Francisco Ortiz Pinchetti
04/09/2015 - 12:01 am
Oposición chafa frente a Peña Nieto
Nuestros políticos de todos los colores parecen no darse cuenta del grado de desprestigio que han alcanzado en el ánimo ciudadano. No sólo nadie les cree, sino que resultan ya insoportables a la mayoría de los mexicanos, que los tienen por corruptos, mentirosos y demagogos. Esto viene a cuento en relación a las lamentables reacciones […]
Nuestros políticos de todos los colores parecen no darse cuenta del grado de desprestigio que han alcanzado en el ánimo ciudadano. No sólo nadie les cree, sino que resultan ya insoportables a la mayoría de los mexicanos, que los tienen por corruptos, mentirosos y demagogos. Esto viene a cuento en relación a las lamentables reacciones de los dirigentes de los partidos de oposición ante el mensaje del presidente Enrique Peña Nieto con motivo de su Tercer Informe de Gobierno.
Obligados según ellos por su condición de opositores a descalificar de entrada cualquier afirmación del titular del Ejecutivo, los dirigentes de Acción Nacional, Morena y el Partido de la Revolución Democrática cayeron de nuevo en la insulsez del lugar común, las generalizaciones y las condenas altisonantes de siempre en vez de aprovechar la ocasión para realizar un verdadero, razonado análisis crítico y serio de las cifras, los supuestos resultados y las propuestas del mandatario.
Creo que había mucha tela de dónde cortar. El esbozo de autocrítica de Peña Nieto, que en un arranque verdaderamente insólito reconoció la desconfianza de la ciudadanía hacia su administración, daba para mucho. Debió exigírsele que precisara y profundizara en las causas de esa pérdida de confianza, como los casos citados por él mismo. Dijo que los hechos ocurridos en Iguala o la fuga de un penal de alta seguridad, “nos recuerdan situaciones de violencia, crimen o debilidad del Estado de derecho”. Y que señalamientos de conflictos de interés que incluso involucraron al titular del Ejecutivo, así como denuncias de corrupción en los órdenes municipal, estatal y federal y en algunos casos en el ámbito privado, “han generado molestia e indignación en la sociedad mexicana”.
Los opositores, sin embargo, se fueron por peteneras. El nuevo y cuestionado presidente nacional de Acción Nacional, Ricardo Anaya Cortés, supuso que desairar la invitación formal de Peña Nieto para asistir al evento efectuado en Palacio Nacional significaba asumir una posición crítica radical. Olvidó que su partido, encabezado entonces por su padrino y promotor Gustavo Madero Muñoz, asumió una actitud colaboracionista con el gobierno priista, de modo que en alguna medida es corresponsable de los resultados que ahora le critican a Peña Nieto. Pero lo peor no es eso, sino la falta de autoridad moral para cuestionarlo. Se muerden la lengua. Los casos de corrupción entre panistas, solapados por la anterior dirigencia y solapados también por la nueva hasta ahora, restan toda credibilidad a las críticas de Anaya Cortés, que entonces opta por tildar de “mediocre”, sin entrar al fondo, el mensaje presidencial del miércoles pasado. «El Informe que acabamos de escuchar, francamente parecía el informe de otro país, de otro México distinto en que las cosas van muy bien», dijo. Una mera frase.
Como si fuera un juego de dimes y diretes entre chamacos de la cuadra, Martí Batres Guadarrama reaccionó por su parte con un chascarrillo a las insinuaciones de EPN al advertir del riesgo que significan para México la demagogia y el populismo. “Es tanto el crecimiento de Morena y @lopezobrador_ que hasta en el informe presidencial lo atacan. Están aterrados, vamos bien!», tuitió el Presidente formal de Morena. Y poco después de que concluyera el mensaje presidencial, ironizó sobre el sentido de la advertencia de Peña: «Lo que @EPN quiso decir es ‘Morena va que vuela para Los Pinos'».
Nada sorpresivo fue por supuesto el exabrupto del propio López Obrador, el “radical” líder de Morena, ante el mensaje presidencial. En lugar de alguna crítica aguda y certera, que materia había, salió con lo de siempre: «Ante su rotundo fracaso y el grave daño ocasionado al pueblo y a la nación, Peña Nieto debió informar sobre su renuncia a la Presidencia y la reforma a la Constitución para llamar a elecciones anticipadas. Sin embargo, optó por seguir mal gobernando a México; es decir, continuará la pesadilla…”. Y perdió de nuevo El Peje una oportunidad para ser congruente con el país al que dice querer gobernar.
Habrá que reconocer que la reacción más seria y responsable –al menos—fue la del líder del Partido de la Revolución Democrática, Carlos Navarrete Ruiz, que afirmó que el Gobierno federal no ha dado buenos resultados en ninguno de los cinco ejes trazados al principio del sexenio. Dijo que a este Gobierno lo que le falta es dar resultados concretos: Es un Gobierno agobiado por el descrédito; es un Gobierno agobiado por la situación internacional; es un Gobierno que ha mantenido un rumbo en la economía y que punto a punto de los cinco ejes trazados, el saldo es negativo.
Al menos tuvo el guanajuatense la vergüenza de hacer un esfuerzo para escudriñar un poquitito más allá de las frases altisonantes y las descalificaciones en la tarea del mandatario priista en estos primeros tres años. Dijo, y dijo bien, que la actual Administración federal no puede argumentar que no tiene reformas constitucionales o reformas legales para sacar adelante al país. Recordó, y recordó bien, que en diciembre de 2012, al asumir Peña Nieto la Presidencia de la República, los ejes del Gobierno eran buscar una sociedad de derechos; fomentar el crecimiento económico, el empleo y la competitividad; hacer realidad el derecho de mexicanos a vivir con paz; y aumentar la transparencia. «Si hacemos un balance de objetivos y resultados, a tres años el Gobierno está reprobado y tiene que reconocerlo», dijo el perredista, que apenas al inicio de su dirigencia nacional se vio embarrado por la tragedia del estado de Guerrero. Sin embargo, tampoco él aportó datos que dieran fundamento a su juicio.
Fuera de esos cuestionamientos sin mayor sustento y sin el aval de la una autoridad moral reconocida, la pura verdad es que el señor Peña Nieto se fue feliz, como lo vimos en la tele, del engalanado y atiborrado patio central de Palacio Nacional… a pesar del año de pesadilla que nos ayudó a sufrir. Todavía dio una suerte de vuelta al ruedo, entre ovaciones, prodigando abrazos y devolviendo prendas. Salió por la puerta grande, dirán sus panegiristas, sin siquiera sufrir un achuchón. Duele, pero se les fue vivo a los patéticos líderes de la oposición. Válgame.
DE LA LIBRE-TA
Mancera, narigón. Y ya que hablamos de políticos mentirosos (perdón por el pleonasmo), es menester referirnos a los engaños del jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, respecto a los vecinos que con sólidos argumentos y válidas emociones se oponen a la construcción del llamado deprimido vial de Insurgentes Sur y Río Mixcoac como ha sido concebido por las autoridades y sobre todo a la tala infame, e innecesaria, de más de 800 árboles en la zona de la obra. Tras asegurar que se habían realizado ya más de 80 audiencias con residentes de las colonias circunvecinas (San José Insurgentes, Crédito Constructor, Mixcoac, Actipan, Del Valle Sur) para exponerles con todo detalle las características y los alcances del proyecto, y que éste había sido modificado con las aportaciones ciudadanas, mandó a su flamante secretaria de Gobierno, Patricia Mercado (ex activista ecologista, por cierto), a dialogar con los vecinos que a pesar de todo se plantaron día y noche en el camellón de Río Mixcoac para impedir la reanudación de las obras, suspendidas desde marzo pasado. La ex candidata a la Presidencia de la República escuchó cortésmente la lectura de un documento en el que los inconformes enlistaban argumentos técnicos de especialistas para cuestionar la construcción. Les reconoció su derecho a manifestarse y a oponerse al proyecto. Les prometió que “en un par de días” daría respuesta puntual al escrito. “Creo que tenemos respuesta para cada uno de sus argumentos”, les dijo muy segura. Pasaron diez días sin que hubiera respuesta. Y una madrugada, la de este jueves 3 de septiembre, de manera nada comedida, la policía obligó a los vecinos (entre ellos una diputada local electa de Morena, Citlali Hernández Mora ) a levantar su plantón. Y de inmediato empezaron a trabajar las excavadoras… Esa fue la respuesta de un Mancera Espinosa apremiado por los tiempos políticos: dentro de dos semanas iniciará en la ALDF la VII Legislatura, en la que Morena –y ya no el PRD– será primera minoría.
Twitter: @fopinchetti
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