El escritor Javier Marías conmemora estos días el 25 aniversario de la publicación de su novela Corazón tan blanco, considerado un clásico contemporáneo y cuya pervivencia el autor cree casi un milagro en tiempos como los actuales en los que «el concepto de posteridad pertenece ya al pasado».

Ciudad de México, 25 de febrero (SinEmbargo).- Javier Marías (Madrid, 1951), a punto de acabar su decimoquinta novela, asistió a la presentación de la edición conmemorativa que la editorial Alfaguara ha publicado con motivo del 25 aniversario de Corazón tan blanco, novela que ha sido traducida a 37 idiomas en 44 países y de la que se han vendido 2,3 millones de ejemplares.

Un libro «muy afortunado» que «todavía sigue vivo», con nuevas traducciones y reediciones, señaló el autor, quien reconoció que nunca se esperó «ni una décima parte» de su éxito: «No es un libro muy fácil, pero tuve la fortuna de caer bien a todo tipo de lectores».

Un éxito que duda que hubiera alcanzado de haberla escrito en 2017, porque «los lectores son hoy en día más impacientes y quieren más intriga».

«En tiempos como los actuales nada dura nada; los libros duran seis meses como mucho y existe la sensación de que uno del año pasado es ya antiguo», señaló Marías, quien aseguró: «Si vas a una librería y preguntas por un libro de 2013, parece que estés hablando de 1948».

Por eso, opinó que «el concepto de posteridad pertenece al pasado y pensar en la posteridad por parte de un escritor es ridículo y, cuanto más tiempo pasa, más ridícula es esa idea».

UN CANTO EN LOS DIENTES

Decir 25 años en la actualidad equivale casi a hablar de un siglo, sostuvo el escritor, quien recordó que, cuando vio el éxito que tenía Un corazón tan blanco, pensó: «Me puedo dar con un canto en los dientes con que me haya pasado una vez en la vida».

No obstante, reconoció que esta novela supuso un «antes y un después» en su vida, pues le permitió vivir de la literatura.
Javier Marías aseguró que no ha releído esa obra como tampoco lo ha hecho con otras suyas, a no ser que haya sido necesario por «razones utilitarias», como cuando ha recuperado alguno de sus personajes.

Pero no la ha releído, no por temor a que le pareciera «una porquería», sino por lo contrario, ya que, confesó, siempre tiene la sensación de que antes «escribía mejor».

El escritor explicó que, al igual que con Corazón tan blanco, sigue escribiendo sin un plan, improvisando mucho, de tal forma que, a la vez que inventa, averigua: «Sin esquema previo alguno, sigo siendo intuitivo y averiguo lo que escribo a medida que escribo».

Aunque no ha querido adelantar el argumento de su próxima novela, que finalizará en un mes y en la que recupera algún personaje de Tu rostro mañana, indicó que baraja para ella el título de Berta Isla de Nevinson y que está ambientada entre finales de los años sesenta y noventa.

Las novelas son para Marías un «descanso y una pausa de la realidad», tanto para el escritor como para el lector.

La reedición conmemorativa de esta novela, que fue premiada internacionalmente, incluye un volumen titulado «No he querido saber», frase con la que se inicia esta obra de Marías, en el que se reúnen imágenes del manuscrito, reseñas de la recepción del libro y varios artículos tanto de críticos como del propio autor.