Activistas hicieron un llamado al Gobierno a implementar medidas que contribuyan a la reducción del consumo de bebidas azucaradas, por lo que en los próximos días entregarán una caja con la «melcocha tóxica», la substancia que contienen los refrescos y que, aseguran, genera obesidad, sobrepeso, diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares y daños en los riñones, entre otros problemas de salud que han cobrado la vida de miles de mexicanos.
Ciudad de México, 12 de octubre (SinEmbargo).- La «melcocha tóxica», constituida por azúcares añadidos provenientes del azúcar de caña y del jarabe de maíz de alta fructuosa y aditivos, responsable de la epidemia de obesidad y diabetes que se vive en México, se exhibió esta mañana como parte del proyecto «Fórmula Secreta » (Fó Se), impulsado por la Alianza por la Salud Alimentaria, en conjunto con el artista multidisciplinario Iván Puig.
Fiorella Espinosa, investigadora en salud alimentaria en la organización El Poder del Consumidor, alertó que «el refresco es el responsable directamente de la muerte de miles de personas en México», además subrayó que el país es el que más defunciones presenta, asociadas al consumo de estas bebidas.
La «melcocha tóxica» se obtiene mediante la destilación de los refrescos. De acuerdo con Puig, el proyecto busca generar conciencia entre la población mexicana sobre la escasez de medidas por parte de las autoridades responsables para regular el etiquetado de los productos ricos en azúcares, además de la publicidad y la alta disponibilidad en espacios públicos y sobre el uso de saborizantes y colorantes dañinos para la salud.
«Nos interesa mucho señalar la falta de regulación y la falta de responsabilidad que se ha tenido desde el Gobierno, lo cual refleja el descuido de la salud y el bienestar de la sociedad mexicana», acusó Puig.
Luis Manuel Encarnación, vocero de la red de organizaciones Contrapeso puntualizó que las dos principales exigencias hacia los legisladores están dirigidas al aumento del impuesto a las bebidas azucaradas y a que los recursos obtenidos se destinen a la implementación de bebederos y a promover el consumo de agua potable natural.
«Está en manos de los legisladores fortalecer las medidas para lograr una mayor reducción en el consumo de bebidas azucaradas. Ya se logró una reducción modesta con el impuesto especial, ahora, tal y como lo recomendó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su reporte ‘Fiscal Policies for Diet and Prevention of Noncommunicable Diseases’, es necesario subir el impuesto de 10 a 20 por ciento, con el fin de lograr un mayor impacto [positivo] en la salud de la población más vulnerable, con programas de prevención y acceso al agua para beber en escuelas», subrayó.
A inicios de este año, una investigación publicada en el British Medical Journal reveló que las compras de refrescos y bebidas azucaradas en México disminuyeron seis por ciento a lo largo de 2014 hasta llegar a un 12 por ciento en diciembre de 2016, gracias al impuesto de un peso por litro en estos productos, aprobado por el Congreso en 2013.
Puig expuso que el proyecto «Fó Se» se desarrolla desde la perspectiva del cuerpo, la energía y el neoliberalismo. Señaló que el 90 por ciento del refresco es agua, pero dijo que el compuesto tóxico –a la vista sólido y de color negro– es sumamente dañino y difícil de procesar para los riñones, además, cuestionó que las grandes empresas se apoderen del agua.
«Las principales fuentes de agua de calidad en el país ya no son públicas, están concesionadas a las empresas embotelladoras. ¿Qué pasó con el derecho fundamental de tener acceso al agua potable de buena calidad en la llave de nuestra casa?», reclamó.
REFRESCOS, UNA AMENAZA PARA LA VIDA
Mientras tanto, Fiorella Espinosa apuntó que el color de la «melcocha tóxica» recuerda que el refresco contiene aditivos asociados con daños a la salud, ya que compuestos como el Caramelo clase III y clase IV, presentes principalmente en los refrescos de cola contienen la sustancia 4 metilimidazole, la cual –de acuerdo con un reporte del Centro para la Ciencia en el Interés Público– es altamente consumida en el país y representa un riesgo importante de cáncer de pulmón, de hígado, de tiroides y de leucemia para los consumidores de dichas bebidas.
Un refresco, en promedio, cuenta con alrededor de 60 gramos de azúcares añadidos en las presentaciones de 600 mililitros, lo que equivale a 12 cucharadas cafeteras de azúcar, aunado a ello, los consumidores no son capaces de identificar los aditivos que contiene, pues la información del envase los maneja como «concentrados».
Las bebidas azucaradas aportan alrededor del 70 por ciento de los azúcares añadidos que consumen los mexicanos diariamente, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, situación que ha ocasionado que entre el 58 y 85 por ciento de la población rebase la cantidad máxima de dicho compuesto que puede consumir una persona de acuerdo con lo recomendado por la OMS.
Por ello, Iván Puig, Luis Encarnación y Fiorella Espinosa hicieron un llamado al Gobierno para generar medidas que ayuden a reducir el consumo de dichas bebidas, además en los próximos días entregarán una caja con la «melcocha tóxica», que de acuerdo con los activistas, genera obesidad, sobrepeso, diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares, daños en los riñones y caries.