Ernesto Hernández Norzagaray
17/04/2015 - 12:00 am
Escándalos con y sin red de protección
Un escándalo recorre América latina, el escándalo político, los abusos de políticos, empresarios, familiares y vástagos de los hombres y mujeres del poder sacuden las instituciones públicas. Ponen en entredicho su fortaleza. En algunos casos reaccionan a favor de la sociedad y en otros simplemente simulan aplicar la ley cuando no entran en arreglo con […]
Un escándalo recorre América latina, el escándalo político, los abusos de políticos, empresarios, familiares y vástagos de los hombres y mujeres del poder sacuden las instituciones públicas. Ponen en entredicho su fortaleza. En algunos casos reaccionan a favor de la sociedad y en otros simplemente simulan aplicar la ley cuando no entran en arreglo con los personeros de otros poderes.
La disyuntiva entre justicia o impunidad es uno de sus temas de fondo y motivo de movilización social. Exigencia de justicia y procesamiento de los culpables. Hoy en México hay quienes se organizan y exigen la renuncia del Presidente Peña Nieto y en Brasil reclaman el juicio político contra Dilma Rousseff. No menos importante es el encausamiento judicial del hijo de la Presidenta chilena Michelle Bachelet y en Argentina el movimiento en contra de la mandataria Cristina de Kirchner y su hijo Máximo. Unos dejan que la justicia haga su trabajo y otros la obstruyen provocando procesos regresivos que lindan con el autoritarismo institucional de otro tiempo.
El restablecimiento democrático latinoamericano se planteó como el antídoto contra la cerrazón y el autoritarismo de la casta militar y sus aliados económicos. Apareció como la posibilidad de construir instituciones sólidas, duraderas y un alto sentido de justicia. Y, algunos de estos países lo alcanzaron produciendo una separación de poderes que servía a los ciudadanos. Otros fueron simplemente remedos leguleyos ineficaces para evitar los excesos del poder cuando llegaba a ciertos niveles. El caso de México es patético. Un Poder judicial que no hace suyas las causas de la sociedad y no sólo eso con su silencio, va en contra de sus mejores mensajeros.
México
El Presidente Peña Nieto, luego del estallido del conflicto de interés que alcanza también a su esposa por su frivolidad provinciana de aparecer en las páginas lustrosas de la revista española Hola!, donde los poderosos tropicales, acostumbran a exhibir sus bienes, riquezas, excesos y que mejor cuando se añora el espectáculo televisivo donde todos son luces, fanfarrias y estrellas.
La Casa Blanca con sus amplios espacios y lujo se volvió en el emblema de la corrupción que según Forbes tuvo en 2014 un costo para nuestro país de 100 000 millones dólares. La propiedad de la empresa Higa nadie la creyó y muchos menos la explicación que dio Angélica Rivera en horario estelar de la televisora. Ofuscada y molesta tuvo que decir que la casa es producto de su trabajo por los años que trabajó en la empresa Televisa aunque la dueña sigue siendo la empresa Higa que construye obra pública desde que su esposo era gobernador del Estado de México. A todas luces es un caso de tráfico de influencias que significaron al menos regalías en especie para la pareja presidencial. El Presidente en lugar asumir la balconeada como una oportunidad para fortalecer la transparencia de su gestión decide poner a un incondicional como Secretario de la Función Pública que inmediatamente declara que él no investigara el caso que es otra su función. No termina ahí el equipo de investigación que ventiló el affaire de la Casa Blanca es despedido de la empresa MVS bajo argumentos insostenibles en una relación contractual pero sobre todo por el costo que representa para la imagen progresista que tenía ante su audiencia. Hoy afortunadamente un juez federal llama a MVS a entablar conversaciones entre las partes so riesgo de que si los directivos de MVS caen en desacato, la empresa podría ser acusada de atentar contra la libertad de expresión.
Argentina
A Cristina Fernández de Kirchner, la Presidenta del gobierno argentino, le estalló la bronca cuando su hijo Máximo fue acusado de tener cuentas millonarias en Estados Unidos e Irán algunas en sociedad con una ex ministra de su gobierno. Un caso que está en tribunales y coincide con la muerte sospechosa del fiscal Alberto Nisman, quien tenía a su cargo la espinosa investigación del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina ocurrido el 18 de julio de 1994 y la denuncia contra la Presidenta Kirchner por supuesto encubrimiento en este lamentable ataque contra la comunidad judía argentina. También en el país del tango se investiga a Lázaro Báez, un contratista de obra pública que ha decir por sus detractores funge como testaferro y presunto lavado de dinero que tendría como origen la familia de la Presidenta. Esto ha suscitado un escándalo mayúsculo y también en lugar de rendir cuentas la Presidenta acusa de ser una campaña orquestada por “ellos” en contra de “nosotros” para referirse a los medios y lo que se le llama “el partido judicial”. La jugada denunciada es que Báez rentó en 2010 y 2011 935 plazas al mes en el Hotel de lujo Alto Calafate propiedad de los Kirchner y eso les significó ingresos millonarios.
El Poder Judicial intervino la sociedad en noviembre de 2014 y unos días después una diputada de la oposición interpuso una demanda penal por supuestos delitos fiscales y societarios. Y es que a decir por quienes han investigado el asunto en seis meses habría transferencias a una sociedad off shore del orden de 10 millones de euros, algo así, como 180 millones de pesos por el pago de habitaciones.
Chile
Michelle Bachelet, la reelegida y carismática Presidenta de Chile, le ha tocado un doble escándalo. El primero el de la Sociedad Química y Minera de Chile que suministró fondos irregulares a algunos legisladores de Nueva Mayoría que agrupa la coalición izquierdista de gobierno. Quizá no tendría un alcance mediático sobresaliente si no fuera porque está empresa la regentea Julio Ponce Lerou, nada más y nada menos que un ex yerno del dictador Augusto Pinochet. Pero, los escándalos no terminaron ahí para la familia Bachelet, Natalia Compagnon esposa de Sebastián Dávalos Bachelet, hijo de Michelle, se le encontró que había recibido un crédito del Banco Nacional de Chile que fue utilizado para comprar terrenos rurales que luego fueron reclasificados como urbanos y vendidos con buenas ganancias por lo que existe la sospecha de haber obtenido información privilegiada que le dio a ganar a la pareja dos millones de dólares. Ella a diferencia de sus homólogos mexicano y argentino, ha dejado que la justicia haga su trabajo y su hijo está semana se presentó a declarar ante la justicia chilena para alegar a su favor y su esposa.
Brasil
A Dilma Rousseff le ha estallado el escándalo del fraude en Petrobras, la gran petrolera carioca que ha sido ejemplo de buena empresa, y este desfalco se ha calculado en 10 mil millones dólares y tiene decenas de empresarios y políticos en la cárcel. Incluso algunas de las empresas que tienen a sus dueños en la cárcel son sospechosas de haber financiado la campaña de reelección de Rousseff, lo que recuerda otro gran estremecimiento político que en 2005 puso en entredicho la honorabilidad del PT, con el llamado escándalo de las mensualidades (“mensàlao”) que consistía en sobornos pagados a diputados para que votaran las iniciativas del Presidente poniendo en la cárcel a varios ex dirigentes del partido en el gobierno. El fin de semana pasado cientos de miles de brasileños salieron a la calle a pedir juicio político contra Rousseff. La respuesta hasta ahora ha sido el silencio judicial. Pero, sin duda, en Brasil las instituciones están haciendo su trabajo.
Se podrá decir en todos los casos que los ataques provienen de enemigos políticos interesados en desestabilizar los países de la región sudamericana, pero es evidente que guardando la proporción de cada uno de los casos se han seguido los procedimientos establecidos y será la justicia la que debe resolver atendiendo las leyes de los países. Que habrá quien o quienes busquen obtener dividendos políticos eso ocurrirá sin duda, hay mucho de juego de suma cero en todo esto. Es parte del juego democrático. Quizá lo excepcional de los escándalos que sacuden a las cuatro principales economías latinoamericanas tres son mujeres con un perfil y una trayectoria progresista de izquierdas y eso no es poca cosa viéndolos desde la ética. El caso de Peña Nieto y esposa se cocina aparte. Cómo algo del espectáculo de Televisa. Mientras las autoridades y ministros voltean a otro lado.
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