¿Cómo sería un mundial en Norteamérica en la era de Trump?

31/01/2017 - 9:40 pm

Las políticas de Donald Trump, el Presidente número 45 en la historia de los Estados Unidos, podrían convertirse en un factor más para que la Copa Mundial de fútbol del 2026 no sea concedida a los países integrantes de Norteamérica.

Presidente De Los Estados Unidos Donald Trump Foto Especial

Por Graham Dunbar

Ginebra (AP) — ¿Serán las políticas de Donald Trump hacia el ingreso de extranjeros un obstáculo para la concesión de la Copa Mundial de fútbol del 2026 a Estados Unidos, México y Canadá?

La Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf)  no organiza un mundial desde hace 32 años. En el ínterin, todas las otras regiones han realizado al menos uno. Europa y Asia no pueden postularse para ese mundial por decisión de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), África no parece una opción realista y Sudamérica le apunta al del 2030, en que se cumplirá el centenario del torneo.

Todo está alineado para que se lo den a la Concacaf y se viene hablando desde hace tiempo de que se lo repartirían México, Estados Unidos y Canadá. Resta por verse, sin embargo, qué rumbo toma Estados Unidos bajo la gestión de Trump, quien acaba de prohibir el ingreso de ciudadanos de siete países mayormente musulmanes y planea construir un muro a lo largo de la frontera con México.

La sede será asignada en mayo del 2020, cuando Trump todavía esté en el poder.

Algunas cosas a tomar en cuenta con miras a la selección de la sede del mundial del 2026.

LAS REGLAS DEL JUEGO

Todavía no hay candidatos oficiales, pero la FIFA anunciará en mayo una serie de requisitos básicos que se cree incluirán no solo determinada infraestructura sino también el estado de los derechos humanos en las potenciales sedes.

La FIFA querrá asegurarse de que los gobiernos apoyarán un torneo de un mes con 48 equipos, con toda la planificación y los gastos en medidas de seguridad que ello conlleva.

Vladimir Putin y el emir de Catar se involucraron en las pujas por las sedes de los mundiales del 2018 y el 2022, concedidos a Rusia y Catar. Y el ex Presidente de Estados Unidos Bill Clinton hizo fuerza en Zúrich por la candidatura estadounidense para el del 22.

¿POR QUÉ LE INTERESA LA SEDE A EU, DONDE EL FUTBOL NO ES TAN POPULAR?

El mundial es el evento deportivo más visto en todo el mundo. La final tiene una audiencia de al menos mil millones de personas.

Si la mayoría de los partidos se hace en Estados Unidos, que tienen la mejor infraestructura, se fijarán récords de asistencia y de ingresos para la FIFA.

Cientos de miles de personas irían a Estados Unidos para ver algunos de los 80 partidos a disputarse a lo largo de 32 días y el país tendrá la oportunidad de darle un fuerte impulso a un deporte que no termina de prender.

Con el nuevo formato de 48 países, México o Canadá no podrían organizar la justa solos. Estados Unidos sí, pero compartir el torneo con sus dos vecinos podría ser una forma más atractiva y diplomática de captar los votos de una FIFA donde impera la diversidad.

BUENOS VECINOS

Entre las autoridades futbolísticas de los tres países reina una cordialidad que no se ve a nivel diplomático. Las tensiones políticas entre México y Estados Unidos aumentaron tras el anuncio de Trump de que cumplirá su promesa de construir un muro en la frontera y lo pagará con un impuesto del 20 por ciento sobre las importaciones mexicanas. Después de ese anuncio, el Presidente mexicano Enrique Peña Nieto suspendió una visita a Estados Unidos que tenía programada para esta semana.

Todavía no hay propuestas formales de repartir el torneo entre los tres países, pero nadie descarta esa posibilidad.

«Es algo que analizaremos. Tenemos muy buenas relaciones con México y Canadá», declaró el Presidente de la federación estadounidense Sunil Gulati.

La seguridad, sin embargo, es clave en este tipo de justas que movilizan tanta gente y la FIFA tal vez no quiera correr el riesgo de repartir el mundial entre países enemistados, a los que les costaría mucho coordinar esfuerzos.

VISAS

Los siete países a los que Estados Unidos impuso restricciones de viajes (Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen) no son potencias futbolísticas, pero ahora que habrá 48 equipos, no se puede descartar a nadie y no sería de extrañar que alguno de ellos se clasificase.

La FIFA ha logrado resolver los problemas de visa que se han presentado en el pasado e incluso le dijo a Rusia que debía suavizar los procesos de concesión de visas si quería ser sede del torneo del 2018.

EL APOYO PERSONAL DE TRUMP

Gulati y el Presidente de la federación canadiense Victor Montagliano han expresado su esperanza de que Trump apoye el mundial.

«Una postulación depende mucho de la cooperación del gobierno en varios sectores», declaró Gulati, quien describió a Trump como un «ávido aficionado al deporte».

«Le encanta el deporte», señaló Montagliani.

Como Presidente electo, Trump ofreció su apoyo a Los Angeles como sede de los Juegos Olímpicos del 2024, a ser definida en septiembre.

La última vez que Estados Unidos se postuló como sede de un mundial de fútbol, la CONCACAF tenía sus oficinas en la Trump Tower de la Quinta Avenida de Manhattan. Posteriormente se mudó a Miami en medio de un escándalo de sobornos.

También vivía en la Trump Tower el entonces secretario general de la CONCACAF Chuck Blazer, el dirigente de fútbol más importante de Estados Unidos durante los procesos en que se concedieron las sedes a Rusia y Catar y quien es hoy el principal testigo de la fiscalía en un proceso penal que descabezó a la cúpula de la FIFA y del fútbol latinoamericano.

Uno de los acusados de corrupción en ese caso, el brasileño José María Marín, tiene también un departamento en la Trump Tower y vive allí bajo arresto domiciliario.

Marín fue el presidente del comité organizador de la Copa Mundial del 2014 jugada en su tierra, Brasil.

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