Martín Moreno-Durán
17/06/2015 - 12:01 am
¡Te quieren chingar, Cuau…!
+ Intenta el PRI arrebatar triunfo legítimo a Blanco + ¿Dónde está el INE para evitarlo? “Ahora sí, ya me los chingué, me los chingué y estoy muy feliz…”, fue lo primero que dijo Cuauhtémoc Blanco al saberse ganador de la alcaldía de Cuernavaca.
+ Intenta el PRI arrebatar triunfo legítimo a Blanco
+ ¿Dónde está el INE para evitarlo?
“Ahora sí, ya me los chingué, me los chingué y estoy muy feliz…”, fue lo primero que dijo Cuauhtémoc Blanco al saberse ganador de la alcaldía de Cuernavaca.
Pero el Cuau debería saber – o le debieron haber advertido-, que la política es un juego ruin y perverso.
Hoy, el PRI, mi estimado Cuau, te quiere chingar, parafraseando tu palabrita festiva. A la mala. Te quiere sacar tarjeta roja. Te quiere lastimar peor que cuando el trinitario Ancil Elcock te reventó la rodilla. Te quieren quitar la alcaldía que ganaste a golpe de votos.
¡No te dejes, Cuau!
*****
Era de los escépticos que veía, en la candidatura del futbolista Cuauhtémoc Blanco por el Partido Socialdemócrata a la presidencia municipal de la bella Cuernavaca, una mera intención de cachar votos para asegurar el registro del PSD, utilizando la innegable popularidad y el carisma del Cuau, aunque sin ninguna posibilidad de triunfo con la alcaldía. Me equivoqué. Blanco ganó.
Y ganó bien.
Y ganó de manera insólita: ¡sin representantes de casilla! Es decir: pudieron haberle escamoteado votos sin que nadie del PSD los defendiera. Sin embargo, los dioses siempre – o casi siempre- han estado del lado de quien era llamado “el jorobadito de nuestra señora de Coapa”. Un jugador genial, talentoso, entrón, humorista, provocador, irreverente, locuaz. Lo que quieran. Pero el Cuau ganó.
Y ganó bien.
Mientras los candidatos del PRI – Maricela Velázquez- y del PRD – Jorge Messeguer-, llegaban en caravanas con escoltas y trailers atiborrados con regalos para comprar…¡perdón!, para promover el voto ciudadano, presumiendo recursos y dispendio, el Cuau apenas y obsequiaba unos 50 balones, autógrafos, fotos y selfies, echaba un rollo, y a la siguiente parada.
Y ganó bien.
Pero hoy, más allá de simpatías, de lo inaudito que resultaría ver a Cuauhtémoc Blanco tomando decisiones de gobierno, de que esté o no preparado para gobernar, y de lo risible que hasta puede llegar a ser esta situación, las fauces antidemocráticas y autoritarias del PRI se abren y pretenden devorar, con saña y mala leche, los votos legítimos que obtuvo el candidato Cuauhtémoc Blanco para ganar la alcaldía de Cuernavaca.
“El problema que tenemos es que, a estas alturas, no hay certeza jurídica de quién va a ser la presidenta municipal (sic) de Cuernavaca”, aseguró el presidente del PRI en Morelos, Rodolfo Becerril. (REFORMA. Héctor Raúl González. 16/VI/2015). Lo traiciona el subconsciente al hablar de “presidenta municipal” cuando la única mujer era, precisamente, la candidata priista.
¿Cuáles son los argumentos legales del PRI para arrebatarle el triunfo al Cuau? No tienen.
¿Cuál es el fundamento jurídico que esgrimen para desconocer una victoria legítima en las urnas? Ninguno.
Los priistas intentan burlarle un triunfo más que merecido a un candidato prácticamente independiente y ante ello, por supuesto, no podemos ni debemos cerrar los ojos.
Estamos, nada menos, que ante una intentona de golpismo en contra de la democracia en Cuernavaca, encabezada por el PRI. Un escupitajo condenable y artero contra la voluntad ciudadana. Un mazazo en la nuca al voto libre y soberano.
¿Y el Instituto Nacional Electoral, dónde está ante este claro y abierto despojo de un triunfo en las urnas? ¿No debería el INE y el exquisito Córdova evitar este fraude? ¿Dónde demonios está el INE?
Maricela Velázquez Sánchez es hija de Maricela Sánchez Cortes, una política priista de lenguaje coloquial –por decirlo de alguna manera-, que a todos llama “compadre” o “comadre”. Perdió la elección para la gubernatura en 2006, con el panista Marco Adame. Ahora buscaba una revancha y ya veía a su hija, también priista, como alcaldesa de Cuernavaca…pero el Cuau les aplicó la “cuauteminha”.
Jorge Messeger era el candidato del PRD, el partido en el gobierno morelense. Recursos millonarios. Regalos a manos llenas. Te doy balones y me das tu voto. Creía asegurar con vulgar dinero la elección… pero el Cuau les aplicó la “cuauteminha”.
Hasta el lunes pasado, el consejo municipal del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac), no había concluido el cómputo final de las actas y tenía impugnaciones menores, como paquetes sin sello o mal pegados con diurex. Chorradas. Tiquismiquis. Nada que pudiera considerarse irregularidades graves en la elección, como sí ocurrió en Colima, donde la sombra del fraude se asomó para despojar al PAN del triunfo.
En Cuernavaca, las triquiñuelas del PRI son agraviantes para el voto ciudadano. Quieren – una vez más- robarse una elección. A la mala. Quebrar al Cuau.
¡No te dejes, mi Cuau!
*****
¿Cuál es el fondo del ataque del PRI a la democracia en Cuernavaca?
Por supuesto, despojar a Blanco de una victoria electoral legítima y entronizar al segundo lugar: Maricela Velázquez.
Sin embargo, ante la furia popular cada vez más encendida por parte de quienes votaron por el Cuau, ante un evidente intento de fraude electoral, las cosas podrían salirse de control y llegar a la violencia.
Por eso, los priistas tienen un plan B: reconocer a Cuauhtémoc Blanco como alcalde, a cambio de posiciones dentro de su gobierno. Negociarían dos secretarías. Hoy sabemos que el agua y la basura han sido negocios más que redituables para el PRI. Por ahí viene el asunto.
Pero, por lo pronto, ¡no te dejes Cuau! ¡No te vayan a chingar…!
Twitter: @_martinmoreno
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