Jorge Zepeda Patterson
23/08/2015 - 9:33 am
El cuarto de guerra del calcetín
Los siguientes hechos tuvieron lugar entre el domingo y el martes pasado en un país que no es México, pero que se le parece. Cualquier parecido con la realidad es pura maldita coincidencia. -Qué maravilla, guey, ¿ya vieron el tiempazo del Numberone? -dijo Asesor 1. – Si güey, corrió como keniano mi Presidente –respondió Asesor 2. […]
Los siguientes hechos tuvieron lugar entre el domingo y el martes pasado en un país que no es México, pero que se le parece. Cualquier parecido con la realidad es pura maldita coincidencia.
-Qué maravilla, guey, ¿ya vieron el tiempazo del Numberone? -dijo Asesor 1.
– Si güey, corrió como keniano mi Presidente –respondió Asesor 2.
-No manches, 10 kilómetros en 50 minutos. Hizo tres minutos menos que el año pasado –añadió Asesor 3.
-Tómala, para los que andan diciendo que está enfermo. Ya quisiera la Bachelet correr así –dijo Asesor 2.
-¿La Bachelet? Deja tú: ¡Obama! Aunque dé el color, no creo que dé el tiempo. Ahora nomás falta que López Obrador diga que no se vale, que sin vesícula es más ligero –apuntilló Asesor 1.
Los tres responsables de la imagen presidencial están contentos; hace meses que no tienen algo que festejar. Ahora por fin hay material para hacer ver a los ciudadanos que también existen buenas noticias, que no todo es caída en las expectativas económicas, devaluación del peso, corrupción y violencia.
Ahora los tres guardan silencio. Asesor 2 y Asesor 3 se han dado cuenta que Asesor 1 hurga con la uña del dedo índice un molar superior derecho; señal inequívoca de que tiene una idea, algo que no sucede con frecuencia, salvo cuando ha comido tostadas de marlín, que no es el caso. Y en efecto, luego de revisarse la uña, Asesor 1 interviene:
-Aquí hay algo importante. Hay que meter la hazaña atlética presidencial hasta en la sopa de los ciudadanos en las próximas horas. Es nuestra oportunidad para matar de una vez y para siempre el rumor de que el Señor está enfermo. Difundan 100 o 200 fotos de la carrera, en todos los ángulos posibles, al principio y al final; no vayan a creer que es corredor pirata, como Roberto Madrazo. Eso sí, siempre al frente de los contingentes, nunca detrás de alguien.
-El problema es que siempre van detrás de él los guardias presidenciales y esos además de que ni sudan, están más altos y lo hacen ver chiquito. Aquí no hay manera de ponerle plataforma -objetó Asesor 2.
-Carajo pues photoshop o publiquen sólo las de abajo para arriba. ¿Qué? ¿De veras tengo pensar yo en todo?
Seis horas más tarde Asesor 1 convoca al despacho a sus colaboradores.
-¿Ya vieron lo que andan diciendo en las redes? ¡Que el Presidente se puso los calcetines al revés! –grita indignado mientras gira la pantalla de su computadora para que los otros perciban los ingratos memes-. ¡Qué méndigo ocio de la gente! Get a life, carajo.
-La verdad es que el talón sí se ve al frente. Lo mismo me pasaba a mí con unos zapatos que me comían los calcetines –dice Asesor 3, comprensivo.
-No seas imbécil, el patrón no usa calcetas Periquita. Son de marca, güey -protesta Asesor 2.
-Pues la verdad, yo nunca había visto unos de esos –concede Asesor 1.
– Hay que revisarlos. ¿Se los pido al Presidente? ¿Dónde lavarán la ropa sucia? –dice Asesor 3, solícito.
-La ropa sucia se lava en casa –responde Asesor 1, y los otros dos tardan algunos segundos en reír al darse cuenta que es un chiste.
-Déjame guglear a ver si encuentro otros como esos –dice Asesor 2, y tras unos segundos muestra eufórico la pantalla.
-¡Tómenla méndigos! Así son los putos calcetines, güey –celebra Asesor 1, exhibiendo una pieza de catálogo.
-Perfecto, claro que se los puso al derecho –respira aliviado Asesor 3-. ¿Y ahora qué hacemos con eso?
-Pues difundirlo, embarrárselos en la cara para que se traguen sus memes por donde les quepan –concluye Asesor 1, triunfante.
Una vez más la reunión termina con un ambiente exultante. Hacía tiempo que no obtenían una revancha tan contundente frente a las redes. Bueno, era la primera vez, pero después de esto seguro que no sería la última.
Tres horas más tarde Asesor 2 y Asesor 3 son convocados de nuevo a la oficina de su jefe.
-Parece que algo no va muy bien. Ya me hablaron de arriba: somos trending topic hasta en Europa, pero no como queríamos –dice Asesor 1 confundido.
-¿Por qué? ¿Se notó que estaban sucios? –sugiere Asesor 3.
-No pendejo. Se quejan de que el único misterio que hemos resuelto en el sexenio es el de los calcetines. Que cuándo vamos a resolver Ayotzinapa, Casa Blanca, Tlatlaya, la fuga del Chapo o la muerte de Rubén Espinosa.
-Ingrata la gente que no fuera; si les das porque les das, sino les das porque no les das.
-Esa frase es de Hank González, ¿no? –interviene Asesor 3, con admiración.
-No, -dice Asesor 2- creo que es de Óscar Wilde.
Los dos dejan de hablar cuando Asesor 1 se lleva la uña del dedo índice al molar superior derecho. Saben que es un experto en control de daños, el autor de la brillante idea de hacer comparecer a la Primera Dama en televisión para explicar lo de la Casa Blanca. Alguien que seguramente sacará al Presidente del atolladero.
…Continuará, probablemente.
@jorgezepedap
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