Tomás Calvillo Unna
24/06/2015 - 12:03 am
El otro idioma III
Para Eduardo Martínez Benavente por su valor cívico. Don Jorge de San Cristóbal Un piano y marimba su traje y corbata como hace 50 años
Para Eduardo Martínez Benavente por su valor cívico.
Don Jorge de San Cristóbal
Un piano y marimba
su traje y corbata
como hace 50 años
el bolero del sastre
de palabras inmensas
y minúsculas
sentado junto a la ventanilla
donde las nubes quedan abajo
leo su poema en voz alta
es lo menos que puedo hacer
agradezco su vitalidad
la manera de reír
intuir
mientras volamos juntos
sintiéndonos eternos
es el poeta, le digo a la azafata,
a la mesera, al policía,
al cargador, al chofer
es el poeta por eso anda así
desatado de gusto
por seguir viajando
con palabras que confiesan
sus mil y un amores
de versos.
La chica
conectada
con el viento electrónico
al almacén de gadgets
ajusta el cinturón
de las monedas
con la sonrisa
del maquillaje en las venas
en su náufrago deseo
de estar con alguien
y apagar la imagen.
Sospecha
el viaje
te enseña una cosa
alguien está jugando
con nosotros
y probablemente
no se da cuenta.
Madrugada
a las 4 de la mañana
se interrumpen las intrigas
alumbramientos y desvaríos
del subconsciente
intento
escuchar al antiguo Dios
de las religiones.
Profecía
Y más hacia el norte
mientras el tren avanza
el silencio es mayor
no se conversa en los vagones
las palabras son esa luz
que cede con serenidad dorada a la noche
las mujeres y los hombres
sin importar edad
no pronuncian su mirar
no duermen
viajan así
enmudecidos
el mar no se escucha todavía
los años que restan se cuentan con las manos
los niños no lo saben
las siluetas de los árboles y las montañas
les pertenecen
son sus sueños
algo intuyen
con sus brazos asemejan una ola
dos
tres
pareciera que comienzan a oír
el oleaje se aproxima
es un latido que estremece.
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