Son 111 y están repartidos en 31 estados de la República Mexicana. Tienen historia, leyendas, hechos trascendentes, poseen atractivos turísticos y, sobretodo, hay magia en ellos. Son lugares a los que el Gobierno y la inversión privada ha dado incentivos por conservar su identidad a través del tiempo, pero a la vez satisfacen a los viajeros modernos. Son los Pueblos Mágicos de México, y aquí está la guía que se necesita para conocerlos todos.
Ciudad de México, 30 de septiembre (SinEmbargo).– En 2001 la Secretaría de Turismo (Sectur) implementó el Programa de Pueblos Mágicos y Destinos Prioritarios, con el cual se buscaba desarrollar el potencial que decenas de poblaciones en el país tienen para atraer visitantes y a la vez beneficiar a la comunidad local.
El primero en integrarse a esta lista fue Huasca de Ocampo en Hidalgo, después le siguieron Tepoztlán, Morelos y Real de Catorce, en San Luis Potosí. Ahora con un total de 111 que han conseguido un lugar y tienen que luchar por conservarlo, tenemos destinos playeros, grandes calles empedradas, cientos de iglesias, cocinas de primera, mercados, ferias, tradiciones y de nuevo, mucha magia.
A continuación damos un guía completa con todos los Pueblos Mágicos que son considerados así hasta este día. ¿Cuál es su favorito?
Calvillo, 2012. Se encuentra rodeado por la Sierra Madre Occidental, su Parroquia del Señor del Salitre se distingue por tener la segunda cúpula más grande en Latinoamérica, pero también tiene atractivos entre la naturaleza con las caídas de agua de Los Alisos y Ciénega, en donde se puede practicar ecoturismo.
Real de Asientos, 2006. Es un pueblo de origen minero fundado en 1548, cuya principal característica está en sus paisajes de cantera rosa y arquitectura virreinal. Entre sus principales edificaciones destacan la parroquia principal, la Casa Larrañaga, el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y la Casa del Minero.
San José de Gracia, 2015. Una comunidad boscosa cuyo principal atractivo es la escultura del Cristo Roto. Conviene probar las pacholas y el membrillate, comidas típicas.
Tecate, 2012. La ciudad se caracteriza por su estilo colonial y sus pintorescos paisajes de campos ganaderos, además de sus impresionantes montañas y formaciones rocosas. Aprovecha para visitar la cervecería y la Ruta del Vino.
Loreto, 2012. Un lugar custodiado por la Sierra de la Giganta y el Mar de Cortés, ofrece por una parte paisajes pueblerinos digno de la ciudad más antigua de las Californias y por otro, playas paradísiacas con avistamentos de la ballena azul y buceo.
Todos Santos, 2006. Bienvenidos al Hotel California (sí, el de la canción). Es un pueblo que resulta un oasis entre el desierto por la fertilidad de su tierra y abundancia de agua. A lo largo del año se hacen festivales artísticos y se puede disfrutar de sus edificios coloniales.
Palizada, 2011. Su plaza principal llena de adoquín rodea la llamativa fachada roja de la Parroquia de San Joaquín, en donde por las noches las familias se juntan para comprar comida en los puestos callejeros. Durante su carnaval previo a la Cuaresma se puede disfrutar a su máximo esplendor. La foto de las casas con tejas a la orilla de la laguna es obligada.
Chiapa de Corzo, 2012. Después de visitar el Cañón del Sumidero es necesario dar una vuelta por la ciudad que es una de las más antiguas del continente. Su sitio más icónico es «la pila», una fuente que llevó el agua potable al pueblo. Hay varios miradores con una buena vista del Cañón.
Comitán, 2012. La Iglesia de San Caralampio, los edificios del centro de la ciudad, las casas con detalles neoclásicos y su relevancia histórica hacen de Comitán de Domínguez el corazón turístico de la zona de Los Llanos chiapanecos.
Palenque, 2015. Una de las ciudades mayas más destacadas, en donde se encuentra la tumba de Pakal. Los paisajes verdes, las pirámides y además la cercanía de las Cascadas de Agua Azul y de Misol-Ha lo hacen una visita obligada.
San Cristobal de las Casas, 2003. El arte, la gastronomía, las calles, la diversidad cultural. San Cristobal tiene construcciones de los siglo XVI al XVIII que son considerados tesoros arquitectónicos. Pasea en la calle Real de Guadalupe.
Batopilas, 2012. Llegar ahí es ya una aventura, pues se encuentra en una de las barrancas más hondas de la Sierra Madre Occidental. Es un pueblo minero, llamadas Del Cobre. Viaja en el tren Chepe, acampa a las orillas del Río Batopilas o haz ciclismo de montaña.
Casas Grandes, 2015. Ahí se encuentra la zona arqueológica Paquimé y el Museo de las Culturas del Norte, testigos de la civilización precolombina del mismo nombre.
Creel, 2007. Ubicada a 247 kilómetros de la capital del estado, es la localidad más visitada de la Sierra Tarahumara. Para el invierno nevado conviene rentar una cabañita y en el verano salir a pasear en bicicleta para admirar los paisajes de las Barrancas del cobre.
Arteaga, 2012. A sólo 20 minutos de Saltillo, en medio de una inmensa zona de bosques con pinos y valles de manzanos y un clima donde predomina el viento fresco. Por sus paisajes boscosos y cumbres nevadas en invierno, algunos le llaman “La Suiza de México”. El ecoturismo es la opción aquí.
Cuatro Ciénegas, 2012. El pueblo es una villa colonial que se encuentra a unos 15 minutos de las Dunas de Yeso, con 800 hectáreas de arena blanca; y de la Reserva de la Biósfera Cuatro Ciénegas, que parece un oasis en pleno desierto.
Parras de la Fuente, 2004. Está al sur de Coahuila, rodeado de viñedos, nogales y calles históricas. Aquí se encuentra la vinícola más antigua del continente, la San Lorenzo, luego llamada Casa Madero. Conviene visitarlo en agosto, durante las fiestas de la vendimia.
Ver además: Candela, Guerrero y Viesca.
Comala, 2002. El llamado «Pueblo blanco de América» por sus casas con fachadas de este color y techos de teja roja. La rodea el misticismo de la novela de Juan Rulfo, Pedro Páramo.
Mapimi, 2012. Este sitio tiene la zona desértica más extensa del país, llamada Bolsón de Mapimí. Los must son el Templo de Santiago Apóstol, el pueblo fantasma de Ojuela, la Zona de silencio y las Grutas del Rosario.
Malinalco, 2010. Se ubica en medio del valle y al pie de las montañas, tiene entre sus atractivos la Zona Arqueológica Cuauhtinchán y su Parroquia del Divino Salvador, además de las calles empedradas y las casas multicolores. Su Gastrotour prehispánico es famoso.
El Oro, 2011. Al noreste del Estado de México, sus calles y construcciones tienen alta influencia europea, sobre todo inglesa y francesa. Hay que visitar el Teatro Juárez, el Palacio Municipal, la estación de trenes, el Museo de Minería y la Presa Brockman.
Tepotzotlán, 2002. Muy cerca de la Ciudad de México, este pueblo conserva la tranquilidad en sus calles. Los fines de semana el centro se llena de puestos de comida y artesanías, y conviene hacer una visita a la Plaza de la Cruz y al Acueducto de Xalpa, también conocido como los Arcos de Sitio.
Valle de Bravo, 2005. Perfecto para pasar un fin de semana en su clima templado, salir a pasear en una lancha a su lago, comer y quizá beber una cerveza en alguno de sus restaurantes del centro.
Ver además: Aculco, Ixtapan de la sal, Metepec, San Juan Teotihuacán y San Martín de las Pirámides, Villa del Carbón.
Dolores Hidalgo, 2002. Cuna de la Independencia y ciudad colonial llena de historias, leyendas en cada rincón y también, canciones de José Alfredo Jiménez. Hay que visitar el Museo Casa de Hidalgo, el Jardín Independencia y la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores.
Mineral de Pozos, 2012. El auge que tuvo en la minería lo orilló a la despoblación y el abandono, por lo que se le conoce como un «pueblo fantasma», aunque ahora está lleno de vida.
Yuriria, 2012. Es uno de los poblamos más antiguos de la región, el cual fue habitado por chichimecas. Su laguna, verdes alrededores y edificios de los siglos XVI, XVII y XVIII, lo hacen un buen destino para quienes gustan de caminar.
Ver además: Jalpa, Salvatierra.
Taxco, 2002. Famoso por su producción y venta de plata, esta ciudad guerrerense es un placer para la vista, pues sus casas pintadas de blanco y con tejas encantan a los visitantes. Los restaurantes del centro, el kiosko y el Templo de Santa Prisca, completan el paisaje. La visita durante las celebraciones de Semana Santa dará un bonus a la experiencia.
Huasca de Ocampo, 2001. Pintoresco, sencillo y sobre todo estratégico, Huasca es un punto de partida perfecto para explorar las ex haciendas de beneficio, los bosques de oyamel, las presas, las formaciones rocosas y una joya natural que sobresale entre las otras: los Prismas Basálticos.
Mineral del Chico, 2011. Sus alrededores silvestres lo hacen perfecto para los ecoturistas. Pero los amantes de la gastronomía también se podrán consentir pues, dependiendo la época, podrán disfrutar de escamoles, hongos, chinicuiles o los típicos gualumbos.
Real del Monte, 2004. A 15 minutos de la capital de Hidalgo, es un famoso pueblo minero y además, cuna del futbol en México.
Ver además: Huichapan, Tecozautla.
Mascota, 2015. Basta con ver una imagen panorámica del poblado para identificar su magia. Está rodeado de cerros boscosos, tiene cerca las cascadas de Juancatlán y de Yerbabuena, así como la zona arqueológica El Pantano, y algunas cascadas.
Mazamitla, 2005. Enclavado en el corazón de la Sierra del Tigre, lugar lleno de historia, tradición y magia. Hay que disfrutar de su gastronomía, calles empedradas y casas coloniales.
San Sebastián del Oeste, 2011. Es una población de origen minero que tuvo sus mejores momentos en los días de la Colonia, cuando alcanzó los 20 mil habitantes, pero se calcula que ahora sólo 600 personas viven en ahí.
Ver además: Lagos de Moreno, Talpa de Allende, Tapalpa, Tequila.
Jiquilpan, 2012. «La ciudad de las jacarandas», entrelaza plazas, templos, jardines y puentes para ofrecer un agradable ambiente pueblerino donde no destaca un monumento particular, sino el conjunto urbano mismo.
Pátzcuaro, 2001. Al centro del estado, un paseo su centro llevará a los visitantes al pasado, a través de esas calles empedradas y empinadas, llenas de gente y artesanías. Las iglesias de estilo barroco y neoclásico le dan el toque distintivo a las amplias plazas, y a las casas de adobe y teja.
Tzintzuntzan, 2012. Sobre una planicie que domina el lago de Pátzcuaro descansan los restos de la antigua capital del reino purépecha. El sitio consta de cinco templos que datan del siglo XIII erigidos sobre una terraza de bloques de piedra: la Zona Arqueológica Las Yácatas.
Tlalpujahua, 2005. Es un pueblo enclavado en las montañas, donde se respira un aire puro y fresco. Sus calles empedradas están enmarcadas por comercios donde se venden todo tipo de artesanías. Se puede visitar el parque nacional Rayón.
Ver además: Cuitzeo, Mineral de Angangueo, Santa Clara del Cobre, Tacámbaro.
Tepoztlán, 2010. El principal atractivo del pueblo de 14 mil 130 habitantes es la subida -purificadora como dicen sus habitantes- al cerro del Tepozteco y visitar la pirámide, construida por los Xochimilcas, que está en la cima. Luego podrás recorrer las calles empedradas, comer un mole, tamalitos, calabaza y los famosos itacates.
Tlayacapan, 2011. Está a 10 minutos de Oaxtepec, cuenta con diversas capillas y su arquitectura es uno de los atractivos turísticos. Está rodeado por cerros, por lo que su clima es agradable durante todo el año. En éste lugar se celebran muchas fiestas y danzas tradicionales.
Jala, 2012. Es el municipio del estado de Nayarit que cuenta con la mayor diversidad de monumentos históricos, entre los que destacan: su templo parroquial, edificado en la segunda mitad del siglo XIX y las ruinas del antiguo hospital con su fachada Barroca.
Sayulita, 2015. Se encuentra al sur de la costa de Nayarit, en la región de Bahía de Banderas. Un pequeño paraíso con olas ideales para los festivales de surf que ahí se realizan, con tacos de marlin y camarón deliciosos y un ambiente relajado.
Linares, 2015. Para comer carne seca, cabrito al pastor, machacado, asada y de postre unas glorias y natillas, en medio de construcciones con estilo neoclásico.
Santiago, 2006. Escondido entre la Sierra Madre Oriental y el Cerro de la Silla, está este pueblo con bellas calles y casas. Los sitios a visitar son la Parroquia de Santiago Apóstol, la Plaza Hidalgo, la Presa de la Boca y la Cascada Cola de Caballo.
Mazunte, 2015. Cerca de Zipolite y San Agustinillo, este pueblo a la orilla del Pacífico ofrece tranquilidad para los visitantes, impresionantes puestas de sol en Punta Cometa y diversas opciones gastronómicas.
Mitla, 2015. Su nombre completo es San Pablo Villa de Mitla, en donde se encuentra la Zona Arqueológica que le da nombre al pueblo, en donde se pueden ver restos de la cultura zapoteca. Ahí está también el Árbol del Tule.
Teposcolula, 2015. Se fundó en 1520 bajo el nombre de San Pedro y San Pablo, y actualmente se conservan diversos templos como el de Guadalupe Tixá y San Felipe Ixtapa, además del Ex Convento de San Pedro y San Pablo Teposcolula y la Capilla de San Francisco.
Ver además: Capulálpam de Méndez, Huautla de Jiménez.
Atlixco, 2015. Los más cien mil habitantes de esta ciudad a 25 kilómetros de la capital poblana han conseguido combinar un notable crecimiento urbano con una vasta herencia de arquitectura novohispana, creada por los fundadores del lugar. Hay que disfrutar los templos, miradores, conventos y centros culturales.
Chignahuapan, 2012. Se encuentra en la entrada de la Sierra Madre Oriental, donde comienzan las profundas barrancas del norte del estado. Su arquitectura tradicional se muestra en casonas de recios muros y techos de madera y teja. En su plaza principal destaca la colorida parroquia y su kiosco estilo mudéjar. Su principal industria es la fabricación de esferas, que tiene su feria anual entre octubre y noviembre.
Cuetzalan del Progreso, 2002. Casi en los límites con el estado Veracruz, es un edén lleno de flora y fauna exótica. Se sugiere probar el café, ir a las Grutas La Aventura, a la zona arqueológica de Yohualichan, ver la Cascada de las Hamacas y recorrer el centro.
Zacatlán, 2011. Un lugar con mucha niebla y sí, muchas manzanas. La foto en su reloj florar, probar sus bebidas típicas, ir a la feria de este fruto en agosto.
Ver además: Cholula, Huachinango, Pahuatlán, Tlatlauquitepec, Xicotepec.
Bernal, 2005. A 59 kilómetros de la ciudad de Querétaro se erige la imponente Peña de Bernal, una formación rocosa de aproximadamente 300 metros de altura. Además se puede pasar una tarde de fin de semana en su plaza principal, en donde comer una nieve o unos esquites.
Cadereyta de Montes, 2011. Se localiza en la parte central de Querétaro en una región semidesértica. Es un pueblo de arquitectura colonial, su centro histórico se compone de edificios de estilo neoclásico y barroco construidos por franciscanos en el siglo XVIII, como la Parroquia de San Pedro y San Pablo.
Tequisquiapan, 2012. Conocido por su Feria del Vino y del Queso, Tequis es también un lugar de aguas termales y calles empedradas.
Ver además: Jalpan de Serra, San Joaquín.
Bacalar, 2006. La laguna de los siete colores está ubicada muy cerca de Chetumal, en la que se puede nadar tranquilamente, o bucear y esnorquelear. Cerca de ahí está el Cenote Azul y el Fuerte de San Felipe.
Isla Mujeres, 2015. Ahí está el famoso Museo Subacuático y es uno de los principales lugares para disfrutar las playas del Caribe. Se recomienda probar el pescado a la Tikinxik, horneado bajo tierra o a las brasas.
Tulum, 2015. Además de la conocida Zona Arqueológica, hay en los alrededores caletas y playas casi vírgenes que dan una perspectiva distinta a la visita.
Real de Catorce, 2001. Es un pueblo de piedra que gozó de gran bonanza por la extracción de plata, ahora es silencioso e ideal para ecoturistas y apasionados de los pueblos fantasmas.
Xilitla, 2011. En la Huasteca Potosina, riqueza natural y surrealismo se encuentran en el Jardín de Edward James. Aventura, aroma de café y mucha tradición complementan una jornada inolvidable.
El Fuerte, 2010. Posee grandes atractivos naturales, históricos, arquitectónicos, culturales y arraigadas tradiciones indígenas (yoremes), además de ubicarse dentro del Circuito Ecoturístico Mar de Cortés – Barrancas del Cobre.
El Rosario, 2012. Reúne una gran historia de más de 350 años, con un acervo arquitectónico de los siglos XVII, XVII, XIX, cuando fue una de las vetas mineras más ricas del mundo. El Templo de Nuestra Señora del Rosario es una muestra de la fe de sus pobladores, pues la trasladaron al lugar que ocupa ahora cuando notaron que se estaba deteriorando.
Alamos, 2005. Muy cerca de la frontera con Sinaloa y Chihuahua, el pueblo mágico de Álamos sorprende con sus tradiciones y arquitectura resultado de la fusión del barroco español y el indígena. Alguna vez fue ciudad colonial y tuvo su esplendor gracias a la minería.
Magdalena de Kino, 2012. A 80 kilómetros de la frontera, es una pintoresca ciudad, con paisajes históricos y calles empedrada. Hay que poner atención a su gastronomía, el Templo de Santa María Magdalena, la cripta del padre Kino y la casa de Miguel Latz.
Tapijulapa, 2010. Es el pueblo más típico del estado en donde el agua y la selva abundan. Aún conserva su elegante traza virreinal en la típica arquitectura de las casas, pintadas de blanco, con tejados de dos aguas, y las calles empedradas.
Mier, 2010. Es el pueblo más antiguo en la franja fronteriza. Ofrece atractivos turísticos como la pesca deportiva en sus extensas presas, navegables ríos caudalosos, balnearios naturales, el senderismo, la fauna abundante, todo esto en el infinito desierto.
Tula, 2011. Se erige en un terreno entre el bosque y el desierto, tiene su monumental parroquia de de San Antonio de Padua y otras construcciones históricas como La Capilla de la Loma del panteón viejo, la Casa Minerva actualmente Casa de la Cultura y el Templo del Rosario. La cuera tulteca, prenda tradicional de la región, es originaria de ahí.
Huamantla, 2007. Llena de haciendas y ermitas en un entorno de colores y festejos populares como la Feria de Huamantla, entre julio y agosto; y el Festival Internacional de Títeres Rosete Aranda, en octubre.
Tlaxco, 2015. Su ubicación ofrece bellos paisajes de madera, junto con pendientes, arroyos y pequeñas cascadas. Este sitio, que durante el dominio español fue próspero para la fundación de las “haciendas”, también ha sido escenario de sangrientos enfrentamientos a lo largo de los siglos.
Coscomatepec, 2015. Ir ahí hace obligatorio disfrutar de su gastronomía, que incluye una amplia variedad de moles, pipián, tamales, tlatonile y barbacoa blanda.
Papantla, 2012. Está ubicado a 270 kilómetros de la capital veracruzana. Los campos de los alrededores son colinas suaves de verdes intensos, en paisajes excepcionales, entre los ríos Cazones y Tecolutla. En la Fiesta de Corpus Christi se realiza la famosa danza de los Voladores de Papantla.
Xico, 2011. Se distingue por sus bellas casas coloniales, sus flores, árboles que dan frutos durante todo el año, verdes montañas y aromáticos cafetales. En Xico, cualquier motivo es suficiente para poner las ollas de mole al fuego.
Ver además: Coatepec, Orizaba, Zozocolco de Hidalgo.
Izamal, 2002. Un pueblo colonial pintado de amarillo, de sus casas, iglesias, tiendas, todo de este color. Fue un importante centro religioso maya y hoy en día se pueden visitar los sitios arqueológicos de cuatro grandes pirámides que dominan el centro del pueblo.
Valladolid, 2012. Una de las ciudades más antiguas de la península, tiene calles a la vez apacibles y llenas de vida, que albergan recintos históricos, casonas, museos, cómodos hotelitos, mercados, fuentes, tiendas, puestos de helados y antojitos, parques y muchos rincones por explorar.
Jeréz de Garzía Salinas, 2007. Es conocida por ser la cuna del poeta Ramón López Velarde, ubicada un fértil valle agrícola y enmarcada por la belleza natural de la Sierra de Cardos. Aquí se realiza la Feria de la Primavera, que da inicio el sábado de Gloria.
Nochistlán, 2012. Un poblado rodeado de cerros, donde abundan los nopales llenos de tuna y grana. Entre los sitios a visitar están La Pila de Afuera, la Casa de los Ruiz, el Monumento a Tenamaxtle y la Estatua de José Minero Roque.
Sombrerete, 2012. A poco más de 170 km al norte de la capital zacatecana se localiza una de las poblaciones coloniales más sobresalientes del norte de México. En su época de oro fue fuente de yacimientos de oro y plata, lo cual se nota en su arquitectura monumental de templos, plazas y edificios de cantera, encabezada por los conventos de San Mateo y de Santo Domingo.
Ver además: Pinos, Teúl de González Ortega.