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Francisco Ortiz Pinchetti

28/08/2015 - 12:02 am

¡Vivan las mujeres!

Seguramente por razones atávicas en las que no vale la pena ahora escudriñar   los mexicanos solemos resistirnos a aceptar y con mayor razón celebrar las buenas noticias, incluida las que son producto de nuestros más auténticos esfuerzos como Nación. Nos cuesta trabajo reconocer que algo hicimos bien y que obtuvimos logros por esa actuación atinada, […]

Seguramente por razones atávicas en las que no vale la pena ahora escudriñar   los mexicanos solemos resistirnos a aceptar y con mayor razón celebrar las buenas noticias, incluida las que son producto de nuestros más auténticos esfuerzos como Nación. Nos cuesta trabajo reconocer que algo hicimos bien y que obtuvimos logros por esa actuación atinada, valiosa. Esto aplica por supuesto en materia de desarrollo democrático, cuyos innegable logros –como la transición y la alternancia, para hablar de los recientes— nos resistimos a aceptar. Uno de ellos, tardado y retardado, fue la histórica incorporación de la mujer al ejercicio electoral, al reconocerle un derecho absolutamente elemental como ciudadana de este país.

Fue apenas en 1953 que se aprobó el voto de las mujeres en nuestros procesos electorales, en ese entonces por supuesto muy poco o nada democráticos. Y 62 años después estamos ante un avance insólito e inédito: la paridad electoral entre hombres y mujeres. El próximo 1 de septiembre, por primera vez en nuestra historia, tendremos una Cámara de Diputados integrada en un 42.6 por ciento por legisladoras.

La ley en materia de paridad se aplicó y se cumplió con la postulación obligatoria del 50 y 50 entre candidatas y candidatos a las 300 curules en disputa, así como en la integración de las listas plurinominales por parte de los partidos políticos. Además, se aplicó la norma “antijuanitas”, que impide por fin la bochornosa sustitución de las diputadas electas por sus suplentes varones, como ocurrió en el pasado reciente.

Habrá entre los integrantes de la LXIII legislatura –que este sábado 29 rendirán protesta–  un total de 213 mujeres, 117 de las cuales consiguieron una curul federal por el voto directo de los mexicanos en las urnas, lo que no es poca cosa. Apenas en 2009, sólo hubo 56 diputadas de mayoría. En 2012, su número llegó a las 98. A las electas el pasado 7 de junio por mayoría relativa se sumarán 96 asignadas por el principio de representación proporcional, las pluris.

Lo que más sorprende, palabra, es que el acontecimiento hasta ahora ha pasado prácticamente desapercibido, ocupados como estamos en la rebatinga por las curules plurinominales y los antecedentes de los legisladores electos. Pareciera que no se valora una historia plagada de acciones heroicas en pro de los derechos políticos de las mujeres. En México los primeros antecedentes exitosos del voto datan de 1923 en Yucatán (aunque hubo peticiones desde 1916). El congreso yucateco reconoció el voto femenino, tanto municipal como estatal, en ese año, durante el gobierno socialista de Felipe Carrillo Puerto.  Hubo tres mujeres electas para diputadas a la legislatura local: Elvia Carrillo Puerto, hermana del prócer asesinado en 1924; Raquel Dzib y Beatriz Peniche de Ponce. En San Luis Potosí, las mujeres obtuvieron el derecho a participar en las elecciones municipales en 1924 y en las estatales en 1925 pero este derecho se perdió al año siguiente. En Chiapas, se reconoció el derecho a votar a las mujeres en 1925. En 1937 Lázaro Cárdenas envió una iniciativa de reforma al artículo 34 Constitucional, que permitiría votar a las mujeres. La iniciativa fue aprobada por ambas cámaras y por las legislaturas de los estados, pero no fue promulgada…  porque dentro del Partido Nacional Revolucionario (antecedente directo del PRI), se habría argumentado que el voto de las mujeres “podría verse influenciado por los curas”.

Diez años después, el 17 de febrero de 1947 durante la presidencia de Miguel Alemán Valdés, se publicó en el Diario Oficial la reforma al artículo 115 de la Constitución que concedía a las mujeres el derecho de votar pero sólo en las elecciones municipales. El 4 de diciembre de 1952 –tres días después de la toma de posesión de Adolfo Ruiz Cortines– el PAN propuso concluir el trámite de la iniciativa presentada por Cárdenas en 1937, mérito que se le escamoteó al blanquiazul: el 9 de diciembre, el mismo Presidente presentó su propia iniciativa de ley; y desde 1953 la mujer obtuvo el derecho a votar en todas las elecciones. El 3 de julio de 1955 fue la primera vez que las mujeres mexicanas pudieron votar en unas elecciones federales, intermedias, a fin de integrar la XLIII Legislatura del Congreso de la Unión. Tres años después, en 1958,  pudieron sufragar por primera vez en una elección presidencial.

Pienso, a la luz de esa historia,  que no hemos reparado en la trascendencia de un logro que nos coloca en el liderazgo mundial en cuanto a paridad legislativa. Por eso me parece importante hacer mención aquí de una iniciativa muy valiosa para conmemorar  tan importante logro. Se trata de la transmisión por Internet, el próximo martes 2 de septiembre (al día siguiente del inicio de la LXIII Legislatura) de un “audiovisual performativo”, como lo definen sus productores, titulado La gran caravana por la paridad. La transmisión tendrá una duración de 120 minutos, entre las 19 y las 21 horas de ese día.

El objetivo, me dicen quienes han intervenido en su producción y difusión, es     dar a conocer y celebrar el hecho sin precedente del triunfo de los derechos humanos de las mujeres en México, en el rubro de la igualdad política. La emisión es organizada y coordinada por  Inclusión Ciudadana, A.C., de la cual es fundadora y socia, la licenciada Clara Scherer Castillo; la producción está a cargo de editoraslosmiércoles, S.A. de C.V.  La liga para acceder es  www.caravanaparidad.mx

Instituir la democracia en México, nos recuerdan los autores de la insólita transmisión  –que constituye en sí mismo otro acontecimiento— ha sido labor de muchas personas. “Hacer posible el acuerdo civilizado entre millones de individuos cuyos intereses no son coincidentes y si, muchas veces excluyentes, requiere de muchas virtudes y capacidades puestas en juego y apostar a que es posible, si se acuerdan reglas y se respetan puntualmente por las partes en conflicto”, me comenta Ana Cecilia Terrazas, productora de la emisión. Dice que a las mexicanas se les excluyó del juego político, aduciendo su “naturaleza para el mundo de lo privado”, conculcando con ello sus derechos políticos, con lo que se demeritó su calidad de personas. Su lucha por restituir un orden justo ha sido larga y su palabra fue escuchada por algunos; pero no fue hasta 2011 en México que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al emitir la sentencia 12624, que obligó a los partidos políticos a respetar la cuota de género, que ellas lograron poco tiempo después la efectiva igualdad de oportunidades para participar en la toma de decisiones en el poder legislativo: la paridad.

Considera la brillantísima ex directora del Instituto Mexicano de la Radio, y yo con ella, que ese triunfo de los valores democráticos por encima de otros intereses, amerita una celebración que por una parte rinda homenaje a quienes dieron su vida por lograrlo, y por otra, informe y sensibilice a la comunidad mexicana del esfuerzo y la importancia de este hecho: igualdad política, por ahora, paridad, primer paso para consolidar una igualdad sustantiva entre los géneros.

Es importante aclarar que no hay antecedente de una transmisión virtual con material histórico y en vivo, animado, de archivo y original que celebre la paridad política alcanzada y que será puesta en marcha el 1 de septiembre de 2015. Esto, precisa Ana Cecilia, porque no se ha llegado al 1 de septiembre cuando casi el 43 por ciento de las curules en la Cámara de Diputados sean ocupadas por mujeres; porque en términos de la Ley se está instalando hoy esta paridad política del 50/50,  y porque en otras ocasiones son distintos los formatos en los que se han dado notas, publicaciones, documentos o reportajes en torno de la paridad política; nunca convocando desde una organización ciudadana involucrando a más de 12 entidades aliadas y patrocinadoras para el performance Gran caravana por la paridad como ocurrirá ahora.

Conducido a manera de una cobertura en vivo de un acontecimiento multitemporal y multidimensional, la emisión contará con material fílmico y fotográfico original, material de archivo, entrevistas inéditas realizadas a personajes públicos involucrados con el tema, animaciones de fotografía y video, así como una marcha simulada celebratoria de la paridad política. “Será un documento audiovisual inédito, único en los medios digitales mexicanos”, concluye Terrazas notoriamente emocionada.

Miro la primera plana de la edición de Excélsior del lunes 4 de julio de 1955 y disfruto una fotografía en blanco y negro, claro, donde mujeres alternan por primera vez con los hombre en una larga fila frente a la casilla electoral, en el centro de la Ciudad de México. Tenemos otra vez algo verdaderamente  importante que celebrar, pienso. Válgame.

Twitter: @fopinchetti

Francisco Ortiz Pinchetti
Fue reportero de Excélsior. Fundador del semanario Proceso, donde fue reportero, editor de asuntos especiales y codirector. Es director del periódico Libre en el Sur y del sitio www.libreenelsur.mx. Autor de De pueblo en pueblo (Océano, 2000) y coautor de El Fenómeno Fox (Planeta, 2001).
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