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“No quiero que le pase a nadie”. Leda revela cómo la estafaron y robaron más de 2 mil dólares en EU

31/08/2020 - 4:01 pm

El impacto de la extorsión casi le cuesta la vida a esta mujer, quien continúa recuperándose en su hogar tras salir del hospital. Asegura que antes de lo sucedido, no sufría de ningún mal y ahora debe tomarse siete pastillas en la mañana y cuatro en la noche.

Los Ángeles, 31 agosto (LaOpinión).- Era cerca de mediodía cuando la señora Leda Lara recibió una inesperada llamada a su celular, mientras visitaba a una amiga el 18 de agosto.

Cuenta que una vez al teléfono, lo que escuchó fue la voz de su hija, Victoria Ibarra, quien llorando y gritando le pedía ayuda mientras le decía que la habían secuestrado.

Poco antes de que Lara pudiera reaccionar u obtener más datos, la voz al otro lado de la línea cambió a la de un hombre, que le pidió que de inmediato saliera de la casa en la que estaba y se subiera a su auto.

Una vez dentro del vehículo, el hombre no identificado le dijo que su hija había arruinado un negocio de drogas, lo cual les hizo perder mucho dinero y que por eso la habían secuestrado.

Acto seguido, le exigió dinero como condición para dejarla en libertad. De otro modo, la matarían y venderían sus órganos en Tijuana, México, aseguró como amenaza el supuesto secuestrador.

Leda Lara Sufrió Sufrió Un Bloqueo Al Corazón Debido Al Impacto Que Causó El Fraude Telefónico Foto La Opinión

Hasta este momento, con la preocupación e inmovilizada por el pánico, Lara no se daba cuenta que todo se trataba de una estafa telefónica.

“La voz de la mujer era idéntica a la de mi hija. O no sé si por los nervios yo la escuchaba igual”, contó Lara, quien tiene 71 años de edad. “Ella me decía: ‘¡Ayúdame! ¡Cometí un error!’”

El hombre le indicó que la supuesta hija les había confesado a los maleantes que su madre tenía dinero guardado. En dicha comunicación, Lara agrega que escuchaba gritos que decían que si no les mandaba el dinero, inmediatamente comenzarían por cortarle un dedo a Victoria y luego la mano.

Lara, pensando que esta sería la única forma de salvarla, confirmó que tenía el dinero y accedió a darles los 2 mil dólares.

Los estafadores la enviaron a buscar una tienda Walmart para que mandara 1 mil 500 dólares a nombre de Ilse Darani Gonzales Santiago y que los 500 restantes los enviara a Enrique Mínguela Barro desde un centro de envío de dinero RIA.

Mientras hacía estas transacciones, los estafadores no permitieron que Lara colgara el teléfono, ya que querían estar seguros que ella siguiera las órdenes al pie de la letra.

Mediante esta estrategia, también prevenían que ella pudiera llamarle a su hija.

Después de tres horas de comunicación con los estafadores, Lara hizo ambos depósitos. Cuando ellos recibieron el dinero, le indicaron que dejarían a su hija en libertad en Long Beach y que al colgarles el teléfono podía llamarle para ver dónde estaba.

ESTAFADA Y HOSPITALIZADA

Nerviosa y angustiada, le llamó varias veces a su hija, quien completamente ajena a lo que sucedía disfrutaba de un día en el lago con su familia en Perris, en el condado de Riverside.

“Cuando [por fin nos comunicamos] mi mamá estaba llorando y preguntándome que dónde estaba”, cuenta Victoria Ibarra.

Luego, ambas llegaron a la conclusión de que se trataba de una estafa. Victoria fue directo a la casa de su madre, quien para ese entonces ya comenzaba a tener un dolor en el pecho y detrás del cuello del lado izquierdo.

La llevó al hospital, y una vez en emergencias, le dijeron que tenía un bloqueo en el corazón. La presión la tenía muy baja y estuvo a punto de sufrir un paro cardíaco.

“Estuve internada ocho días, me tuvieron que poner oxígeno y la presión no me subía”, platica Lara.

“Dijeron que tenía ‘broken heart’ que es cuando el corazón se ablanda debido a un estrés extremo”.

El impacto de la extorsión casi le cuesta la vida a esta mujer, quien continúa recuperándose en su hogar tras salir del hospital. Asegura que antes de lo sucedido, no sufría de ningún mal y ahora debe tomarse siete pastillas en la mañana y cuatro en la noche.

Dice que decidió contar su historia con la esperanza de que otras personas de la tercera edad no tengan que pasar por lo mismo, ya que no solo perdió su dinero, sino que estuvo a punto de perder la vida.

Antes de la extorsión Lara trabajaba cuidando niños y limpiando casas. Y cuando una de sus clientas se enteró de lo sucedido, abrió una cuenta de GoFundMe para recuperar el dinero perdido por la estafa y costear los gastos mientras se recupera. Para ayudar visita: página de GoFundMe

CUIDADO CON LAS EXTORSIONES

Uno de cada cinco adultos (20 por ciento) de la tercera edad han sido víctimas de fraude financiero, indica la oficina de la fiscal de Distrito, Jackie Lacey.

Los estafadores usan una variedad de tácticas con el fin de obtener los ahorros de sus víctimas y en muchas ocasiones es difícil reconocer que están siendo estafados.

El plan, como sucedió en el caso de Lara, está dirigido especialmente a personas mayores y es una artimaña muy vieja y eficaz, aseguran las autoridades.

Usualmente la persona que llama se hace pasar por un familiar en apuros o en ocasiones, dice ser un agente de policía. Piden miles de dólares por un rescate y su estrategia es poner la presión del tiempo, ya que se debe resolver de inmediato. En casi todos los casos, se instruye a la víctima para que no se lo cuente a nadie, como sucedió en el caso de Lara.

La oficina de la Fiscal Lacey recomienda que las personas mayores controlen sus llamadas telefónicas mediante un contestador automático o un sistema de identificación de llamadas.

Nunca transfieran dinero a desconocidos. En caso de que la llamada suene fuera de lo común, piden reportar el hecho a la policía local.

También se puede establecer una contraseña (o palabra) secreta con los miembros de la familia para verificar si realmente es quien llama.

No publiques información personal, ya sea de viajes o adquisiciones, en redes sociales y asegúrate de lo que posteas solo pueda verlo gente de tu confianza y no el público en general.

Si tú o alguien conocido fue víctima de fraude, llama a la policía local, o en el condado de Los Ángeles a la línea directa de Abuso de Ancianos al 1(877) 477-3646.

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