Malala Yousafzai, activista y bloguera pakistaní, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2014, ofreció este jueves una conferencia magistral en la universidad Tecnológico de Monterrey de Santa Fe, donde destacó que la educación es «un cambio» al concientizar y dar beneficios económicos.
Malala acusó que hay líderes que tratan a sus hijos diferente al resto de los niños, por lo que llamó a los políticos a «unirse» y hacer de la educación «una prioridad».
Ciudad de México, 31 de agosto (SinEmbargo).- Malala Yousafsai, paquistaní de 20 años defensora del derecho universal a la educación de las niñas, aseguró sobre la postura del Presidente Donald Trump contra México que «la discriminación no es correcta y el odio es inaceptable porque daña al corazón».
Durante su primera visita al país, destacó que la educación es «un cambio» al concientizar y dar beneficios económicos.
La Premio Nobel de la Paz 2014 afirmó que es posible cambiar «desde muchas trincheras» que millones de menores en el mundo no vayan a la escuela, y ella lo hace desde su Fondo.
«La voz de una niña es poderosa. A los 11 años creí que no podía hacer mucho, pero el cambio es posible. Trataron de silenciarme, pero no pudieron», expuso la paquistaní.
Malala acusó este jueves que hay líderes que tratan a sus hijos diferente al resto de los niños, por lo que llamó a los políticos a «unirse» y hacer de la educación «una prioridad».
«Hay gente que no invierte para mandar a todos los niños a la escuela, pese a su importancia. La educación le da valor a las mujeres para defenderse a sí mismas y les dice que tienen derechos iguales», declaró.
«Las mujeres son más poderosas que los hombres porque son capaces de hacer cualquier cosa independientemente de su apariencia física», agregó quien se ha considerado feminista.
Durante años, la activista ha buscado que los niños y niñas de todos los países accedan durante 12 años a la educación, la cual considera un derecho humano básico, en vez de ser obligados al trabajo infantil o trata.
Malala luchó contra el régimen talibán que prohibió desde 2007 que las niñas asistieran a la escuela en su comunidad.
«Los talibanes tenían miedo de la educación. El 15 de enero de 2009 me levanté y no pude ir a la escuela. Creí que ahí terminaban mis sueños, como ser médico. Pensé que ya no había futuro y me casaría a los 14 años, roles limitados marcados por la sociedad», aseguró Malala en el evento realizado en el Tecnológico de Monterrey.
Fue acompañada por su padre Ziauddin, quien ha sido gran influencia en su activismo.
En octubre de 2012 un grupo vinculado a los talibanes le disparó dentro de un camión escolar, lo cual generó una condena a nivel internacional.
Estudiará durante tres años Filosofía y Ciencias Político-Económicas en la reconocida Universidad de Oxford en Reino Unido.
Además, a través de su Fondo Malala ha buscado que los niños refugiados accedan a la educación.
«Quiero crear escuelas para educar niñas tanto como podamos. Estoy emocionada en que el Fondo trabaje también en México», dijo.
La joven de 20 años llamó a los miles de asistentes a creer en ellos mismos, no ponerse límites y seguir sus sueños. Consideró a México un país «colorido» con gente «cálida».