Los All Blacks revalidaron su título de campeones mundiales de rugby. El escenario no pudo ser mejor y el rival todo un clásico. Al final, Australia sucumbió ante el poderío neozelandés.
Por Jorge Peris
Twickenham (Reino Unido), 31 oct (EFE).- Los All Blacks neozelandeses derrotaron hoy en la final de la Copa del Mundo de rugby de Inglaterra 2015 a los Wallabies australianos por 34-17 y revalidaron su título de campeón, convirtiéndose en la primera selección en la historia en levantar tres Copas Webb Ellis.
Primero y segundo en el ránking de la World Rugby se enfrentaron en una de las catedrales de este deporte, el estadio de Twickenham, en una final inédita. Nunca antes se habían medido en esta instancia neozelandeses y australianos, que, sin embargo, se habían visto las caras en 154 ocasiones, la primera a principios del siglo pasado (1903).
All Blacks, campeones en 1987 y 2011, y Wallabies, vencedores en 1991 y 1999, pugnaban ante 82 mil personas por la supremacía del rugby mundial después de una Copa del Mundo impoluta para ambos: seis victorias y cero derrotas.
Los vigentes campeones comenzaron el duelo con una presión muy arriba, agobiando a los australianos, que vieron como a los siete minutos Dan Carter subía al marcador los tres primeros puntos para los suyos con un golpe de castigo (3-0, m.7).
Mejoraron los «aussies», aferrados a Michael Hooper, David Pocock y Scott Fardy, y al cuarto de hora igualaron el choque con un golpe de castigo de Bernard Foley.
Gozaban los de Hansen de la posesión y del dominio territorial, pero carecían de mordiente, y todos sus acercamientos se perdían una y otra vez en los «tackles» australianos.
Foley, sin embargo, seguía fino a los palos, y gracias a dos golpes de castigo más, al 27 y al 35, puso de nuevo a los suyos por delante.
A falta de un minuto para el descanso, el empuje «kiwi» tuvo su recompensa y Nehe Milner-Skudder logró el primer ensayo de la final tras una excelente circulación de balón.
La jugada, iniciada Aaron Smith y continuada por Dan Carter, Conrad Smith y Richie McCaw, la finalizó Milner-Skudder en la bandera. La conversión de Carter, impecable en los primeros 40 minutos, amplió la ventaja de los All Blacks a los 13 puntos (16-3, m.40).
Los pupilos de Steve Hansen superaron en la primera mitad a sus rivales en todos los aspectos del juego: 71 por ciento de posesión y 79 por ciento del tiempo jugado en terreno «aussie».
Mantuvieron el ritmo los de negro al inicio del segundo periodo, y a los dos minutos Ma’a Nonu dejó en el suelo a Kurtley Beale para avanzar hasta la zona de marca rival y apoyar el oval (21-3, m.42).
Se le complicaron las cosas a los «kiwis» después de que el árbitro, Nigel Owens, con la inestimable ayuda del «TMO» (juez de television), mandara al «sin bin» (expulsión durante diez minutos) a Ben Smith por un placaje peligroso.
Con un jugador más, los Wallabies se fueron a por el ensayo, y lo consiguieron en el 52, obra de David Pocock. Bernard Foley no falló la conversión y puso a los suyos a once puntos (21-10, m.53).
El centro Tevita Kuridrani metió en el partido a los australianos en el minuto 63 con un nuevo ensayo, dejando a sus vecinos con un parcial de 0-14 durante los diez minutos que estuvo Smith en el «sin bin».
Ahí apareció el veterano Carter, ausente hace cuatro años por lesión, con un «drop» a falta de 11 minutos que ampliaba la ventaja «kiwi» hasta los siete puntos (24-17, m.69). Los All Blacks conseguían la llamada «ventaja de seguridad» mientras Australia buscaba el ensayo que forzara la prórroga.
El apertura, que se despedía hoy de la selección, amplió la ventaja con un penalti a falta de poco más de cinco minutos que dejaba a los de negro acariciando su tercera Copa Webb Ellis.
Con Australia al ataque buscando el ensayo a la desesperada y tras un «avant» de Drew Mitchell, Beauden Barret aprovechó un contragolpe para sentenciar la final en el minuto 79 con un ensayo junto a la hache (34-17, m.80).
En la gran despedida de nombres que han hecho historia en el rugby neozelandés, como McCaw, Carter o Conrad, los All Blacks derrotaron a los Wallabies y lograron su tercer mundial -el primero fuera de la isla- y mantendrán su reinado al menos cuatro años más, hasta Japón 2019.