Cuando el conflicto magisterial llegó a su crisis en las dos líneas paralelas abiertas por la propuesta de Mexicanos Primero, el Gobierno descubrió que estaba perdiendo lo poco que le quedaba del SNTE y a Nuño no le quedó de otra más que sentarse a platicar con el Sindicato para buscar acuerdos y que el mérito de la solución beneficiará a sus aliados políticos.
Cuando veo a Nuño con cara de yo no fui y al borde de las lágrimas, me recuerda al líder de un cártel, quien habría ordenado más de dos mil homicidios, que al ser detenido rompió en llanto porque “¿quién iba cuidar de sus hijos?”. Nuño demostró la misma maldad al ordenar acciones contra los más débiles.
Llegó el momento de eliminar los incrementos a los estímulos ganados de manera dudosa por el magisterio, dijeron los empresarios de Mexicanos Primero, pero tramposamente sólo los endosados a los profesores de la CNTE.
Desafortunadamente para ellos, la acción coincidió con el clímax de la resistencia magisterial independiente, y aplicar la ley en este punto crítico habría sido suicida, tenían que someter a todos los maestros del país.
La CNTE tiene razón, es una reforma laboral disfrazada.
Juan Díaz de la Torre había ofrecido los derechos acumulados durante años por todos los maestros del país a cambio de que no lo mandaran de vacaciones junto con Elba Esther Gordillo, pero en estas circunstancias no podía cumplir sus promesas porque significaba una revuelta a nivel nacional de los profesores, tan buenos para promover votos a favor del PRI.
Ese ejército es imperdible, y el Gobierno se encontró en la encrucijada del macho mujeriego y no le quedó opción más que decirle no a los empresarios; se supo cuál de los dos era la esposa y cuál la amante.
Realmente Nuño y Peña Nieto nunca estuvieron dispuestos a llevar la reforma laboral a sus últimas consecuencias de destruir el sindicato magisterial, sueño que acariciaban largamente los Mexicanos Primero.
Ahora sí descubren el diálogo como herramienta de solución de la crisis, la verdad es que el Gobierno de Peña Nieto es incapaz de llevar a la práctica las reformas estructurales; todas son reformas fallidas.
Nunca supieron qué iba a pasar, así como Calderón nunca supo en dónde acabaría la guerra contra las drogas; es absurdo que después de dos años de guerra, de lucha, de confrontación, de histeria, de depresión y muerte, la Secretaría de Educación anuncie que pronto conoceremos el modelo educativo que se quiere establecer con la reforma.
Para todos los cambios primero se dice a dónde queremos llegar y luego cómo, insisto esto no fue una reforma educativa, fue un intento del PRI para rescatar el corporativismo magisterial.
Va por Sergio Aguayo, «la carrera política de Moreira huele a corrupción y es un claro ejemplo de impunidad».