Reforma educativa, segundo tiempo

07/08/2015 - 12:03 am

La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) cambia de estrategia, la maestra Elba Esther Gordillo podría cambiar su situación legal y enfrentar su proceso penal desde su casa, y Emilio Chuayffet, súbitamente enfermo, podría dejar la secretaría de Educación: ¿estamos ante lo que será el arranque de un segundo tiempo de la reforma educativa? Lo más probable es que sí, y que este sea con una estrategia absolutamente distinta a la inicial.

Políticamente la reforma comenzó el día que, en un golpe político magistral, el gobierno de Peña Nieto encarceló a la maestra Elba Esther y tomó control político el gremio magisterial. Sin embargo, ese gran primer golpe quedó desvanecido porque el gobierno nunca pudo dar un golpe del mismo tamaño al magisterio disidente: La coordinadora, particularmente la sección 22 de Oaxaca, se convirtió en un verdadero dolor de cabeza y aunque en términos de la aplicación de las reformas es relativamente poco importante, en términos simbólicos los maestros disidentes parecían imponer una y otra vez sus condiciones frente a un Estado y una secretaría de Educación Pública débil e incapaz.

El golpe al Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) marcó un rompimiento con el magisterio disidente y un golpe de autoridad del Estado, pero que significa entre otras cosas, la radicalización de estos maestros, con consecuencias  poco claras aún: puede convertirse en un sindicato que pasee sus miserias por el país, como sucedió con el SME, o derivar en nuevas formas de guerrilla urbana que abone al de por si descompuesto ambiente político y de seguridad.

En este contexto no es coincidencia que “la maestra”, la lidereza de mano de hierro que ha tenido controlado al magisterio durante 25 años, encuentre los cauces legales para salir de la cárcel y enfrentar el proceso desde su casa (hoy mismo podría definirse su situación legal) mientras que su enemigo político jurado, Chuayffet, podría dejar la secretaría, al parecer en manos de un perfil más técnico. Esto es, la estrategia del presidente Peña Nieto para el segundo tiempo pareciera ser fortalecer al SNTE del Elba Esther para que tomen control de las secciones disidente en Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán; dejar que se radicalicen los maestros de la CNTE, pero cortándoles el presupuesto para limitar su capacidad de respuesta; y, poner en la secretaría de Educación Pública a un perfil más técnico que pueda darle contenido a la reforma y liderazgo académico al proceso (suenan como posibles el rector de la UNAM José Narro Robles y el mismo jefe de la ofician de la presidencia y hombre de confianza de Peña Nieto, Aurelio Núñez).

Ante el fracaso de la política de seguridad (en realidad de la no-política de seguridad) y la falta de resultados de la política económica (vamos a terminar el sexenio con el mismo crecimiento mediocre de los últimos 24 años) la reforma educativa vuelve a ser la gran apuesta del Presidente, aunque ello implique excarcelar al segundo enemigo público de este país. La apuesta es riesgosa en términos de opinión pública pero, si ya salió «El Chapo», ¿por qué no «la maestra»? Ya veremos.

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