Los rastros en México violan las leyes de matanza y usan técnicas de dolor extremo: ONGs (VIDEO)
PorIvette Lira
03/12/2016 - 8:00 pm
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ADVERTENCIA: LAS IMÁGENES SIGUIENTES PUEDEN SER MUY OFENSIVAS Y VIOLENTAS PARA MUCHOS. SE RECOMIENDA QUE MENORES DE 18 AÑOS NO LAS VEAN.
La Ley federal en México considera como infracción administrativa el «incumplir la regulación en materia de sacrificio humanitario de los animales», bajo métodos que aprueba la Sagarpa para garantizar una muerte rápida y sin sufrimiento. Sin embargo, las organizaciones exigen que el maltrato y la tortura registrada en los rastros y granjas en México sea considerado como un delito que se castigue con cárcel, para así garantizar un trato digno para los animales.
Actualmente las sanciones por incumplir las normas de la Sagarpa van desde la clausura temporal o definitiva del establecimiento; la suspensión temporal; la revocación o cancelación del registro; certificación, aprobación, autorización, reconocimiento o permiso, y hasta una multa que puede ir de los 20 a los 100 mil días de salario mínimo. No más.
Ciudad de México, 3 de diciembre (SinEmbargo).– Al año, millones de animales se matan en el país para consumo humano sin atender las mínimas prácticas que eviten el sufrimiento de estos seres. Pese a que la Secretaría de Agricultura, Ganadera, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) contempla en dos normas los «métodos para dar muerte a los animales domésticos y silvestres», así como ciertas prohibiciones, la mayoría de los rastros mexicanos no las llevan a cabo.
Sin embargo, las sanciones por este tipo de tratos crueles en contra de los animales no van más allá de multas administrativas.
Cada año, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2012, se matan alrededor de 16 millones de cerdos, cerca de 9 millones de reses, 3 millones de borregos y 2 millones de cabras para el consumo humano.
Igualdad Animal y Mercy for Animals ingresaron a 21 rastros del país y evidenciaron que las técnicas de matanza utilizadas son crueles y producen dolor extremo.
Las organizaciones documentaron que aún conscientes los animales son apuñalados, golpeados, atados, escaldados (sumergidos en agua hirviendo) y sometidos con choques eléctricos. En el país están vigentes las normas 033 y 051, reguladas por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), dictan una serie de prácticas que, de llevarse a cabo correctamente, evitarían sufrimiento innecesario.
LAS NORMAS VIGENTES
La NOM-033-SAG/ZOO-2014, «Métodos para dar muerte a los animales domésticos y silvestres», plantea cuáles son las maneras para provocar a los animales una muerte rápida y con el mínimo estrés.
El documento prohibe, de inicio, que los animales sean asesinados “por envenenamiento, drogas curariformes, paralizantes musculares, asfixia, inmersión en agua, por golpes o por cualquier otro procedimiento que les cause sufrimiento, dolor, ansiedad o que prolongue su agonía”. Sin embargo, de acuerdo con las organizaciones, lo que prevalece en los rastros mexicanos visitados es “la tortura”.
La NOM 033 detalla que el personal debe mantener a los animales tranquilos, evitar los gritos o ruidos que los alteren, y que estos no deben ser movilizados con golpes, jalones, piquetes o torceduras de cola. Recomienda utilizar paneles o sonajas. Pero en los grabaciones exhibidas por las organizaciones, se observa que en los rastros se utilizan movilizadores eléctricos –que son autorizados sólo en algunos casos– y golpes.
Y pese a que también prohibe que los animales pasen unos por encima de otros, esto también se registra en muchos de los mataderos mexicanos.
Por otra parte, dicta también “los únicos métodos de eutanasia o matanza” que pueden ser utilizados en todo el país en establecimientos públicos o privados donde se le dé muerte a uno o varios animales con fines de abasto, investigación, enseñanza y con otros fines.
Señala, que estas prácticas deben ser llevadas a cabo por personal capacitado y en presencia de un médico veterinario.
El documento precisa que antes de ser asesinado, un animal debe recibir una descarga eléctrica en la cabeza para que resulte aturdido. La persona que realice el proceso debe comprobar que este proceso haya sido efectivo, de lo contrario, deberá hacer un segundo intento, antes de pasar a la matanza.
Si embargo, las activistas acusan que esto no se cumple, ya que los cerdos, reses y borregos se encuentran plenamente conscientes mientras se desangran, son golpeados o degollados.
La NOM-033 describe los signos que indican que se ha realizado un aturdimiento adecuado o profundo en comparación con un aturdimiento inadecuado. Señala, por ejemplo, que si el animal logra mantenerse en pie, parpadea espontáneamente, mueve los globos oculares, respira regularmente, presenta un reflejo de enderezamiento cuando es colgado en la riel, emite sonidos, intenta levantarse o muestra reacción al corte de yugulares y carótidas, no se encuentra aturdido efectivamente.
En los videos realizados por las organizaciones se muestra que los animales intentan asesinados en los 21 rastros intentan ponerse de pie, reaccionan cuando son degollados, emiten sonidos.
Según las recomendaciones de la Sagarpa, un animal tendría que colapsar inmediatamente al utilizar alguno de los métodos de aturdimiento: no debe presentar reflejo corneal ni rotación del globo ocular, su respiración debe ser arrítmica o irregular, entre otras características.
Blanka Alfaro, vicepresidenta de Mercy for Animals, criticó que a pesar de lo que dicta la norma, «parece increíble pero en todos los mataderos que entramos, los animales eran asesinados a golpes y dejados morir lentamente».
MOVILIZACIÓN SIN DOLOR
Mientras tanto, la NOM-051-ZOO-1995 establece fomentar programas y elaborar normas oficiales de sanidad animal, además de supervisar y fomentar el trato humanitario a los animales durante su aprovechamiento, movilización y sacrificio.
La norma precisa que los animales –sea cual sea su función y su destino– deben ser movilizados bajo las mejores condiciones posibles para permitir su bienestar. Pues con ello también se aminoran los factores de estrés que los hacen susceptibles a contraer enfermedades infecciosas.
En el caso de las reses (ganado bovino), la movilización no debe exceder 18 horas sin descanso y sin beber agua, si los trayectos exceden 24 horas, además se les debe alimentar.
Las vacas en producción o recién paridas deben ser ordeñadas cada 12 horas; las gestantes dentro de los dos primeros tercios del ciclo y becerros hasta de 6 meses de edad, no deben ser trasladados por más de 8 horas sin descanso y sin ofrecerles agua y alimento. Los sementales deben ir separados del resto de los animales por medio de divisiones en el interior del vehículo.
Asimismo, señala que en los vehículos o contenedores, el espacio mínimo entre el piso y la cubierta deberá ser de aproximadamente un tercio más alto de la altura promedio a la cruz de los animales, por ejemplo, si la altura promedio es de 1.50 metros, el espacio deberá ser de dos metros.
La norma señala que la mayoría de los cerdos toleran «bastante bien» las temperaturas frías, mientras el calor resulta un inconveniente, y si es extremo, se recomienda darles un baño de aspersión durante viajes largos. Establece que el periodo de movilización no debe exceder de 20 horas y un viaje sin descanso no debe exceder de 8 horas.
De igual manera, la norma recomienda que los pisos de los vehículos cuenten con una serie de soleras o tiras de metal con bordes redondeados de 2 a 3 centímetros de alto bien fijas y que corran a lo ancho y largo del camión, con la finalidad de facilitar el apoyo de las patas, evitar así que resbalen y «para favorecer que se levanten y se disminuyan así las pérdidas por fracturas y golpes».
Pese a ello, según denunciaron las organizaciones, los animales en México son trasladados en condiciones que no aseguran su bienestar.
«De nuevo las normas no son tomadas en cuenta», denunció Blanka Alfaro.
La activista también puntualizó que dicha norma requiere mejoras que se enfoquen en el bienestar animal y que se tome en cuenta «que son seres vivos que sienten al igual que los perros y gatos que viven con nosotros, que son afectados por el clima extremo, que requieren descansos, espacio para no estar unos encima de otros o hacinados lastimándose».
Igualdad Animal ha investigado con cámara 360 el transporte de animales en México, y en conclusión de ello lo define como «sencillamente brutal e legal», ya que «es un ejemplo de las prácticas comunes en la cruel industria cárnica».
ADEMÁS
Las organizaciones destacan que además de que los procedimientos utilizados en los rastros visitados en los estados de Jalisco, Nuevo León, Aguascalientes, San Luis Potosí, Colima, Zacatecas y Nayarit, entre el 3 de marzo y el 30 de agosto de 2016, implican una crueldad innegable contra los animales que son sacrificados allí, también se violentan las normas obligatorias que dictan que los animales deben estar totalmente inconscientes al momento de ser sacrificados.
Ambas normas indican que las sanciones serán ejecutadas conforme a lo establecido en la Ley Federal de Sanidad Animal, su Reglamento y la Ley Federal sobre Metrología y Normalización.
Sin embargo, dicha Ley apunta como infracción administrativa el «incumplir la regulación en materia de sacrificio humanitario de los animales», bajo métodos que garanticen una muerte rápida y sin sufrimiento.
Las sanciones van desde la clausura temporal o definitiva, la suspensión temporal, la revocación o cancelación del registro, certificación, aprobación, autorización, reconocimiento o permiso; hasta una multa que puede ir de los 20 a los 100 mil días de salario mínimo. No más.
Ante este panorama, las organizaciones exigen al Gobierno Federal que fortalezca sus leyes y la supervisión en los rastros para asegurar que los animales sean insensibilizados antes de ser asesinados.
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TRATOS CRUELES DEBEN SER DELITOS, EXIGEN
Dulce Ramírez Islas, directora de Igualdad Animal México, exige que las prácticas cometidas dejen de ser consideradas infracciones administrativas y sean tipificadas como delitos que entre sus sanciones incluyan el encarcelamiento, para así evitar que los animales de granja sean sacrificados bajo métodos crueles y dolorosos.
La activista destaca que el objetivo principal de difundir el terror que se vive en los rastros es lograr que estos seres tengan protección legal como la tienen los animales de compañía.
«Existen normas y lo mínimo que estamos pidiendo es que se cumplan y al mismo tiempo, desde la organización estamos trabajando y generando proyectos educativos que permitan a las personas conocer esta información para hacer cambios en sus hábitos de consumo y opten por una alimentación compasiva», dijo a SinEmbargo.
Agregó que los animales destinados al consumo humano son sometidos a las peores torturas porque estas normas se violan. «No estamos pidiendo algo inviable, estamos pidiendo que se cumplan normas de carácter obligatorio y que se fortalezca la Ley Federal de Sanidad Animal para que proteja a los animales de granja de actos de crueldad, de tortura y de los peores sufrimientos», señaló.
En el mismo sentido, Alfaro criticó que las penas por violar la Ley «son, en el mejor de los casos, una mera burla». Por ello, urgió a que existan castigos severos para quienes violen las normas mencionadas, ya que, por ejemplo, incluir una pena de prisión «incentivaría a los mataderos y a sus trabajadores a asegurar que los animales queden inconscientes adecuadamente antes de ser apuñalados, cortados e incluso escaldados vivos».
LANZAN PETICIONES EN LÍNEA
Tanto Igualdad Animal como Mercy for Animals lanzaron peticiones a través de internet, con la finalidad de que las personas se sumen a la exigencia de terminar con el sufrimiento de los animales destinado al consumo humano.
Con «Detengan la Tortura Animal en Rastros Mexicanos», de Igualdad Animal, los firmantes pueden exigir al Gobierno Federal implementar una legislación que convierta en crimen el asesinato de animales que se encuentran conscientes, ya que las prácticas anteriormente mencionadas no tienen cabida «en una sociedad civilizada y no refleja los valores de la mayoría de los mexicanos que se preocupan por proteger a los animales».
«Mientras los animales sigan siendo asesinados para convertirse en comida, lo menos que podemos hacer es asegurarnos de que estén inconscientes antes de que los abran a puñaladas o los sumerjan en tanques de agua hirviendo […] Es momento de fortalecer las leyes en México para ayudar a prevenir este tipo de crueldad en contra de los animales. Esta es una medida de sentido común, urgente y necesaria, que aliviaría en gran parte el sufrimiento de millones de animales al año», se lee.
Por su parte, Mercy for Animals pide firmar aquí para solicitar a las autoridades que fortalezcan las leyes, protejan a los animales y aseguren que sean insensibilizados antes de que se les corte la garganta.
«Por favor firma la petición para instar al Gobierno federal a que sea un crimen matar a los animales mientras estén aún conscientes y puedan sentir dolor. [Hacerlo] sería un paso en la dirección correcta, pero en última instancia, la mejor manera de que los individuos compasivos protejan a los animales de granja de la crueldad y el sufrimiento innecesario es simplemente dejarlos fuera de nuestros platos», exhortó a la sociedad en general.