La información sobre los nuevos casos que van surgiendo en Europa y otras partes del mundo plantean la duda de si es necesario vacunarse contra la viruela y, en dado caso, quiénes deben recibir la vacuna. En España, algunos expertos opinan al respecto.
Madrid, 31 de mayo (Europa Press).- En torno a 1980 se dejó de vacunar a la población mundial porque la viruela estaba erradicada, de forma que los nacidos anteriormente sí cuentan con la vacuna. ¿Se debería volver a prescribir la vacuna para los nacidos a partir de 1980 en España? ¿En qué casos sí sería lo conveniente?
El Ministerio de Sanidad ya ha anunciado la compra centralizada de vacunas y de antivirales junto con la UE para afrontar la viruela del mono. Y es que una de las ventajas con las que cuenta esta vacuna es que, según explica a Europa Press la doctora Yvelise Barrios, miembro de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), también es eficaz en las personas que han sido contacto estrecho con un positivo.
«La clínica puede ser más leve en las personas que se vacunen tras la exposición a un positivo. (…) Ahora mismo el uso de vacuna puede estar reservado para quienes han tenido un contacto estrecho con un positivo y se pueden beneficiar porque atenuarían las manifestaciones clínicas de la enfermedad», agrega.
UN 85 POR CIENTO DE PROTECCIÓN
A su vez, la representante de la SEI añade en este sentido que la vacuna de la viruela ofrece una protección cruzada en torno al 85 por ciento frente al virus de la viruela del mono: «Son como primos hermanos y parece que sí que existe esta protección cruzada y que beneficiaría a las personas que se vacunaron de forma masiva antes de los años 80, y que llevó a la erradicación de la viruela».
Mientras, el pediatra y consultor honorario en materia de vacunas para el Ministerio de Sanidad, así como cofundador de la Asociación Española de Vacunología (AEV), el doctor José A. Navarro-Alonso señala a Europa Press que, en el momento actual, y a la vista de la epidemiología y de la clínica de «Monkeypox» (viruela del mono en inglés), en los españoles infectados no parece estar indicada la vacunación poblacional sistemática preexposición.
«La efectividad de la vacuna MVA-BN (vacuna antiviruela de tercera generación) en profilaxis preexposición para evitar la infección es del 85 por ciento. En profilaxis en los primeros cuatro días post exposición puede atenuar las manifestaciones clínicas de la enfermedad», subraya.
Desde la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Ángela Domínguez, coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Vacunación, mantiene que el virus de la viruela y el de la viruela del mono no son el mismo, si bien «son de la misma familia para entendernos», por lo que la vacuna es eficaz en estos casos. «Se ha observado que en las personas que están vacunadas de la viruela, y que se han expuesto al virus de la viruela de los monos, tienen una menor probabilidad de contraer la enfermedad», resalta.
VACUNAR A TODOS AHORA NO ES EL ESCENARIO
Por tanto, si se planteara un uso amplio de la vacuna de la viruela, «que no es el escenario de ahora», habría que valorar según cree cuáles son las personas vacunadas que necesitan una dosis adicional de recuerdo, no las dos dosis que se prescribían antes, pero todo en caso de que se extienda mucho la enfermedad.
En concreto, la vacuna de la viruela son dos dosis y sirve para toda la vida, según recuerda Domínguez. Entre una dosis y otra tienen que pasar 28 días, según concreta. «Los estudios certifican que la persona genera anticuerpos y queda protegido y si estaba vacunado anteriormente con una sola dosis sería suficiente, pero no se tienen datos porque este escenario no se ha estudiado. Sí se ha estudiado la utilización de la vacuna en personas que podían exponerse al virus y los resultados son buenos», coincide al señalar con los anteriores expertos.
La doctora Barrios argumenta aquí que el medio de transmisión de este virus no es respiratorio, sino que necesita de un contacto estrecho con lo que sea infeccioso, en este caso las lesiones de la piel principalmente. «Parece que la capacidad de contagiar está mediada mucho de esta manera y necesita un contacto más intenso. (…) Esta es la situación, a día de hoy, es una cosa totalmente diferente a lo que hemos visto con la COVID-19, no tiene nada que ver, y el SARS-CoV-2 es un virus respiratorio cuya transmisión es extremadamente fácil y tiene otras vías para protegerse», relata.
HAY QUE CENTRARSE EN CONCENTRAR LOS BROTES
Ángela Domínguez, de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), ahonda en que todavía «es un poco precipitado» tomar la decisión de vacunar a los españoles no vacunados por la actual evolución de los brotes. «Tenemos una afectación en diversos países y una serie de casos que, en su mayoría, tienen un contacto con una persona que puede haber sido la que les ha transmitido la enfermedad y hay que seguirlo, recoger información y ver la velocidad a la que se propaga la enfermedad. Infectarse requiere de un contacto entre la persona infectada y la que no lo está muy estrecho, una proximidad física muy importante, y hay que ver cuál es la evolución y valorarlo», justifica la especialista.
A su juicio, todavía no se ha planteado una vacunación universal porque «no es un problema universal»; siendo, en su opinión, y ahora mismo el objetivo, el centrarse en realizar un seguimiento de los casos y de sus contactos estrechos para frenar los brotes en marcha.
La doctora Yvelise Barrios, miembro de la SEI, se muestra optimista con la situación y esta enfermedad ya que, según argumenta, es «totalmente diferente» puesto que gran parte de la población está ya vacunada de forma masiva, en su periodo de vacunación infantil. «Parece ahora que lo más efectivo es contener los brotes haciendo un estudio epidemiológico, y por eso los grandes protagonistas de esta infección son los responsables de salud pública, que están intentando hacer la trazabilidad de los contactos y contener el brote», sentencia.