Organizaciones como Greenpeace y el Centro para la Diversidad Biológica (CDB) criticaron que la medida de cautiverio anunciada por la Semarnat para intentar salvar a la vaquita marina de la extinción es “desesperada” y “resultado del fracaso” del Gobierno mexicano de protegerla en su hábitat. Criticaron también que el proyecto “no tiene certezas”, pues, explicaron, pondrá en peligro a las últimas hembras reproductoras que aún nadan en el Mar de Cortés. Greenpeace alertó de diversos riesgos que deben tomarse en cuenta: la mayoría de los cetáceos y las marsopas generalmente no se llevan bien en cautiverio; que la población ya se ha agotado drásticamente por lo que cualquier pérdida es grave, y que la captura generará estrés adicional a los animales que quedan.
Ciudad de México, 8 de abril (SinEmbargo).– El tiempo de la vaquita marina se agota. Su población ha disminuido drásticamente en los últimos cinco años: en 2012, 200 ejemplares nadaban en el Alto Golfo de California y actualmente hay menos de 30. En un intento «desesperado» por salvarla, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anunció un plan de emergencia que consiste en la captura y cautiverio, sin embargo, activistas critican que el Gobierno federal únicamente «busca ganar tiempo» a fin de que la marsopa no se extinga durante la administración del Presidente Enrique Peña Nieto.
En entrevista para SinEmbargo, Miguel Alejandro Rivas Soto, coordinador de la campaña de Océanos de Greenpeace México, criticó que se trata de «una medida que muestra la desesperación del Gobierno federal que quiere ganar tiempo para que la vaquita sea problema de la administración que viene».
Esta semana, la Semarnat informó que las autoridades mexicanas orientarán alrededor de 3 millones de dólares para iniciar el Proyecto Vaquita CPR (Conservación, Protección y Recuperación), que de acuerdo con la dependencia es un «ambicioso» plan que busca salvar de la extinción a la marsopa más pequeña del mundo.
«Creemos que es una medida desesperada que no tiene certezas. Pondrá en peligro a las últimas hembras reproductoras que hay en vida libre, nosotros no estamos de acuerdo con que una especie deba sobrevivir como última oportunidad en cautiverio. Nosotros no estamos de acuerdo en poner en cautiverio una especie que debió ser protegida en vida libre», destacó Rivas.
La coordinación de prensa de Greenpeace México dijo a este medio digital que un plan de emergencia le dará tiempo a la administración priista «para mostrarse ante la opinión pública como un Gobierno que ‘trabaja’ por la recuperación de la vaquita, dejando la responsabilidad de informar los resultados a la siguiente administración, pues si la tasa de declive de la especie sigue como hasta ahora, se estima que la vaquita marina podría extinguirse en 2018».
ADEMÁS
Alejandro Olivera, representante del Centro para la Diversidad Biológica (CDB) en México, opinó también que la medida «es resultado del fracaso del Gobierno de no poderla proteger en su hábitat».
Por su parte, Greenpeace advirtió que no existe garantía de la eficacia de esta medida para justificar su implementación. Señaló que existen factores de riesgo que deben considerarse, entre ellos, que la mayoría de los cetáceos y las marsopas generalmente no se llevan bien en cautiverio; que la población ya se ha agotado drásticamente por lo que cualquier pérdida es grave, y que la captura generará estrés adicional a los animales que quedan.
«Teniendo en cuenta esto, la probabilidad de que la vaquita sobreviva, se reproduzca y sea capaz de ser reintroducida en su hábitat parece muy delgada», expresó Greenpeace México.
Dicha estrategia fue recomendada por el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA) y consiste en trasladar algunos ejemplares de la especie a un santuario temporal, «en donde tendrán oportunidad de reproducirse sin el riesgo de caer en las redes de enmalle que siguen operando de manera ilegal en la zona protegida», señaló la Semarnat a través de un comunicado.
No obstante, Greenpeace aclaró que tanto el Gobierno actual, como sus predecesores, y la comunidad internacional han fallado fundamentalmente en la protección de la especie, ya que «ninguna de las políticas implementadas en los últimos 25 años ha tratado con éxito la causa conocida de captura incidental y muerte de vaquitas: la pesca de totoaba para el lucrativo comercio internacional».
Organizaciones de la sociedad civil han denunciado, en reiteradas ocasiones y desde hace años, que la pesca ilegal de totoaba ha sido la principal causante del declive de la población de la especie endémica de México, y han subrayado que las autoridades no han actuado de forma eficiente para evitarla.
Apenas la semana pasada, el CDB, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), Greenpeace, Teyeliz, Pronatura, Comarino, Defenders of Wildlife y Sea Shepherd acusaron que de 2012 a la fecha, sólo siete personas han sido detenidas en Baja California y Sonora por pescar totoabas, especie que también se encuentra en peligro de extinción.
En abril de 2015, el Presidente Peña Nieto anunció la prohibición de la pesca por dos años en el Alto Golfo de California; implementó un programa de compensación económica para los pescadores afectados, y se comprometió a intensificar los programas de inspección y vigilancia por parte de la Marina Armada de México, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Gendarmería Ambiental. Sin embargo, como han denunciado los activistas, las medidas no han sido suficientes, ya que la pesca ilegal continúa y las vaquitas siguen muriendo en las redes de enmalle.
Para muestra un botón: En sólo dos semanas, dos cadáveres de la especie fueron hallados en aguas del Alto Golfo de California; las autoridades encontraron redes con 86 totoabas; luego fueron recuperados 20 ejemplares muertos de este pez, y 66 más la semana pasada.
El programa Vaquita CPR arrancará en el próximo otoño «porque la tranquilidad del Mar [de Cortés] en esa época del año favorecerá la localización de los ejemplares». El proyecto obtendrá aportaciones complementarias de asociaciones civiles internacionales que trabajan a favor de la conservación de los mamíferos marinos.
En el mismo comunicado, la Semarnat admitió que «los expertos reconocen que prevalece la incertidumbre sobre el comportamiento que tendrá la marsopa al momento de la búsqueda, captura y mantenimiento de las vaquitas en un refugio temporal».
Sam Ridgway, presidente de la Fundación Nacional de Mamíferos Marinos, manifestó que los conservacionistas y la comunidad científica reconocen los riesgos, pero el deber de actuar los motiva a sumarse.
El proyecto contará con el respaldo de la Fundación Nacional de Mamíferos Marinos, el Centro de Mamíferos Marinos y la Sociedad Zoológica de Chicago, además de expertos en la materia de distintas partes del mundo.
En febrero pasado, Alejandro Olivera, del CBD, destacó que “hay mucha incertidumbre alrededor de esta estrategia, aunque se están invitando expertos a nivel mundial. Es la única posibilidad que están viendo los científicos, ya que el Gobierno ha fracasado en mantenerla segura en su hábitat natural, pero aún hay probabilidades de salvarla y esa probabilidad aumenta con el cautiverio”.