La Agencia de ayuda humanitaria»Support to Life» recopila en un video titulado «The Sea Cemetery», algunas de las incontables historias de las personas que han perdido la vida al huir de Siria e intentar cruzar el mar mediterraneo.
Ciudad de México, 22 de junio (SinEmbargo/GlobalVoices).- La agencia de ayuda humanitaria «Support to Life» está trabajando para aumentar la conciencia global sobre los más de 4 mil refugiados sirios que han muerto intentando cruzar el mar Mediterráneo. Como parte de esta labor, la organización ha lanzado un proyecto filmográfico llamado «The Sea Cemetery», (El cementerio marino) que cuenta con diferentes representaciones de los muertos.
En el vídeo de 90 segundos se puede escuchar lo siguiente:
«Desde el principio de la Guerra Civil Siria, 4.6 millones de sirios han abandonado su tierra natal. Atravesar el mar Mediterráneo se ha convertido en la última ruta hacia la esperanza y en la más mortífera del siglo XXI.
Más de 4 mil refugiados sirios, incluyendo numerosos niños, perdieron sus vidas en el mar. Muchos de ellos no pudieron ser identificados o encontrados. Ahora el mar es su último lugar de descanso. El mar es su tumba. El cementerio marino.
En memoria de miles de refugiados sirios… «.
Usuarios de Internet alrededor del mundo han compartido sus reacciones sobre el vídeo, expresando su solidaridad con los refugiados muertos. En Twitter, Emilie Hasrouty puso especial atención a las lápidas flotantes del vídeo:
«200 lápidas flotantes sobre el mar Mediterráneo que se llevaron 4.000 almas, en honor al asilo de las víctimas sirias. Una influyente obra de arte sobre una tragedia inaudita».
A pesar de morir intentando huir, Tammy King opina que los refugiados hicieron todo lo que pudieron:
«El cementerio marino. Es mucho mejor haber muerto intentando escapar de la guerra, con la esperanza de una vida mejor que perder la esperanza».
El vídeo de «Support to Life» también captó la atención de Joseph Daul, un político francés y presidente del Partido Popular Europeo.
«Mientras alabamos al mar azul en el bonito día de hoy, no debemos olvidar que es el mar el que se ha convertido en un cementerio para emigrantes, tal y como dijo @Pontifex».
Mientras que “The Sea Cemetery” recopila sólo algunas de las incontables historias de las personas que huyen de Siria, los informes de primera mano por desgracia incluyen muchas historias no confirmadas e inexactas, tal y como Global Voices ha reportado anteriormente.
La Guerra Civil Siria ha causado estragos durante cinco años y ha desplazado a al menos 10 millones de personas, enviando a refugiados alrededor del mundo. En este momento, los activistas sirios han estado ocupados en Facebook escribiendo relatos sobre refugiados que murieron tratando de encontrar protección en el extranjero.
Una de las historias que ha tenido gran popularidad en línea está formulada como una carta de un joven sirio a su madre, escrita después del naufragio de su bote camino a Europa, en el que murieron miles de refugiados:
«Perdón mamá, porque el bote se hundió y no pude llegar allí, y no podré enviarte el préstamo que saqué para pagar el viaje.
No llores si no pudieron encontrar mi cuerpo. Solo supondría más dinero para el transporte y el entierro. Lo siento, mamá, porque estalló la guerra y era necesario que viajara, como hicieron otras personas, aunque mis sueños no eran tan grandiosos como los de los demás. Como ya sabes, mis sueños se limitaban a comprarte medicinas y dientes postizos. El color de mis dientes es verde ahora por las algas marinas, pero siguen siendo aún mejores que los del dictador. Lo siento, querida, porque construí una casa llena de ilusiones – un precioso hogar de madera como los que solíamos ver en las películas, pobre y lejos de los cañones, y de los rumores y asociaciones sectarias y étnicas que nos rodeaban.
Perdón hermano, porque no puedo enviarte los 50 euros que te prometí para que los disfrutaras antes de graduarte. Perdón hermana, porque no te enviaré un smartphone con ‘Wi-Fi’ como el de tu amigo rico. Perdóname hogar mío, porque ya no colgaré mi abrigo detrás de tu puerta. Perdonen queridos buceadores e investigadores por haber desaparecido. No sé en qué parte del mar me ahogué… Pero pueden estar seguros de que no molestaré al servicio de asilo.
Gracias, mar, por acogernos sin Visa o pasaporte. Gracias, peces, que compartirán mi carne sin preguntarme por mi religión u opinión política. Gracias por los medios que retransmiten la noticia de nuestras muertes durante cinco minutos cada hora durante dos días… Gracias a todos los que nos lloran al oír las noticias.
Lo siento, nos hundimos…».