado de la dirección de Greenpeace en 1977 por una votación de 11 a uno, donde sólo Watson votó en contra», se lee en el sitio oficial.
Watson participó en la segunda expedición contra las pruebas de armas nucleares en la Isla Amchitka, al sudoeste de Alaska, y en acciones contra la caza de ballenas y la matanza de focas arpa, pero medios de comunicación han señalado que la forma «violenta» en que supuestamente operaba Watson, provocó su expulsión de Greenpeace.
En el libro Las Crónicas de Greenpeace, Bob Hunter, uno de los primeros líderes de la organización, describió:
«Nadie dudaba de su valor [Watson] por un momento. Era un gran hermano guerrero». Sin embargo, señaló también que a dondequiera que iba, creaba división y en Greenpeace «todos sentimos que habíamos quedado atrapados en una telaraña que nadie quería ver y no había nada que hacer más que bajar el hacha, incluso si eso significaba acercarla al cuello de nuestro hermano».
EL ARRIBO A MÉXICO
La organización pisó tierras mexicanas hace tres años y cuenta con tres campañas: Marcelino, que protege la tortuga marina; Tlanemani, que significa libertad en náhuatl y va contra el cautiverio de delfines; y Chúul que trabaja por la limpieza de lagos, ríos, playas y mares mexicanos.
Cuenta con coordinaciones locales en Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Guerrero, Veracruz, Estado de México, Ciudad de México Oaxaca y Quintana Roo.
«Toda la estructura de Sea Shepherd México se está asentando en buenos cimientos para poder empezar a construir hacia arriba», aseguró su coordinador en el país gobernado por Enrique Peña Nieto.
Además, adelantó que la oficina mexicana contempla distintas acciones, entre ellas, buscar la declaratoria de nuevas Áreas Naturales Protegidas (ANP), una en Sinaloa y otra más en La Isla de la Roqueta, en Acapulco, Guerrero.
En el consejo, señaló, existe un «despacho importante» que respalda a la organización con la infraestructura legal y fiscal; y para llevar a cabo las actividades pactan convenios con universidades locales y nacionales, entre ellas el área de biología marina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
«Para todas nuestras estrategias de conservación y de recuperación de especies trabajamos con investigaciones de las universidades», remarcó.
Sea Shepherd desplegó el Operativo Milagro en el que cada año, desde 2015 patrulla el Golfo de California a fin de proteger al mamífero marino endémico del país, más pequeño del planeta: la vaquita marina que se encuentra en peligro de extinción.
Sin embargo, hace algunos meses, los activistas fueron amenazados por pescadores ilegales de totoaba –especie también amenazada–, cuyas redes de enmalle han provocado que la vaquita marina cuente con apenas 30 ejemplares en la actualidad. Ante la situación, Torres de la Parra recordó que no es la primera vez que miembros de la organización son blanco de amenazas por parte de pescadores, pero aseguró que no detendrán su lucha.
«Sea Shepherd nunca se va a retirar en ninguna parte del mundo por pescadores ilegales», amagó.
Por ello, líderes de Operación Milagro presentaron una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR) y ante la Procuraduría General del Estado de Baja California, por lo que las autoridades emitieron una orden restricción al líder de los pescadores, quienes no pueden acercarse a las embarcaciones de Sea Shephered.
FALTA DE EDUCACIÓN, UN OBSTÁCULO
«En el tema del desarrollo y concientización en México todavía estamos muy atrasados. Aquí hay que hacer entender cosas que en otros países ya son muy básicas o lógicas. La falta de educación y concientización en México ha sido nuestro primer obstáculo», señaló Torres.
A pesar de ello, el activista indicó que el Gobierno y la sociedad mexicana han recibido con apoyo a la ONG que a nivel mundial se sostiene gracias a programas de fundaciones y donaciones.
«La organización tiene un gran prestigio y una gran credibilidad, entonces a donde llegamos se nos abren las puertas de inmediato, tanto con gobiernos locales y federales, además de la sociedad y las mismas organizaciones. [En México] nos sentimos muy bien abrazados y recibidos».
Asimismo, en cada localidad en la que llevan a cabo acciones cuentan con alianzas con centros de buceo que son amigables ecológicamente para trabajar con su infraestructura, principalmente para los temas de patrullaje, de limpieza subacuática, documentación e investigación.