Fabián Polanco
24/06/2015 - 6:00 pm
Violinista en el tejado, una tradición del Teatro Musical
“¡¿Un violinista sobre un tejado?! Parece cosa de locos, ¿no es cierto?” Pero desde 1964, fecha de su estreno oficial en Broadway con Zero Mostel como protagonista, esta inverosímil proeza se ha convertido en un obligado de presenciar de todos aquellos que se dicen amantes del Teatro Musical y que se topan con ella en […]
“¡¿Un violinista sobre un tejado?! Parece cosa de locos, ¿no es cierto?” Pero desde 1964, fecha de su estreno oficial en Broadway con Zero Mostel como protagonista, esta inverosímil proeza se ha convertido en un obligado de presenciar de todos aquellos que se dicen amantes del Teatro Musical y que se topan con ella en sus visitas a ciudades de gran tradición de este tipo de espectáculos.
“Violinista en el tejado”, comedia musical basada en una novela de Sholom Aleichem, titulada “Las hijas de Tevye”, con libreto y música de Joseph Stein y Jerry Bock, con letras de Sheldon Harnick, narra la historia del lechero judío “Tevye” y del resto de su familia, conformada por su mujer “Golde” y sus cinco hijas, tres de ellas en edad casadera, todos ellos asentados en la Rusia de 1905. Durante la historia, el protagonista es testigo de cómo el mundo que lo rodea va cambiando y derrumbándose.
De ahí es donde parte el título de la obra, usado como metáfora de la vida inestable de las comunidades judías en la Rusia zarista, la cual además deja como mensaje en el público que, a pesar de los malos momentos, estas malas situaciones se deben tomar con sentido del humor. En todo momento, “Tevye” nos deja ver su gran bondad y el profundo amor que siente hacia los suyos.
En nuestro país esta historia llegó por vez primera en 1970 bajo la producción y dirección de Manolo Fábregas, actor que inmortalizó a este singular personaje que, pese a los cambios que experimenta dentro y fuera de su familia, intenta mantener sus tradiciones pese a los tiempos de cambio.
El elenco estuvo conformado por figuras de gran talla en el espectáculo mexicano de ese entonces, entre ellos Carmen Molina, Bertha Moss, Guillermo Orea, Raquel Olmedo, Margie Bermejo, Julián de Meriche y Rosita Bouchot, entre otros. Todos ellos reunidos en el teatro “Manolo Fábregas”.
Quince años después, en 1985, Fábregas repitió este montaje teniendo como escenario el teatro “San Rafael”, siendo esta la última puesta en escena como actor del también director y productor, teniendo de nueva cuenta como compañera a Carmen Molina y la nueva compañía de Garda Santini, Susana Zabaleta, Rosa Furman, Ari Telch y Ernesto Laguardia, entre otros.
Años más tarde, en 2005, lo que jamás se imaginó tras la ausencia física de Manolo Fábregas, en el sentido de que otro personaje interpretara su clásico personaje dentro del Teatro Musical, se llevó a cabo con un nuevo montaje de “Violinista en el tejado”, producido por Federico González Compeán y dirigido por Arthur Masella, generando muchos comentarios.
En esta ocasión, la responsabilidad de encarnar al protagonista fue encargada a Pedro Armendáriz hijo, quien tuvo aquí su debut en Teatro Musical, alternando el personaje con Gerardo González, también para sorpresa de muchos. Sin embargo, en todo momento los persiguió el recuerdo de Manolo Fábregas, quien al igual que Silvia Pinal con “Mame”, tatuó en este personaje su arte como actor.
Una vez terminada esta temporada, se pensó que no habría otro atrevido que llevara a escena esta historia, que también fue llevada al cine por la industria hollywoodense en 1971, bajo la dirección de Norman Jewison. Sin embargo, esto no ocurrió y las nuevas generaciones pudieron recibir de una mejor manera y de forma más digna, la historia de “Violinista en el tejado”.
Los responsables de esta misión fue la tercia de productores conformada por Yosi Bernstein, Mónica Díaz y Rubén Peralta, quienes dejaron en todos los espectadores un gran sabor de boca, dejando en claro que el buen teatro se puede hacer de manera digna, sin ostentar y con muchos deseos de hacer bien las cosas, demostrando con ello el amor que le tienen al escenario teatral.
El responsable de dar vida a “Tevye” en esa ocasión fue Manuel Gorka, un barítono profesional que, a pesar de venir de un mundo un tanto alejado, pero a la vez cercano del Teatro Musical, supo encontrar el lado humano del personaje, logrando contagiar de inmediato al público con su optimismo y amor hacia su familia. La dirección de escena corrió a cargo de Ricardo Díaz.
Durante esta temporada, la de los productores Bernstein, Díaz y Peralta, desde el momento en que Gorka iniciaba el ‘meneo’ de brazos en “Si yo fuera rico”, tema emblemático de la obra, de inmediato causaba reacción en el público; algo que únicamente logró en su momento Manolo Fábregas.
El elenco estaba conformado por actores y cantantes lo mismo del mundo de la ópera, que del teatro musical, figurando nombres como los de Alejandro Toporek, Mónica Díaz, Lenny Zundel, Lorena Vignau, María José Brunet, Arturo Echeverría, Lorenzo Pérez y Karina Luna, entre otros.
Además, el montaje contaba también con orquesta en vivo, dirigida por Rubén Peralta, lo cual le daba un toque de más espectacularidad, dejando en su momento un gran sabor de boca entre los asistentes, a pesar de que no era una orquesta con un gran número de ejecutantes.
Este “Violinista en el tejado” tenía una puesta en escena muy digna, con todos los elementos del teatro musical clásico; con un buen elenco y una producción más que decente.
Su éxito fue tal, que la compañía realizó un amplio recorrido por diversos teatros en amplias temporadas, entre ellos el teatro Interlomas, el número del Centro Cultural (antes Telmex) y concluyendo en el teatro del Centro Cultural Chapultepec, que fue el mismo en donde inició su historia.
Los productores realizaron casi a la par el montaje de “La letra escarlata”, un musical de aventuras del cual ya les platicaremos en su momento.
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