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Tomás Calvillo Unna

26/04/2017 - 12:00 am

La anemia de la Patría

La moneda está en el aire, y es cierto, águila o sol pueden significar lo mismo; la diferencia está en el cobre o la plata, es decir, de que estamos hechos.

La Moneda Está En El Aire Y Es Cierto águila O Sol Pueden Significar Lo Mismo La Diferencia Está En El Cobre O La Plata Es Decir De Que Estamos Hechos Pintura Tomás Calvillo

La incapacidad que hemos mostrado como país, tanto a nivel de gobierno como de la sociedad civil frente a la actitud agresiva e insultante del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, expresa la anemia de la Patria.

Las amenazas que implican a corto y a largo plazo los discursos discriminatorios, las hemos asimilado en banales polémicas políticas y múltiples expresiones de enfado que carecen de sustancia y acción. Y a pesar incluso de que reconocemos nuestra débil respuesta ante ese desprecio que proyecta hacia nosotros el actual presidente del vecino del norte, no nos hemos cuestionado qué significa esa conducta blandengue que sorprende a
muchos más allá de nuestras fronteras. ¿Qué les pasa a los mexicanos?, ¿dónde está su carácter y dignidad?, ¿dónde su historia?

Hacemos oídos sordos, seguimos con nuestra rutina de madrearnos unos a otros, con diversas técnicas y en todos los espacios al alcance del joder tan arraigado; desde el golpe bajo de la traición, hasta el narcisismo locuaz de los grandes corruptos de la política y la paranoia encarnada de los millonarios, que ya buscan invertir en la casa de bolsa de la eternidad para engrandecer sus almas. Y así en esa exhibición mundial de pasividad, por decir lo menos, ya estamos inmiscuidos en las elecciones del 2018, donde el que arroje más mierda alcanza el premio de la popularidad del día.

Tuvimos la oportunidad de mostrarnos cómo un país con entereza, con conciencia de nación y desechamos esos momentos envueltos en la capa parpadeante de las emociones fugaces, sin poder sacudirnos la densa confusión que nos comienza a asfixiar. Fue un preámbulo que hubiera ayudado en gran manera a solidificar el basamento social, evidenciando la textura de un alma nacional antes de la inserción en el proceso electoral del 2018,  al que hemos entrado a punta de insultos, mentiras, agravios, donde las mutuas acusaciones de corrupción y criminalidad se vuelven  el alimento de cada día.

Somos testigos de la ausencia de generosidad y visión de unos y otros, de un cinismo que raya en la complicidad criminal. Todos quieren y nadie puede, debía de ser el lema de campaña del INE.

Antes y frente a nosotros están dos temas fundamentales, el de Trump y su imperio “bananero”, y la violencia que vulnera las entrañas del nombre que nos articula como identidad: México, cuyo rostro son las víctimas, los desaparecidos, la expresión más acabada del capitalismo salvaje. Si, dos temas que hace tiempo nos deberían de haber unido, acallando a los partidos políticos, silenciando sus discursos y al aparato mediático que los reproduce cada minuto editando la información y desplegándola auditiva y visualmente. Dos temas que nos deberían de hacer caminar brazo con brazo sin distinción alguna para encontrar el camino que nos permita salir del infierno en que hemos entrado. Caminar real y simbólicamente hasta concentrarnos en las plazas de nuestras ciudades y mostrar y demostrar que merecemos ese nombre que nos identifica como mexicanos.

No obstante pareciera que no estamos a la altura de los desafíos que vivimos, que hemos renunciado a lo mejor de nuestro pasado como herencia y tradición de coraje y dignidad, que aceptamos el presente como fatalidad, sin posibilidad alguna de asumir nuestro propio destino.

La moneda está en el aire, y es cierto, águila o sol pueden significar lo mismo; la diferencia está en el cobre o la plata, es decir, de que estamos hechos.

en Sinembargo al Aire

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