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No sólo el zoo de León: en todo el país, animales cautivos mueren por negligencia, dicen activistas

20/12/2016 - 6:30 pm

Paulina Bermúdez Landa, presidenta de Proyecto Gran Simio, dijo que la mortandad de animales en el Zoológico de León, Guanajuato, refleja la crisis generalizada que existe en los zoológicos del país ya que, aseguró, no hay suficientes recursos para destinar a la verdadera conservación y ni las autoridades ni la sociedad muestran interés. En tanto, Víctor Hirales, presidente y fundador de la organización Derecho Sin Fronteras, destacó que los zoológicos no tienen el propósito de conservación, ya que para llevarla a cabo adecuadamente es necesario implementarla en el hábitat de los animales.

Ciudad de México, 20 de diciembre (SinEmbargo).– El cautiverio no beneficia a las especies silvestres y en México no existen programas de conservación que les permitan salir de estos espacios, acusaron activistas de organizaciones nacionales, luego de que el diario Zona Franca diera a conocer que durante este año 152 animales murieron en el Zoológico de León, Guanajuato, por diversas causas, entre ellas enfermedades respiratorias y depresión.

Paulina Bermúdez Landa, presidenta de Proyecto Gran Simio, dijo en entrevista con SinEmbargo que la situación refleja –una vez más– la crisis generalizada que existe en los zoológicos del país ya que, aseguró, no hay suficientes recursos para destinar a la verdadera conservación y ni las autoridades ni la sociedad muestran interés.

Por su parte, Víctor Hirales, presidente y fundador de la organización Derecho Sin Fronteras, enfatizó en que los zoológicos no tienen el propósito de conservación, ya que para lograr llevarla a cabo adecuadamente es necesario implementarla en el hábitat de los animales.

La reportera Myrna Gómez documentó que de acuerdo con las actas de defunción emitidas por veterinarios del Zoo León, las causas más comunes de fallecimiento fueron neumonía, agresiones por otras especies y otras menos frecuentes como anorexia, depresión y ahogamiento por ingerir objetos extraños.

De los 152 animales muertos, 40 ocurrieron por neumonía, hipotermia y pulmonía; 41 fueron agredidos por otras especies dentro de su hábitat, 13 por gastroenteritis, 13 por no resistir el cambio de hábitat, 7 por depresión y anorexia, 5 por ingerir objetos como bolsas, piedras, entre otros objetos; 5 por causas naturales o por vejez, y 20 por consumo de animales del mismo zoológico.

En este sentido, Hirales subrayó que el cautiverio origina trastornos en la conducta en los animales, además de físicos y psicológicos. Asimismo explicó que al aislar a los individuos no sólo se les ocasiona ansiedad y estrés, también provoca una supresión en el sistema inmunológico, con lo que se vuelven vulnerables a diversos padecimientos como son enfermedades respiratorias, infecciones, etcétera.

En julio pasado, World Animal Protection subrayó en entrevista para este medio que el cautiverio nunca permitirá que los animales puedan gozar enteramente de bienestar, ya que siempre existirán limitaciones tanto de comportamiento como psicológicas y enfatizó en que los modelos tradicionales de los zoológicos en México y el mundo no pueden prevalecer.

Prueba de ello fue la muerte de dos ejemplares de tigres de bengala, que de acuerdo con las actas expedidas por médicos veterinarios del zoológico, expedidas en septiembre y obtenidas por el diario guanajuatense, ambos murieron por depresión y anorexia, diagnosticada momentos antes de morir. Asimismo documentó el caso de un puma americano, de 8 años de edad, fallecido por bronconeumonía crónica depresión y anorexia, mismos que fueron tratados desde abril del año pasado, sin que se obtuviera resultado del tratamiento.

Uno de los problemas de los zoológicos, además de la corrupción y la falta de transparencia, según Bermudez e Hirales, es la compra de especies. Los datos obtenidos por el medio citado revelan que durante el año nacieron 88 animales dentro del zoológico, 156 fueron adquiridos mediante compra, 10 por resguardo, 11 se vendieron y 152 murieron. Por ello, el defensor enumeró cuatro recomendaciones para intentar mitigar el problema:

1.- Prohibir la adquisición de más animales por parte de los zoológicos.
2.- Llevar a cabo la reconversión de estos sitios por centros de rehabilitación y atención médica de especies.
3.- No verlos como negocios ni como centros de entretenimiento o de exhibición.
4.- Transformación en la educación de las personas: La conservación se debe hacer dentro de los ecosistemas de las especies y no en jaulas.

En su oportunidad, Bermúdez hizo un llamado a las autoridades a trabajar en conjunto con distintas dependencias, ya que, indicó, cuando la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) realiza decomisos de animales en ocasiones los lleva a este tipo de centros, «se desentiende y se va».

La representante de Proyecto Gran Simio en el país ha denunciado reiteradamente las malas condiciones en las que viven los animales en el “Zoológico de Chapultepec Alfonso L. Herrera”, en la CdMx, y propuso una y otra vez el traslado de los orangutanes Toto y Jambi a un santuario para grandes simios en Brasil, no obstante, Jambi falleció el año pasado a los 24 años de edad a causa de pancreatitis. Además, el gorila Bantú murió de un infarto mientras se encontraba sedado en su traslado a Guadalajara con fines reproductivos.

Datos del Gobierno de la Ciudad de México otorgados a este diario digital hace algunos meses, indicaron que desde el año 2000 hasta junio de 2016, 9 mil 436 especies murieron en el zoo de Chapultepec que comenzó su construcción en 1923, inspirado en un modelo romano.

«Los zoológicos están en mal estado y no ofrecen bienestar a los animales. Las autoridades deben ver lo que está sucediendo y los zoos [de la República Mexicana] deben aprender de lo que pasa en los de la Ciudad de México. Los funcionarios públicos en la capital no tienen apertura y hay corrupción, situación que hace que el zoo pierda credibilidad como institución y los animales no pueden salir de ese bache. Aprendan de esos errores y no los cometan», dijo.

La activista recomendó evaluar la situación de la colección de animales con que cuentan. Por ejemplo, no permitir el aislamiento. Asimismo, señaló que si organizaciones de León lo piden pueden apoyar para denunciar al Zoo León.

en Sinembargo al Aire

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