En octubre del 2016, Diego hirió en múltiples ocasiones a Daniela Jiménez Covarrubias, de 15 años de edad. Le provocó la muerte y después intentó salir bien librado inventando un asalto; sin embargo, sus propias palabras lo condujeron a prisión. Ahora, a un año del crimen, el asesino ve cerca la salida.
El asesino tenía 16 la noche en que utilizó un cúter y la Ley del estado sólo le dio un par de años de castigo.
“La sentencia es ridícula. ¿Cómo vas a sentenciar a alguien dos años por feminicidio? Va a salir y es un peligro. Urge una revisión de leyes respecto a los adolescentes. No puede ser posible que se les juzgue diferente si comenten un delito del mismo impacto», recrimina Mirna Covarrubias, madre de Daniela.
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Ciudad de México, 31 de diciembre (SinEmbargo).- Una sentencia “ridícula» pondrá de nuevo en las calles a Diego, un joven sinaloense que utilizó un cúter para quitarle la vida a su compañera de clases Daniela Jiménez Covarrubias, de 15 años de edad, en octubre del 2016.
Diego y Daniela se conocieron en agosto del mismo 2016. Él era muy tímido y ella trató de integrarlo al grupo. Pronto se hicieron amigos y las actitudes del victimario cambiaron. Le tocaba el cabello en clases, acción que molestaba a la joven, por ejemplo. La noche del jueves 6 de octubre, el sujeto, de 16 años de edad en ese momento, cometió el crimen en el municipio de Montemorelos, Nuevo León, y trató de lavarse las manos con una historia ficticia.
“Dany» tenía que llegar a casa a más tardar a las 20:00 horas de ese jueves. Sin embargo, los minutos pasaron y no apareció. Los padres se comunicaron con las amigas, quienes no tenían información. Mientras tanto, Diego se trasladó herido al Hospital La Carlota, en el municipio regiomontano, y aseguró ante las autoridades que los habían asaltado, pero contradicciones en su relato lo obligaron a confesar.
El asesino condujo a la víctima hasta el cruce de las calles De la Gracia y Valle del Pilón, fraccionamiento Real del Valle. La golpeó, apuñaló y perforó su arteria carótida. Le provocó la muerte y después se causó lesiones para respaldar la historia del presunto robo al que habían estado expuestos.
“Él mismo nos llevó al lugar. Era oscuro, despoblado. Inmediatamente pensamos que algo malo había pasado… Hasta ese momento pensábamos que a ellos los habían asaltado y que a ella la habían secuestrado», relata Mirna Covarrubias, madre de Daniela, en entrevista con SinEmbargo.
Autoridades localizaron el cuerpo de Daniela y acordonaron la zona. Trasladaron a Monterrey, capital de Nuevo León, al criminal y lo vincularon a proceso tres días después, el 9 de octubre. El actuar de los funcionarios bien hasta ahí, dice la mamá, y luego vino la sentencia…
DANIELA
Daniela era una luchadora social. En casa aplaudían y bromeaban por siempre estar atenta a “las causas perdidas». Estudiaba el primer año de preparatoria y trabajaba en un centro para el apoyo psicológico a niños y familias. Aprendió el lenguaje de señas y lo enseñó a otras personas.
Quería ser psicóloga. Algún día tener su propio centro de apoyo. Competitiva en la escuela, alumna de 10. Se pronunciaba en contra del maltrato a los animales. Veía por el otro. Los deportes no se le daban, pero los temas sociales sí, de acuerdo con Mirna.
La música se hallaba entre sus fortalezas. Desde temprana edad tocaba el piano. Y así quedó grabado su gusto en una calaverita compuesta por sus familiares el primero de noviembre pasado:
“Ya está Dany tocando el piano
aunque no lo quiere hacer,
Y la Parca la está escuchando,
alegre y con placer.“La muerte se preguntó:
¿Qué es lo que a Dany le gusta hacer?
Y pronto lo descubrió:
¡Hablar el lenguaje de señas, es todo su querer!».
Tras su asesinato, la vida de Arnoldo Jiménez y Mirna Covarrubias, los papás, cambió. Lo comparten en cada fotografía y recuerdo en la página Quiero vivir sin violencia Dany Jiménez AC. El 25 de diciembre pasado, por ejemplo, una imagen de Daniela feliz junto a un árbol navideño caricaturesco y un mensaje:
“Tenemos un gran motivo para estar tristes: extrañando a Dany, pero tenemos mil motivos para seguir adelante… TU y nuestro deseo: que vivas sin violencia… Feliz Navidad».
SENTENCIA “RIDÍCULA»
De acuerdo con el artículo 57 de Ley del Sistema Especial de Justicia para Adolescentes del Estado de Nuevo León, no podrán pasar más de seis meses para que un menor reciba sentencia. Así ocurrió el 23 de febrero del 2017, cuando Diego supo que tendría que pasar sólo dos años tras las rejas.
“La sentencia es ridícula. ¿Cómo vas a sentenciar a alguien dos años por feminicidio? Va a salir y es un peligro. Urge una revisión de leyes respecto a los adolescentes. No puede ser posible que se les juzgue diferente si comenten un delito del mismo impacto», recrimina Mirna Covarrubias.
La mujer formó, junto a otras madres de víctimas, un grupo, en el cual se dan apoyo. “No todos los días son buenos. Hay días malos». El crimen la llevó, además, a realizar pláticas en escuelas para prevenir lo que ella en carne propia tuvo que sentir.
“Prevenir que no me pase a mí, prevenir que no te pase a ti. Si ya nos pasó a nosotros, que no le pase a alguien más. Damos testimonio de lo que nos pasó. Hablamos sobre tipos de violencia, sobre cómo identificar una situación de peligro. Alguien tiene que hablar de eso, está pasando», explica.
“No nos cansemos de luchar. No nos cansemos de hablar del tema. Lo único que puede parar la violencia es la prevención, hacer conciencia», profundiza y solicita no olvidar los casos.
En 2016, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó 82 defunciones por homicidios de mujeres en Nuevo León.
La agencia EFE reportó este diciembre que Acapulco (Guerrero), Ecatepec (Estado de México) y Ciudad Juárez (Chihuahua) son los municipios más peligrosos para las mujeres en México.
Sus datos revelaron que, a nivel nacional, serían más de dos mil mujeres las que fueron asesinadas sólo en 2017.