[NdeR: El fact checking o verificación de hechos ha sido retomado masivamente en el mundo. Sobre todo en la prensa de Estados Unidos, donde tienen un Presidente que acostumbra hablar –diríamos los mexicano– sin los pelos de la burra en la mano. O con mentiras. SinEmbargo lanza hoy este ejercicio, llamado simplemente “Dichos y Hechos”, que revisará frases, afirmaciones o documentos de figuras públicas con un claro objetivo: saber si están sustentados. “Dichos y Hechos” estará a cargo de la Unidad de Datos.]
EL DICHO: “La candidata propuesta reúne los requisitos previstos en el artículo 69 de la ley en la materia, lo que puede corroborarse con la documentación que se acompaña […], el Ejecutivo Federal a mi cargo considera que la C. Paloma Merodio Gómez es la persona idónea para que funja como miembro de la Junta de Gobierno del Instituto, por lo que estoy cierto que de contar con la aprobación de esta soberanía, desempeñará tan alta encomienda con plena responsabilidad y en beneficio de nuestro país” (Enrique Peña Nieto, Presidente de la República, 23 de febrero de 2017).
EL HECHO: Controvertida, criticado su currículum en lo más recóndito, Paloma Merodio Gómez arribó ayer a su comparecencia ante el Senado de la República para defender su postulación para ser vicepresidenta en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Se cumplía un mes desde que una docena de instituciones y organizaciones de la sociedad civil empezaran una campaña en redes sociales, desplegados en periódicos de circulación nacional y medios digitales para señalar que ella, la brillante alumna del ITAM que llegó a Harvard, no cumplía con los requisitos de Ley para ocupar una silla en la Junta de Gobierno del Inegi. En apariencia, no está sola. La postula el Presidente de la República, y según sus detractores, el canciller Luis Videgaray Caso mantiene una amistad cercana con su esposo, Carlos Rodríguez Pueblita. Pero ayer, también en apariencia, sí estuvo sola. Se sentó ante 11 senadores en la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta y la escena, de repente, parecía un tanque de tiburones, aunque había un jaguar. Entre los legisladores, los más críticos fueron Armando Ríos Píter y Juan Carlos Romero Hicks. Merodio incurrió en gestos que denunciaron agobio, pero jamás se permitió trastabillar. Una y otra vez dijo lo que hizo en Harvard y en el Banco Mundial. Una sola vez, pero con la voz alta, señaló que no veía la razón para declarar la empresa de su esposo como posible conflicto de interés.
Después de cuatro horas, su defensa no parecía ser suficiente. Twitter, al tiempo, tenía su nombre como tendencia e indicaba que su trayectoria no era de gran calado. Los del PRI se congratulaban con la presencia de Merodio. Romero Hicks, del PAN, pidió omitir “debates falsos”. Alzó el tono cuando dijo que el problema no era su edad, su género o su circunstancia como ciudadana mexicana. El problema –palabras del Senador blanquiazul- era que Merodio no cumplía con la experiencia mínima en cargos de alto nivel (cinco años) establecida en el Artículo 69 de la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geografía (LSNIEG). De hecho, hoy ocupa un alto cargo. Funge como directora general de Evaluación y Monitoreo de los Programas Sociales de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), pero desde hace un año y cuatro meses, no cinco, como estipula la norma. Al mediodía, el proceso quedó en pausa. Merodio debe esperar.
#DichosyHechos dice que Paloma Merodio, en efecto, tiene una trayectoria profesional digna de reconocerse, pero no es tan larga, por lo que la idoneidad no es contundente. Además, la historia de su postulación tiene demasiados claroscuros, como puede verse a través de:
Las mentiras del Presidente: Es innegable que Paloma Merodio Gómez cuenta con un currículum académico nutrido, más si se consideran sus 31 años. Además de sus grados académicos, tiene buena experiencia profesional, entre los que destacan haber sido analista senior en GEA, un grupo de economistas (2007-2010), y actual titular de la Dirección General de Evaluación y Monitoreo de los Programas Sociales de la Sedesol. Sin embargo, la información turnada por la Presidencia de la República a la Jucopo está inflada: lo que pone como cargos, en muchos casos, fueron pasantías. Y miente, ya que ostenta a Merodio como “investigadora y docente en el ITAM”, además de mencionar que “ha impartido el curso ‘Macroeconomía Avanzada’ en la Universidad de Harvard”. La realidad es que Merodio fue asistente de profesor en varias ocasiones, no una académica invitada o una docente titular de una materia. En ese sentido, la mentira se basa en la ambigüedad de la información, y esas “imprecisiones”, para los senadores, dirimen la legitimidad de la candidata.
La Ley: De acuerdo con el Artículo 69 de la LSNIEG, para formar parte de la Junta de Gobierno del Inegi es necesario ser ciudadano mexicano por nacimiento y contar con pleno goce de los derechos civiles y políticos; no contar con más de 70 años de edad; estar libre de antecedentes penales o inhabilitación para trabajar en instituciones de gobierno; ser un profesionista distinguido en las materias de estadística, geografía y economía; y, finalmente, haber ocupado un cargo de alto nivel durante al menos cinco años. Paloma Merodio Gómez cumple con casi todos los requisitos, pero no cuenta con cinco años de experiencia. Eso es suficiente para ser descartada como aspirante; empero, compareció.
La opacidad: Paloma Merodio no declara nada en 2015 y 2016, como se observa en Declaranet, el portal de la Secretaría de la Función Pública donde los funcionarios están obligados a presentar su fortuna. Dice que no está de acuerdo en hacer públicos sus datos patrimoniales como tampoco sus posibles conflictos de interés. Hay que decir que en mayo de 2014, cuando era coordinadora de Investigación Estratégica del Instituto Mexicano del Seguro Social, declaró un ingreso anual neto de 274 mil 480 pesos; un dibujo de Diego Rivera con valor de mil pesos que le fue donado; dos inversiones bancarias y un fondo de inversión por un monto conjunto de 192 mil 846 pesos; además de un préstamo personal. Pero ahora, cuando es postulante a un cargo en el Inegi -la tendencia en el mundo es que este tipo de organismos trabaje con datos abiertos-, Merodio, quien lleva más de un año en la Sedesol, resumió su declaración patrimonial a sus grados de estudio y experiencia laboral.
El posible conflicto de interés: Durante la comparecencia de Merodio, los legisladores cuestionaron que en sus declaraciones patrimoniales la aspirante a vicepresidente del Inegi no incluyera sus intereses cuando su esposo, Carlos Rodríguez Pueblita, es dueño de PonderaLab, una empresa que trabaja con base de datos. Ella respondió: “la información del Inegi es pública”. ¡Touché!, no hubo más que añadir. Empero, su esposo es un hombre cercano a Luis Videgaray Caso, Secretario de Relaciones Exteriores. En 19 de febrero de 2014, Rodríguez Pueblita fue designado como enlace de alto nivel del Gobierno de Michoacán ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) -cuando Videgaray era titular de la dependencia federal-. Meses después, Pueblita fue designado como secretario de Finanzas del estado, puesto al que renunciaría el 12 de enero de 2015 para integrarse a la SHCP en calidad de asesor.
La polémica: La postulación de Paloma Merodio Gómez por parte del jefe del Ejecutivo ha generado polémica y dudas. Sucede que la sociedad civil, académicos y especialistas coinciden en que hay plan con maña: Enrique Peña Nieto quiere maquillar las cifras de pobreza. ¿Por qué? Para conseguir con cifras lo que el Gobierno federal no ha logrado. Julio Boltvinik, del Colegio de México, expuso en el foro internacional “¿Por qué persiste la pobreza y la desigualdad en México?” que en esta materia lo que está en juego es la Presidencia de la República en 2018.
El Inegi: La sombra que no deja de perseguir a Merodeo se alimenta de las inconsistencias ligadas a su candidatura, desde el incumplimiento del Artículo 69 hasta las mentiras proferidas por la Presidencia de la República. Además, se inscribe en un momento delicado para el Inegi, que recientemente fue el ojo de un huracán de noticias, pues modificó las variables de medición de pobreza, lo que lo enfrentó con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). El 15 de julio de 2016, en el marco de la publicación del Módulo de Condiciones Socioeconómicas 2015, una encuesta creada en 2008 para medir la pobreza en México, el Inegi informó que había cambiado las reglas del juego en aras de una mejoría. Las “mejoras” del Instituto fueron vistas por el Coneval como injustificadas, opacas y poco fidedignas. ¿Por qué? Porque con las “mejoras”, de súbito, de un año a otro, la estadística indicaba que los hogares más pobres incrementaron sus ingresos en 33.6 por ciento; además que el ejercicio estadístico arrojó una cifra increíble: 11 millones de personas salieron de la pobreza entre 2014 y 2015 -lo que no sucedió en realidad, según el Coneval-. De acuerdo con Boltvinik, este tipo de engaño es “abierto e intencional” para “controlar las respuestas de la gente en las encuestas de ingresos”.
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¿Verdad o mentira? MENTIRA. Aunque Paloma Merodio Gómez posee una destacada trayectoria académica y profesional, su currículum no es el mismo que presentó el Presidente Enrique Peña Nieto cuando la postuló ante el Senado.