El mundo es más mundo desde que existe Gary Oldman

09/04/2016 - 12:01 am

Cuando Gary Oldman rodaba una escena de Harry Potter, encarnando al malo Sirius Black, en un descanso se le acercó un pequeño fan para preguntarle: - ¿Me puedes decir que vio Sirius al otro lado del velo? –Vio The Dark Night y Christmas Caro–, le contestó sin dudar el “actor de actores”, como comúnmente es llamado, mencionándole dos películas en las que él había trabajado.

El humor y la ironía siempre fueron una buena compañía para este hombre torturado por quién sabe qué tormentas interiores, las mismas que lo han llevado a casarse cuatro veces, a ser un alcohólico consuetudinario y a tener fama de difícil, lo que no es poco cuando de Hollywood se trata.

Quizás por eso, el ex marido de Uma Thurman (se conocieron en 1988, filmaron Henry and June y se divorciaron al cabo de dos años) apela a la sonrisa sardónica cuando se le hace mención a su falta de presencia en los Oscar. Justamente él, uno de los actores más respetados de Gran Bretaña y que se mueve como pez en el agua en la escena internacional, tenía el oscuro récord de ¡no haber sido nunca postulado a una estatuilla dorada de Hollywood!.

- Sí, me enoja, le dijo un sincero Oldman a Chelsea Handler y no le dio más vueltas al asunto.

Al fin y al cabo, este hijo de un soldador y de una ama de casa londinenses, que nació hace 58 años en el barrio de clase media baja llamado King Cross y que entre la actuación y la música eligió lo primero, goza de un prestigio galvanizado y puede mirar por encima del hombro hasta al mismísimo Tío Oscar.

Porque, hay qué decirlo, puede dormir tranquilo el hombre que se puso en la piel del atribulado fundador de los Sex Pistol en la inolvidable Sid and Nancy.

Con ese filme de 1986, Gary, que entonces tenía 33 años, ganó fama mundial y comenzó a ser célebre por los personajes que exigen un gran esfuerzo psicológico, como el dramaturgo Joe Orton, asesinado por su amante y a quien Oldman dio vida en Susurros en tus oídos, película de Stephen Frears.

El hombre que nunca –o casi nunca- ha ido a una ceremonia en el teatro Kodak de Los Ángeles es fruto de innumerables notas donde los periodistas suelen hacer la lista de sus 10 personajes preferidos. Que si el policía asesino en El profesional, que si el asesino de John Fitzgerald Kennedy en JFK, que si su magistral Beethoven en La amada inmortal

Son tantos los roles que ha encarnado este actor también conocido por su voz prodigiosa, capaz de encarar todos los acentos posibles, que resulta inútil concebir la historia del cine contemporáneo sin su presencia.

Amigo de los desafíos, Oldman, que se mantiene sobrio desde hace 16 años, ha aceptado ser el embajador del vodka Absolut, “pues nadie mejor que un ex alcohólico para decirle a alguien que beba en forma responsable”.

Mucho menos le ha pesado cargar el traje gris del espía George Smiley, la historia que transcurre en la Guerra Fría, escrita por el gran John Le Carré que en 1979 hiciera el genial Sir Alec Guiness y que en nuestras carteleras se presentó con el título en español de El topo (Tinker, Tailor, Soldier, Spy en el original), dirigida por Tomas Alfredson.

Especie de anti Bond en un filme donde la promiscua es la esposa y no hay Aston Martin, Gary Oldman borda el personaje con una virtud melancólica y una economía de movimientos que en un actor físico como él resulta cuanto menos llamativa.

Sin embargo, el papel más difícil que le ha tocado encarnar ha sido la de recibir en nombre de la familia de su mejor amigo David Bowie la estatuilla con que los Britt Award quiso homenajear al músico a pocos días de su partida.

Llegó con sus gafas de pasta. Sus ojos húmedos. La voz entrecortada y habló de su amigo como un ícono cultural y como un hombre que le enseñó a no tomarse demasiado en serio a sí mismo.

Era Gary Oldman, uno de los mejores actores del mundo, aunque esta vez no actuaba.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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