Diversas instituciones a favor de la infancia especulan que los más de 6 mil menores de edad desaparecidos (60 por ciento mujeres) en los últimos años podrían estar en manos de proxenetas, obligados a trabajar para el crimen organizado, muertos o adoptados de manera ilegal.
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Por Gardenia Mendoza
Ciudad de México, 30 de enero (La Opinión/SinEmbargo).- Mientras estudiantes y otras organizaciones sociales marchaban el domingo para presionar por la aparición con vida de Marco Antonio Sánchez, un estudiante de preparatoria en la Ciudad de México, otros miles de casos de familias de menores desaparecidos han clamado justicia, pero con mucha menos suerte.
En los últimos días, Ciudad Juárez activó la alerta Amber (para niños desaparecidos). Los padres de James Martin Camacho, de siete años, han buscado por ríos, parajes descampados, plazas y parques sin que haya hasta ahora pistas o algún rastro, aunque se han involucrado las autoridades municipales y sus pares de la ciudad de El Paso.
Más al sur del país, en Tenango del Valle, Estado de México, Gerardo Mejía, de 15 años, recolector de papas y reparador de camiones que había dejado la escuela con el consentimiento de sus padres, también se encuentra extraviado después de que un amigo a quien conoció recientemente lo invitara a un encuentro con prostitutas, según narró uno de sus primos a la prensa local.
El Estado de México ocupa el primer lugar por el número de menores de edad extraviados en todo el país, seguido por Puebla, Sinaloa y Colima de acuerdo con el oficial Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas que reconoce la desaparición de cuatro niños al día en México.
La cifra es catalogada como «conservadora» por la organización civil Red por los Derechos de la Infancia (Redim) que en su más reciente informe «La Infancia Cuenta» calculó que existe una cifra negra de casos no denunciados, principalmente desde que se incrementó el número de adolescentes desaparecidos durante los dos últimos periodos presidenciales.
Del registro de 23 casos durante la administración de Vicente Fox (2000-2006) a 1584 con Felipe Calderon (2006-2012) hasta 1931 en el corte de 2016 con Enrique Peña.
«Se combina la impunidad con la vulnerabilidad de los niños», alertó Martín Perez, director de Redim, organización que recibe apoyos internacionales para monitorear las condiciones de la infancia en México y trabaja proyectos en conjunto con la ONU.
La desaparición de Marco Antonio Sánchez Flores ocurrida el fin de semana tuvo un final diferente; en esta ocasión la policía se vio involucrada al aparecer en una fotografía cuando lo detuvieron por denuncia de acoso de una persona y luego lo dejaron libre, según su versión.
La presión de organizaciones como Redim en redes sociales y sus respectivas réplicas pusieron a trabajar a las autoridades y, finalmente, el muchacho apareció desorientado y golpeado, pero con vida, ¿qué hizo diferente este caso frente al 94 por ciento de impunidad que registra el resto?
«Se conjugan varios factores, el principal es que México es un país de centralismo absoluto aquí es la capital, están a la mano todas las autoridades (así se explica que haya 7.3 protestas al día) y por estas condiciones hay mas organizaciones sociales con capacidad técnica y profesional para exigir cuentas», advierte Pérez.
«En el resto del país no es que no quieran, pero las organizaciones y luchadores sociales se tienen que enfrentar con autoridades que son caciques y, si hacen mucho ruido los mandan a matar y si no hay justicia contra esos gobernadores y autoridades provinciales relacionados a los crímenes, seguiremos sin encontrar a los desaparecidos, aunque sean niños».
Diversas instituciones a favor de la infancia especulan que los más de 6 mil menores de edad desaparecidos (60 por ciento mujeres) podrían estar en manos de proxenetas, obligados a trabajar para el crimen organizado u otros abusadores, muertos o adoptados de manera ilegal.