El joven de 27 años trabajaba como albañil en la aldea Parajbey del municipio de Santa Apolonia, una comunidad en lo alto de una montaña ubicada en el occidente del país y a 53 kilómetros de la Ciudad de Guatemala.
SANTA APOLONIA, Guatemala, 31 de diciembre (AP).— Familiares, amigos y vecinos de una aldea en el departamento guatemalteco de Chimaltenango le dieron el viernes el último adiós a Aurelio Cuy Tamat, quien falleció al volcar un camión de carga en el sur de México mientras intentaba llegar a Estados Unidos.
Cuy Tamat fue uno de los 56 migrantes que murieron el 9 de diciembre en el accidente ocurrido en el estado de Chiapas. Su cuerpo fue repatriado la víspera junto al de otros 14 migrantes guatemaltecos.
El joven de 27 años trabajaba como albañil en la aldea Parajbey del municipio de Santa Apolonia, una comunidad en lo alto de una montaña ubicada en el occidente del país y a 53 kilómetros de la Ciudad de Guatemala.
Decidió ir a Estados Unidos para pagar deudas y construir una casa para su esposa Ana Vilma Telón y su hija de cuatro años. Sin embargo, el sueño se truncó cuando el camión con más de 150 migrantes a bordo se accidentó en una carretera de Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas. En el lugar murieron 46 personas y otras diez fallecieron en hospitales. Más de 100 migrantes resultaron heridos.
Su esposa relató a The Associated Press que Cuy Tamat se despidió en la madrugada del 8 de diciembre. Esa misma noche platicaron y él le contó que se encontraba en la frontera entre Guatemala y México. Al día siguiente no recibió una llamada de su esposo.
Tras enterarse del accidente y no tener comunicación con su marido, Telón viajó a Chiapas el 16 de diciembre en compañía de su hermano. Al día siguiente encontraron el cuerpo en una morgue, al que reconoció de inmediato porque llevaba el anillo de matrimonio. «Mi esposo, mi Aurelio, tenía el anillo de nuestra boda, llevaba mi nombre grabado en él, así lo reconocimos», relató.
En el accidente murieron 37 guatemaltecos pero sólo 19 cuerpos han sido repatriados.
Guatemala es uno de los países del que más ciudadanos emigran debido a la pobreza, cientos cada día, según estimaciones. Los cerca de tres millones que viven en Estados Unidos sostienen la economía del país centroamericano: en 2020, pese a la pandemia, enviaron 11 mil millones de dólares en remesas, un poco más de 14 por ciento del Producto Interno Bruto guatemalteco, según el Banco Central.
Los restos de Cuy Tamat llegaron a su aldea la noche del jueves y fueron velados en la que fuera su casa.
Su féretro fue colocado en la sala junto a arreglos florales y una fotografía del joven tomada meses antes de viajar a Estados Unidos.
Su esposa contó que le pagaron unos 17 mil dólares a un grupo de coyotes. «No pagamos todo. Yo hacía los pagos conforme mi esposo iba avanzando en su viaje».
Al velorio llegaron varias personas para despedirse de Cuy Tamat, entre ellos Esequiel Chonay, un miembro de la iglesia a la que asistía la familia. Chonay describió al joven como un hombre trabajador que quería lo mejor para su esposa e hija. «La pobreza en la que vivimos es la que hace que nuestros jóvenes migren a Estados Unidos. Lamentablemente muchos mueren en el camino», se lamentó.
Al mediodía familiares, amigos y vecinos cargaron su féretro, que fue sepultado en el cementerio de la aldea Parajbey.
El viernes también fueron sepultados en diferentes partes del país los cuerpos de otros 14 guatemaltecos que murieron en el accidente.