Esta semana terminan las campañas por la Presidencia Municipal de Ciudad Juárez, el próximo domingo será el día de la votación y al final del día sabremos quién será el siguiente Alcalde.
La competencia se está dando en dos niveles: el de la argumentación, del diagnóstico y el qué hacer para recuperar lo más pronto a la ciudad de los grandes rezagos en qué ha quedado después de la guerra; el otro nivel es el de la exposición de los candidatos a la opinión pública, mediante su propaganda y publicidad. Hay cuatro candidatos en la contienda, además de un quinto que ha estado sólo como testigo de la disputa electoral.
Vuelvo a advertir mi subjetividad al escribir sobre el proceso electoral de Juárez, soy tío de Juan Carlos Loera, el candidato de Morena. Aun así intento ser justo.
El diagnóstico que hace de Loera es el siguiente, el mayor de los problemas que enfrenta la ciudad es la falta de respeto al Estado derecho desde la Presidencia Municipal, con decisiones de muy poca eficacia citadina, en beneficio de los grandes empresarios (no más de 20 familias) cuyas ganancias millonarias dependen de ofertar mano de obra semiesclava a firmas multinacionales.
Él establece un compromiso específico de gobernar la ciudad en beneficio de sus 400 mil trabajadores, sus niños y jóvenes; y buscar como pueda un salario superior a los 200 pesos diarios.
Es un proyecto interesante de gobernanza con inclusión ciudadana desde las secciones electorales, con un sistema de selección similar de los ciudadanos representativos, y un Cabildo abierto al redistribuir a los funcionarios de primer nivel para que despachen desde sitios cercanos a las viviendas de los juarenses.
Además, sólo Loera transparentó sus finanzas con el sistema 3de3.
Las propuestas de los otros tres candidatos no pasan de ser las mismas incumplidas de los aspirantes anteriores, que ligan el desarrollo económico de la ciudad con el fortalecimiento del modelo maquilador que paga mal, y solo aceptaron la invitación a realizar su 3de3.
Sobre el otro nivel de la competencia, el de la propaganda en la TV y la radio mediante spots gestionados por el Instituto Estatal Electoral (IEE), podrá resultar increíble pero Juan Carlos no reprodujo un sólo anuncio para radio o televisión, mientras los otros candidatos transmitieron entre cinco y diez diarios durante un mes.
El argumento que dio la autoridad electoral fue que, como Morena es un partido de nueva creación en el estado de Chihuahua, sólo tenía derecho a spots para su candidato a Gobernador; aunque esto conforme a la votación anterior que, al no existir una, apenas le ganó uno que otro espacio.
La única alternativa que le deja el IEE a los partidos nuevos es la visita casa por casa, como vendedor de Avon, y algunas entrevistas de las radiodifusoras o canales de TV a la hora de la costura. La inequidad en este país es una enfermedad endémica.